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Me diagnosticaron cáncer de páncreas con 60 años: este fue el primer síntoma por el que acudí al médico

El cáncer de páncreas se inicia en el páncreas, un órgano que está ubicado en la parte profunda del abdomen detrás del estómago. Fuente: Canva.

El cáncer de páncreas, como bien todos sabemos, se desarrolla cuando las células de este órgano crecen de manera muy descontrolada, formando un tumor. En España, se encuentra en el número ocho de los más comunes, con una incidencia anual de casi 9.000 casos.

Por lo general, afecta de igual manera, tanto a mujeres como hombres. Ahora bien, la proximidad del páncreas a estructuras vitales contribuye de manera considerable a su agresividad biológica y a la dificultad para establecer un diagnóstico precoz. De hecho, rara vez se detecta en fases iniciales.

Síntomas

¿El motivo? Está claro: la ausencia de síntomas específicos en las primeras etapas, manifestándose habitualmente en fases avanzadas. Estos incluyen:

  • Fatiga y debilidad.
  • Náuseas y vómitos.
  • Pérdida de peso sin causa aparente y disminución del apetito.
  • Ictericia debido a la obstrucción del conducto biliar.
  • Dolor abdominal que puede trasladarse a la espalda.
  • Cambios en las heces, como color pálido o grasoso.

A tener en cuenta

Pese a todos ellos, hay uno que debería ponernos más en alerta. Se trata de un coágulo sanguíneo en nuestra pierna, que se manifiesta como si fuera una trombosis y se aprecia físicamente. Con casos ya comprobados en algún hombre de 60 años en nuestro país, es una realidad que a menudo se desconoce, pero a la que hay que prestarle atención y acudir al médico.

Los síntomas que derivan de esta fatalidad pueden incluir dolor, hinchazón, enrojecimiento y calor en la pierna afectada. En ocasiones, un fragmento del coágulo puede desprenderse y viajar a los pulmones, lo cual puede dificultar la respiración o causar dolor en el pecho.

Tratamiento

El único tratamiento curativo del cáncer de páncreas, conviene señalar, es la cirugía, que consiste nada más y nada menos que en la extirpación de la cabeza pancreática junto con la vía biliar, el duodeno y, a veces, parte del estómago. Suele ser largo y con un posoperatorio complicado.

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