Salud Bienestar

Más de la mitad de los pacientes han tenido que interrumpir la quimioterapia por efectos adversos en la piel

  • Nueve de cada diez personas padecen efectos secundarios en la dermis provocados por los tratamientos contra el cáncer.
Un paciente recibe su tratamiento de quimioterapia
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Nueve de cada diez pacientes oncológicos padecen efectos secundarios en la piel provocados por la quimioterapia. De hecho, más de la mitad han tenido que interrumpir el tratamiento. Se podría pensar que, al estar tratando una enfermedad grave, estas consecuencias carecen de relevancia, pero pueden alterar mucho la calidad de vida de los pacientes.

La piel es la tarjeta de visita en las relaciones sociales. "Si a la incertidumbre que produce tener cáncer le unimos los efectos adversos en la piel, pelo y uñas, el paciente puede sentir mayor angustia y tendencia depresiva", dice la jefa de Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Príncipe de Asturias, Susana Medina. Además, "provocan un recuerdo constante de la enfermedad", agrega el coordinador del grupo español de dermato-oncología y cirugía de la Academia Española de Dermatología y Venereología, el doctor Onofre Sanmartín.

La quimioterapia puede provocar una variedad de efectos secundarios en la piel debido al impacto que tienen estos tratamientos en las células que se están dividiendo de forma rápida, incluidas las de la dermis. No obstante, "no todos los fármacos producen los mismas secuelas y tampoco con la misma severidad. Va a depender de la dosis, la combinación y la sensibilidad del paciente", apunta la portavoz de la Sociedad Española de Oncología Médica, la doctora Marga Majem.

Existen dos tipos de tratamientos oncológicos. Por un lado, la quimioterapia convencional (los fármacos citostáticos). Entre los efectos secundarios están diferentes tipos de erupciones cutáneas, sequedad, descamación de la piel, enrojecimiento, prurito o picor, acné, cambios en la coloración de la piel, fotosensibilidad, cambios en las uñas o síndrome mano-pie, que se produce un enrojecimiento e hinchazón dolorosa de las palmas y las plantas de los pies. Este último es muy frecuente.

Uno de los efectos adversos más conocidos de la quimioterapia es la caída del pelo. La alopecia puede llegar a producirse en el 65 y 70% de los pacientes que reciben quimioterapia. "Esto se debe a un efecto tóxico directo sobre los queratinocitos del pelo", explica la doctora Susana Medina. Normalmente suele darse a la segunda o tercera semana del inicio y se establece por completo a partir del segundo o tercer mes. "Es un efecto dosis dependiente. A más dosis, más rápido y mayor cantidad de alopecia", dice el doctor Onofre Sanmartín. Cabe mencionar que en el caso de las terapias dirigidas la caída del pelo se produce en un bajo porcentaje de pacientes.

"La caída del pelo afecta mucho psicológicamente a los pacientes. Por otro lado, algunas reacciones a fármacos pueden ser graves porque tienen repercusión a nivel general e incluso pueden requerir suspender el tratamiento", dice Medina. "Es una razón en ocasiones no para abandonar, sino para cambiar el régimen de tratamiento, pero a lo mejor el cambio de régimen de tratamiento va hacia otro que es menos eficaz", añade Sanmartín.

Además, hace unos años se han introducido los tratamientos anti-diana y la inmunoterapia. Estos aportan una mayor eficacia oncológica, en otras palabras, mejoran los resultados del tratamiento. También tienen muchos menos efectos adversos en cuanto a diarrea, vómitos o la afectación de la médula ósea. Sin embargo, "la diana sobre la que más efectos secundarios produce", afirma el coordinador de la Academia Española de Dermatología y Venereología. "Tienen más consecuencias que los tratamientos convencionales", agrega.

La aparición de estos efectos secundarios en la piel durante la quimioterapia depende de varios factores. Primero, de cómo el cuerpo responde a los tratamientos y del tipo de terapia que se use, según cuenta la doctora Marga Majem. "Las dosis empleadas y las combinaciones de fármacos que puedan ser requeridas, también son importantes a la hora del desarrollo de efectos adversos", añade la jefa del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Príncipe de Asturias.

Así, dependiendo del grupo de quimioterápico del que se trate, hay más tendencia a un tipo concreto de efecto adverso. "Los agentes alquilantes, antíantimicrotúbulo, antimetabolitos e inhibidores de topoisomerasa causan con más frecuencia alopecia, mientras que capecitabina, taxanos, doxorubicina y 5-FU, producen más síndrome de mano-pie, los inhibidores de factor de crecimiento epidérmico dan lugar a erupciones tipo acné y también pueden producir sequedad de la piel en otros casos", explica Medina.

De igual importancia, entran en juego la susceptibilidad del paciente, que puede relacionarse con características genéticas, su estado nutricional y sus otras enfermedades de base, entre otros.

Por otra parte, se están investigando nuevas formas de administrar estos medicamentos y que tengan menos efectos secundarios en la piel y mejoren la calidad de vida de los pacientes. "Para el síndrome mano-pie, relacionado con el cáncer de colón, no es lo mismo dar el tratamiento en dosis muy altas cada tres semanas que en tomas más bajas todos los días", apunta Sanmartín. También se está investigando en fármacos que provoquen efectos como protectores cutáneos o suplementos nutricionales.

Cómo se debe cuidar la piel

Los dermatólogos y oncólogos realizan una serie de recomendaciones para cuidar la piel durante la quimioterapia. Es importante hidratar la piel y evitar ambientes que hagan sudar mucho a la persona y la exposición al sol de manera directa. También se aconseja el uso de fotoprotectores para prevenir el efecto perjudicial de la radiación ultravioleta, entre otros.

Además, "dependiendo del efecto que se haya producido sobre la dermis, se seleccionan unos tratamientos u otros, que pueden ir desde cremas regeneradoras, hasta hidratantes u otras con corticoides o antibióticos", explica la especialista en Oncología Médica y Medicina Estética de Vithas Internacional y del Instituto Oncológico Vithas, la doctora Magda Palka.

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