
La guerra que se disputa en el seno de Grifols respecto a las posiciones frente a una futurible opa de Brookfield y la familia fundadora sobre la mayoría de acciones de la farmacéutica tendrá un nuevo soldado que, en principio, no es favorable a la operación. Los tres fondos que han solicitado un sillón en el consejo de la firma de hemoderivados podrán alcanzarlo al superar las barreras que marca la Ley de Sociedades. Pero podrán hacerlo gracias a que la farmacéutica ha dejado dos sillas vacías en su seno tras la dimisión de dos consejeras hace escasos dos meses.
La norma española asevera que para poder acceder, la primera acción que deben emprender los fondos Flat Footed, Mason Capital Management y Sachem Head Capital Management es sindicar sus acciones. Solo así podrán esgrimir el 7,72% frente al capital social de Grifols, tal y como marca la ley. Además, como poseedores de más del 3% del capital tienen potestad para elevar cuestiones al Consejo de Administración. La farmacéutica explica que son once los miembros actuales en su máximo cónclave, cifra con el cuál no le darían los números al trío de fondos.
Pero es que en realidad hay trece sillones tras las dimisiones en julio de Claire Giraut y Carina Szpilka Lázaro. Estas dos vacantes no se han eliminado, por lo que se pueden sustituir.Por otro lado, los fondos tienen una idea clara sobre qué quieren en el futuro de Grifols. Según fuentes del mercado, además de vigilar el proceso de opa, confían en el modelo de negocio de la farmacéutica. Solo tendrían un problema, que es la falta de confianza en el gobierno corporativo actual, al menos en parte de él.
Confían, según ha podido saber este medio, en que los cambios que creen necesario solo se pueden llevar a cabo siendo una compañía cotizada. En este sentido, hay que recordar que la opa planteada por Brookfield y la familia es de exclusión de bolsa. Mientras tanto el problema de fondo respecto a la operación sigue siendo la existencia de acciones A y B y su diferencia de precio. Según los estatutos de la farmacéutica, solo se puede ofrecer un precio, pero teniendo en cuenta la devaluación de las acciones, las posiciones son escépticas.
El perfil de los fondos
Los inversores rebeldes de Grifols son hedge funds con vasta experiencia en este tipo de operaciones. Por ejemplo, Flat Footed, fondo habituado a situaciones especiales y centrarse en empresas apalancadas con una gran cantidad de activos y estructuras de capital complejas, lideró el pasado año un movimiento en contra de la fusión entre la estadounidense Diversified Healthcare Trust (DCH) y Office Properties Income Trust (OCI).
Por su parte, Mason Capital es una gestora fundada en 2000 por Kenneth Garschina y Michael Martino y que, de acuerdo a datos de cierre de 2023, cuenta con activos bajo gestión que ascienden a 1.400 millones de dólares. Sachem Head tiene sede en Nueva York y fue fundada en 2012 por Scott D. Ferguson, ejecutivo que trabajó con el conocido inversor activista Bill Ackman.