
Según el Servicio de Información sobre Discapacidad, en 2022, casi siete millones de personas en España presentan problemas de audición, aunque son 1.230.000 la que tienen una discapacidad auditiva reconocida. Este problema afecta a millones de personas en todo el mundo y puede llegar a ser incapacitante en algunos casos extremos. La pérdida auditiva no supone únicamente un inconveniente a la hora de escuchar a otras personas, también puede afectar a la salud mental y física de la persona que la sufre.
Como explica europa press, la pérdida de audición está relacionada con un mayor riesgo de desarrollar insuficiencia cardíaca, y el malestar psicológico causado por esta discapacidad desempeña un papel clave en la asociación observada, según descubre un gran estudio a largo plazo, publicado por la Universidad Médica del Sur de Guangzhou (China) en la revista 'Heart'.
El estudio
Aunque la pérdida auditiva se asocia con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, principalmente, se cree, como resultado del desapego social resultante, ningún estudio ha examinado exhaustivamente la asociación entre la capacidad auditiva medida objetivamente y el riesgo de desarrollar insuficiencia cardíaca. Para intentar subsanar esta deficiencia de conocimiento, los investigadores analizaron los datos de 164.431 participantes del Biobanco del Reino Unido, de los cuales 4.369 usaban audífonos.
Ninguno presentaba insuficiencia cardíaca. La edad promedio de los participantes era de 56 años y 89.818 (alrededor del 55 %) eran mujeres. Su capacidad auditiva se midió objetivamente mediante la Prueba de Tresillos Digitales validada y el Umbral de Recepción del Habla (SRT). Los participantes (160.062) que no usaban audífonos se clasificaron en tres grupos según su rendimiento en la DTT: normal (140.839; 88%); insuficiente (16.759; 10,5%); y deficiente (2.464; 1,5%).
El desarrollo de insuficiencia cardíaca entre aquellos que no estaban genéticamente predispuestos a la enfermedad se identificó a través de registros médicos y certificados de defunción durante un seguimiento promedio de 11 años y medio. Así, durante este período, 4449 participantes (casi el 3%) desarrollaron insuficiencia cardíaca. Los niveles de SRT se asociaron significativamente con el riesgo de desarrollar la afección en los participantes que no usaban audífonos.
Los resultados

En comparación con las personas con audición normal, los riesgos ajustados de desarrollar insuficiencia cardíaca fueron del 15% y el 28%, respectivamente, para la audición insuficiente y deficiente, y del 26% para el uso de audífonos. Las asociaciones entre los niveles de SRT y el riesgo de insuficiencia cardíaca fueron más fuertes en aquellos sin enfermedad cardíaca coronaria o accidente cerebrovascular al inicio del estudio.
Este es un estudio observacional y, por lo tanto, no puede establecer causalidad. Además, los datos sobre la audición se recopilaron solo al inicio del estudio, mientras que los participantes del estudio actual eran principalmente de ascendencia europea y presentaban una mejor salud que la población general del Reino Unido, reconocen los expertos.
Pero existen explicaciones biológicas plausibles para sus hallazgos, afirman los investigadores. "La rica distribución de capilares en la cóclea y la alta demanda metabólica del oído interno podrían hacer que estas regiones sean más sensibles a los trastornos vasculares sistémicos, en lugar de solo a los problemas circulatorios locales", sugieren. "Por lo tanto, la pérdida auditiva puede reflejar la salud vascular y servir como un predictor temprano y sensible de la enfermedad cardiovascular, incluida [la insuficiencia cardíaca]", añaden.
"Cabe destacar que tanto los participantes que usaban audífonos como aquellos con mala audición tuvieron un aumento significativo similar en el riesgo de incidente [insuficiencia cardíaca], lo que sugiere que, si bien los audífonos pueden mejorar la función auditiva, es posible que no aborden los problemas vasculares subyacentes que contribuyen al riesgo de [insuficiencia cardíaca]", continúan.
Los hallazgos resaltan la importancia de integrar las evaluaciones de la salud auditiva en marcos más amplios de evaluación del riesgo cardiovascular, concluyen. Además, sugieren que fortalecer la intervención psicológica en personas con discapacidad auditiva podría ser clave para reducir el riesgo de insuficiencia cardíaca.
Relacionados
- El sencillo ejercicio que utilizan los médicos para detectar si una persona está en buena forma física
- Estas son las 6 mejores frutas para cuidar el oído y evitar la pérdida de audición
- Los problemas de audición podrían ser una de las principales causas del desarrollo de demencia temprana
- Un experto demuestra el riesgo que corren los jóvenes de sufrir una pérdida de audición por sonidos fuertes