
La incierta situación de Grifols tras el sorprendente informe de Gotham City podría representar una amenaza de salud pública en el supuesto que se confirmen los peores presagios de la firma de análisis de mercado, cuyo demoledor documento asegura que el valor de la compañía es cero. Por lo pronto, la compañía catalana es una de las referencias mundiales en la producción de medicamentos derivados del plasma a gran escala, por lo que cualquier ataque en su línea de flotación podría debilitar una actividad considerada de estratégica desde tiempos de la pandemia, según apuntan a elEconomista.es fuentes conocedoras de la situación.
Por todo lo anterior, el rescate público podría encontrarse entre las hipotéticas respuestas ante una situación de destrucción masiva de valor. En su misma tesitura se encuentran organizaciones claves para la seguridad nacional y para el conjunto de la economía española, relacionadas con los sectores de defensa, energético, financiero, sanitario, TIC, de transporte y químico, entre otros.
Además de en España, Grifols dispone de una red de 300 centros de plasma en Estados Unidos, Alemania, Canadá, China, OrienteMedio y África, diversificación que durante la pandemia permitió a la compañía expandir su acceso a plasma. En el peor de los escenarios posibles, el abastecimiento de la compañía está asegurado. De hecho, durante los peores días de la pandemia, la compañía reconoció que su inventario de plasma y de las principales proteínas plasmáticas permitían el "suministro ininterrumpido de productos durante, al menos, medio año en términos globales".
Fuentes de la compañía recuerdan en su página web que desde hace casi 74 años vienen desarrollando en Barcelona la denominada plasmaféresis, una técnica pionera que permitió a la empresa de Sant Cugat del Vallés alcanzar una cuota del 18% en el mercado de proteínas plasmáticas, el tercero del mundo solo superado por la australiana CLS Behring (25%) y la irlandesa Shire (21%).
Las soluciones de Grifols incluyen "soluciones intravenosas para mantener o restaurar fluidos y el equilibrio electrolítico de los pacientes y como vehículo para medicamentos". La empresa también trabaja en la automatización de los procesos hospitalarios clave, para "proporcionar una asistencia sanitaria más eficiente y de mejor calidad". Junto a lo anterior, el grupo catalán proporciona "formulaciones especiales para la nutrición enteral y la medicación de los pacientes". Al margen del plasma, Grifols produce dispositivos e instrumentación médica para actividades de "neurorradiologia intervencionista, hemodinámica, urología, anestesiología y cirugía cardiovascular" de los hospitales.
Grifols añade que el plasma es "una fuente de vida". Se trata de "la parte líquida de la sangre, que contiene cientos de proteínas y anticuerpos esenciales para el organismo, así como otros componentes de incalculable valor terapéutico". A partir de esa materia prima, la compañía "desarrolla medicamentos para tratar a pacientes de todo el mundo con enfermedades crónicas y raras, las cuales pueden ser muy graves". También señala que enriquece "su amplio conocimiento en materia de plasma con nuevas plataformas tecnológicas, para acelerar el desarrollo de innovadores tratamientos".
El trabajo de la compañía es extraordinariamente laborioso. De hecho, "todas las donaciones de plasma se mantienen en inventario durante 60 días antes de ser enviadas a las instalaciones de fabricación. Una vez en producción, las proteínas terapéuticas se extraen del plasma, seguido de la purificación y los pasos de inactivación del virus para proteger mejor los medicamentos para el uso del paciente". Asimismo, la producción de medicamentos de plasma "se puede demorar hasta 12 meses desde el momento en que se realiza la donación hasta que el medicamento esté listo para administrarse a los pacientes". Entre otros datos desvelados por Grifols, "se requieren entre 130 y 1.200 donaciones de plasma para tratar a un paciente durante un año".