Barcelona, 21 oct (EFE).- Menos de la mitad de las mujeres inmigrantes de entre 40 y 69 años, consideradas población en riesgo de sufrir cáncer de mama, participan en el programa de detección precoz desarrollado por la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASP).
Los resultados preliminares de un estudio específico sobre ese colectivo realizado por esa entidad, el primero de este tipo que se lleva a cabo en Cataluña, señalan que las barreras culturales y sociales dificultan el acceso de la población extranjera de riesgo a este programa, que se desarrolla desde 1995 en la ciudad.
La coordinadora del programa, Rosa Puigpinòs, señaló en rueda de prensa que el estudio se llevó a cabo con la intención de "conocer mejor las necesidades" de la población inmigrante y para estimular su participación hasta niveles superiores al 60%, porcentaje equivalente al de las mujeres autóctonas.
El interés de la ASP hacia este colectivo responde al aumento de mujeres en edad de riesgo que ha llegado desde el extranjero a Barcelona durante los últimos años.
Las cifras oficiales del padrón para abril de 2008 señalan que al menos el 12,1% de las mujeres de entre 40 y 69 años residenciadas en Barcelona nacieron en un país extranjero, principalmente de Latinoamérica, China y Europa del Este.
A pesar de que la incidencia y morbilidad del cáncer de mama es relativamente baja en los países en vías de desarrollo, diversos estudios señalan que la tendencia se va a acercando a la del lugar de acogida, y se estima que la incidencia mundial varía de 24 casos por cada mil personas en los países más pobres hasta 68 en los países más desarrollados.
Puigpinòs destacó el hecho de que el colectivo inmigrante "suele tener otras prioridades" más allá de la salud, razón por la cual se hace importante conocerlas para "eliminar al máximo las barreras" que impiden a esas mujeres acudir a hacerse las mamografías.
Su participación en programas de prevención, comentó Puigpinòs, suele estar condicionada por la edad, el idioma, el desconocimiento de las enfermedades, el miedo, el tiempo de llegada a la ciudad o las falsas expectativas de seguridad, entre otros factores.
Los primeros datos del estudio, relativos a mujeres chinas, paquistaníes, indias, filipinas y de los países del Este de Europa, dejan claro que la interpretación de la enfermedad responde a criterios culturales, en muchos casos influenciada por el nivel socioeconómico.
En tal sentido, el equipo a cargo del estudio destaca la necesidad de "adoptar un enfoque transcultural" para ser capaces de "atender la diversidad" a través de acciones de sensibilización y educación que se adapten a cada realidad cultural.