
El ser humano desde los orígenes de la humanidad ha tratado de mitigar dolencias y prolongar la vida utilizando plantas para uso medicinal. Además, en los últimos tiempos se ha observado un incremento en el uso de fitoterapias y de hecho, generaron 8.000 millones de euros en Europa durante 2023.
La Sociedad Española de Fitoterapia (Sefit) define la fitoterapia como "la utilización de los productos de origen vegetal con finalidad terapéutica, para prevenir, aliviar o curar un estado patológico, o con el objetivo de mantener la salud". Ofrecen una alternativa natural a los medicamentos sintéticos y a menudo, presentan menos efectos secundarios. Además, en indicaciones como infecciones no complicadas ayuda a reducir la frecuencia del uso de antibióticos para combatir la resistencia antimicrobiana.
Este tipo de productos pueden ser tan efectivos como las terapias convencionales, sobre todo cuando se desarrollan utilizando métodos científicos rigurosos. "La eficacia de un determinado medicamento a base de plantas dependerá de su composición", dice el técnico del área de Divulgación Científica del Consejo General de Colegios Farmacéuticos (Cgcof), Pablo Caballero. Cabe mencionar que es "importante que a la hora de tomar un medicamento a base de plantas informemos, o bien al farmacéutico o bien al médico, de los tratamientos u otros productos que estemos utilizando para evitar interacciones farmacológicas", añade.
Los fitofármacos se utilizan principalmente para tratar problemas de salud leves y comunes. Suelen dirigirse a aliviar los síntomas de infecciones respiratorias y urinarias. También juegan un papel importante en la salud de la mujer para tratar molestias premenstruales o menopáusicas. "Hay potencial para un mayor desarrollo en las áreas de gastroenterología, dermatología o de la función cognitiva, estado de ánimo y sueño", indica el jefe de asuntos médicos globales de Bionorica, Thomas Bahr.
Data Market Research señala en un informe que el incremento del mercado de las fitoterapias está siendo impulsado por el retorno progresivo a lo "natural" sobre todo en países como Alemania, Francia y Estados Unidos. Esto se debe a un mejor conocimiento químico, farmacológico y clínico; al desarrollo de nuevas metodologías de análisis de calidad, innovadoras formas de preparación y administración de productos vegetales, y a la influencia de la industria farmacéutica, entre otros.
Adopción de las fitoterapias
Su adopción en el mercado crece a nivel global, sobre todo en Europa y Asia donde hay una fuerte tradición de uso de remedios herbales. Alemania es líder mundial en la investigación, producción y utilización de estos productos. Los expertos apuntan que esta posición se debe a empresas que invierten mucho en el cultivo del material vegetal, tecnología y en los ensayos clínicos para comprobar la eficacia de estos tratamientos. En España, los principales actores son Herbex Iberia, Lesmes Aloe Canarias, Bionorica, Futurplant y Andaluza del Campo, entre otros; según plasma un estudio de Businesscoot.
España ocupa el sexto lugar en el Viejo Continente en cuanto a tamaño del mercado herbal. Además, muestra crecimientos importantes y el grado de aceptación por parte de los consumidores es cada vez mayor, sobre todo en los más jóvenes y con formación, según Thomas Bahr. Un alto porcentaje de estos consumidores elige la farmacia para comprar fitofármacos. "Podemos encontrar tanto casos en los que los demanda el propio paciente como en que es el profesional sanitario, bien se trate del médico o del farmacéutico, el que aconseja su uso", dice Pablo Caballero.
Una encuesta realizada por el Colegio de Farmacéuticos de Sevilla en las farmacias de la región sobre el uso de fitoterapias en 2022 puso en manifiesto que el 80% de las personas aseguraban haberlas recibido en algún momento de su vida. Su uso era mayor en mujeres que en hombres e iban dirigidas a dolencias puntuales y de manera ocasional, siendo los trastornos de tipo nervioso y digestivo los más tratados. Además, la gran mayoría sigue considerando la fitoterapia como un complemento y no como una alternativa a la medicina tradicional.
El 35% de los encuestados indicaron tomar plantas medicinales por decisión propia y el 28% por consejo farmacéutico (la farmacia comunitaria es el lugar preferido para conseguirlo). Además, un 53% aseguró que no comunica a su médico que usa fitoterapias principalmente para trastornos nerviosos, digestivos, respiratorios y otros.
Las plantas más utilizadas fueron la raíz de valeriana (utilizada para la ansiedad, nerviosismo y dificultas para conciliar el sueño), con un 16,4%; y la flor de manzanilla (para trastornos digestivos), con un 13,8%. También destaca la hoja de áloe vera para las quemaduras, la preparación de árnica, que se usa como antiinflamatorio, y la hoja de drosera como antitusivo.
Investigar nuevos fitofármacos es un proceso desafiante por la complejidad de los cientos de compuestos que existen en cada especie vegetal. "La genética del material vegetal, la zona climática y el clima que se produzca durante la temporada de crecimiento provocan variabilidad en el perfil de compuestos que va a llevar cada lote de este tipo de productos", explica el jefe de asuntos médicos globales de Bionorica. En total, el desarrollo de un nuevo fitofármaco (desde la idea hasta su aterrizaje en el mercado) lleva más de una década e implica una inversión multimillonaria. Solo el proceso de aprobación por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) dura dos o tres años.
En el mundo vegetal hay muchos compuestos con interés farmacológico. "Cabe esperar que en el futuro dispongamos de más fármacos basados en principios activos de origen vegetal", apunta Caballero.