
En algunos casos el elevado consumo de tabaco no afecta a la esperanza de vida y hay fumadores que, a pesar de llevar toda su vida fumando, llegan a cumplir los 100 años. Hay una explicación: los genes hacen que cada persona tolere el tabaco de una manera distinta.
Si una persona se fuma una cajetilla de tabaco al día, a lo largo de un año habrá consumido más de 7.000 cigarrillos. Si esa misma persona lleva fumando unos 50 años se habrá fumado la cifra de 365.000 cigarrillos a lo largo de su vida. ¿Cómo es posible que pueda llegar a cumplir casi los 100 años sin haber padecido un cáncer de pulmón?
Lainformación.com se hace eco de un estudio publicado en la revista Lancet que da una explicación a esta incógnita. Los científicos han determinado que los genes tienen un papel muy importante ya que hay personas que gracias a su ADN toleran mejor el tabaco. En concreto, se debe a las mutaciones en ese ADN, es decir, a los cambios en la información genética que permiten que el tabaco se tolere mejor.
Pero también hay personas que nunca se han fumado un cigarrillo y sí que padecen cáncer de pulmón, la explicación a ese hecho también estaría en la genética.
La enfermedad que más afecta a los fumadores es el cáncer de pulmón, pero esto no quiere decir que todos los que consuman cigarrillos vayan a morir a consecuencia de un cáncer. Según las estadísticas, el tabaco es el responsable de un tercio de los cánceres en hombres y del 10% de los cánceres que se producen en mujeres.
La Organización Mundial de la Salud ha alertado de los riesgos y ha hecho algunos pronósticos, como por ejemplo, cada año fallecerán en el mundo unos 8 millones de personas a causa del tabaquismo.
Las ventajas de dejar el tabaco se traducen en mayor esperanza de vida que llega a ser unos 9 años más si se deja antes de cumplir los 40.