Lo estás haciendo mal: un óptico explica la manera correcta de limpiar las gafas sin rallarlas

Las gafas son una herramienta fantástica para todas aquellas personas con problemas de visión que requieren de ellas para poder ver aquellas cosas que están muy lejos o muy cerca. Pero lo cierto es que se ensucian con mucha frecuencia, suelen empañarse o rallarse y eso dificulta su uso.

Cuando el especialista nos indica que debemos utilizar gafas, nos entrega con ellas un paño específico para limpiarlas, pero lo cierto es que acumula mucha suciedad que termina por dañar los cristales si no se higieniza con frecuencia.

También existen los líquidos dedicados especialmente a la limpieza de las gafas, que si los usas junto a los paños mejora notablemente la visión con estas, pero sigue sin ser la manera perfecta de hacerlo. La acumulación de polvo en el pañuelo puede suponer un grave problema para los cristales.

Si las gafas se rallan, tendremos una molesta línea siempre presente en el cristal y que al crearse estará continuamente en nuestro campo de visión resultando molesto e incómodo. No obstante, un experto óptico tiene la solución para evitar este problema tan común como sencillo.

Unas gafas son un artículo tan normal como cualquier otro, y también requiere una limpieza frecuente y detallada. Por eso, se deben higienizar como si fuera un cubierto o incluso una parte del cuerpo. Una de las recomendaciones es utilizar jabón neutro o detergente suave.

Basta con echar una gota y frotar de manera suave hasta crear espuma. El siguiente paso es poner las gafas bajo el grifo con agua tibia, de manera que se limpie tanto la montura como el cristal, siempre sin abusar de elevadas temperaturas ya que podrían dañarlas.

Para evitar rallarlas, una vez limpias hay que utilizar un paño suave o una toalla de algodón de manera cuidadosa, sin ejercer excesiva fuerza. Si sigues estos consejos, tus gafas estarán siempre relucientes y dejarás de tener esas molestas rallas en los cristales.