
Se recomienda acudir a una revisión de la vista al menos cada dos años. Examinar la visión de los más pequeños y de las personas con problemas neurocognitivos no es tarea fácil ante la dificultad de comunicación. Un grupo de ingenieros de la Universidad de Zaragoza y otro de oftalmólogos pediátricos del Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón han encontrado una solución a esta problemática: una exploración más automatiza a través de una pantalla y unos estímulos.
Dive Medical ha creado un dispositivo que cuenta con una pantalla en la que se muestran una serie de estímulos para evaluar funciones visuales (agudeza visual, percepción del color, etc.). Esta a la vez se combina con un dispositivo de seguimiento de la mirada para saber dónde está viendo el paciente en relación con esos estímulos, y analizar los datos. "Podemos sacar métricas cuantitativas y muy objetivas de cómo está siendo la función visual de ese paciente", afirma la cofundadora de Dive Medical, Marta Ortín.
La tecnología tiene dos utilizaciones. Por un lado, para hacer un análisis más automatizado para el cribado visual en colegios. "La idea es que Dive indique si el niño puede tener algún problema visual y redirigirlo al especialista", expone Ortín; y por otro lado, para que ayude al propio oftalmólogo en el diagnóstico. "Somos una ayuda en la detección y el seguimiento del tratamiento de estos pacientes", dice la cofundadora.
Además, puede hallar un amplio abanico de enfermedades. Entre ellas, está la ambliopía, estrabismo, problemas del nervio óptico, relacionados con la motilidad ocular y de percepción de color – daltonismo -.
A finales de 2022, Dive Medical consiguió el marcado CE para la primera versión de su tecnología. Este mes esperan obtenerlo para la segunda versión. Además, actualmente, el dispositivo ya se encuentra en nueve centros españoles (hospitales, escuelas, clínicas, etc.). También, recientemente ha firmado un acuerdo de al menos tres años con Farmamix, que se encargará de distribuir el dispositivo en España y Portugal. También han realizado ensayos clínicos en México, Vietnam, China, Hong Kong y Rusia.
Por otra parte, la compañía está dotada de financiación pública y privada procedente de Huawei y las primeras ventas que ya han realizado. "Estamos cerrando una ronda puente de alrededor de dos millones de euros", afirma Ortín.
Además de la subvención, Dive Medical está envuelta en la búsqueda de distribuidores con el objetivo de expandir su producto en Europa. En concreto, quieren aterrizar en Alemania, Reino Unido y Suiza. "Queremos firmar al menos con uno dos compañías en el continente", resalta Marta Ortín. También quieren comercializar el dispositivo en Estados Unidos. Su estrategia es entrar a través de la utilización del producto por parte de los hospitales y sus opiniones positivas. "Estamos en conversación con el Boston Children Hospital para una colaboración este año y en paralelo si conseguimos una opinión positiva solicitaremos la autorización a la FDA", explica la cofundadora. También pretender seguir mejorando el producto y extender su tecnología a otras patologías neurocognitivas.