
La hepatitis C, como bien todos sabemos, es una infección causada por el virus de la hepatitis C que afecta gravemente al hígado. Aunque puede manifestarse de manera aguda (a corto plazo) y crónica (a largo plazo), también puede ser mortal.
Se transmite a través del contacto con sangre infectada, lo que puede suceder al compartir jeringuillas o agujas al llevar a cabo procedimientos pocos seguros. Sí, hablamos de transfusiones de productos sanguíneos sin analizar que están en auge en la última década.
Síntomas
Cuando existen síntomas, conviene señalar que los más frecuentes son cansancio y molestias leves en el lado derecho del abdomen. Eso sí, algunos enfermos pueden desarrollar síntomas estrechamente vinculados con enfermedades asociadas a la infección por virus C, como manifestaciones cutáneas, articulares, síndrome seco...
Solo en fases avanzadas de la enfermedad, cuando se desarrolla una cirrosis hepática, aparecerán los síntomas propios de esta patología y sus complicaciones. Los más habituales son:
- Ictericia.
- Coluria.
- Acolia.
- Cansancio.
- Malestar general.
Triste realidad
Según la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH), un tercio de los casos de Hepatitis C se diagnostica tarde, es decir, cuando el daño hepático es irreversible. Como consecuencia, se producen cuatro muertes semanales imputables a esta enfermedad en España.
Esta circunstancia ha obligado a especialistas en esta enfermedad a pedir a las administraciones que se adapte al contexto actual de la epidemia el Plan Estratégico para el Abordaje de la Hepatitis C. Esto es, tratar de sacar a 'relucir' las infecciones no diagnosticados llevando a cabo cribados poblacionales sin que sea necesario que estén ligadas a factores de riesgo.
A tener en cuenta
¿Y por qué esa franja de edad (entre 45 y 80 años)? Está claro: esas personas son las que tienen más posibilidad de estar contagiadas sin saberlo. De hecho, durante esos tiempos no se sabía la existencia del virus de la hepatitis C y, por tanto, salvo entre sectores vulnerables de la sociedad no se tenía en cuenta esa posibilidad.
No obstante, se conoce que la mayoría de las personas de esa edad con VHC se contagiaron en una intervención quirúrgica o al recibir una transfusión. Al ser una enfermedad asintomática, hay quienes podrían llevar hasta 20 años con el virus sin saberlo. Y lo pero: incluso continuar contagiándolo.