
Un nuevo estudio revela que los bebés que todavía no hablan son capaces de hacer deducciones racionales, mostrando sorpresa cuando un resultado no ocurre como se esperaba. Los resultados sugieren que tal razonamiento no tiene necesariamente una base lingüística, como algunos pensaban.
Se trata de un trabajo, publicado en Science, llevado a cabo por miembros del Grupo de Investigación en Razonamiento y Cognición Infantil (RICO), del Centro de Cognición y Cerebro, (Universitat Pompeu Fabra y ICREA), con participación del Centro de Desarrollo Cognitivo de Budapest (Hungría) y del Instituto Nencki de la Academia de las Ciencias (Polonia).
La investigación explica que el silogismo disyuntivo es una forma lógica de pensar donde, si solo A o B pueden ser verdaderos, y A es falso, entonces B debe ser verdadero. En esencia, es la capacidad de llevar a cabo el proceso de eliminación. Tal habilidad se ha confirmado en niños pequeños, pero no en bebés que todavía no hablan.
En su estudio, en el que participaron bebés de 12 y 19 meses de edad, junto con adultos, Nicoló Cesana-Arlotti, del Laboratorio Infantil del Centro de Desarrollo Cognitivo de la 'Central European University', en Budapest, Hungría, y sus colegas estudiaron a los bebés mientras veían animaciones, en las que se les mostró dos objetos que varían en forma, textura, color y categoría (por ejemplo, una flor y un dinosaurio), pero luego se ocultan detrás de una barrera.
Los investigadores utilizaron los datos de seguimiento ocular para encontrar que los bebés miraron más tiempo a las escenas donde el objeto inesperado se quedó detrás de la barrera, lo que indica que están confundidos por el resultado y esperan obtener más información.
Cesana-Arlotti y sus colegas realizaron variaciones de este experimento para confirmar que, de hecho, era el objeto inesperado lo que enamoraba a los bebés. Además, los investigadores descubrieron que las pupilas de los bebés se dilataban más cuando veían películas que requerían deducciones racionales, un fenómeno que también ocurre en los adultos durante el razonamiento deductivo.
Los autores valoran estos resultados como "una evidencia de que las estrategias que permiten a los seres humanos combinar información para razonar sobre los hechos que nos rodean están ya presentes en edades muy tempranas".
Por tanto, estos resultados contribuyen a clarificar una discusión ampliamente debatida en los últimos treinta años sobre la existencia de capacidades de razonamiento lógico tempranas en humanos, sugiriendo que algunos procesos mentales de los bebés aún antes que empiecen a hablar, ya son parecidos a los de los adultos, y más complejos de lo que se había pensado hasta ahora.