
Seguramente conozcan el dicho: "De grandes cenas están las sepulturas llenas". Podría asociarse a algunas cenas y comidas navideñas. Y es que, en estas fechas se consumen muchos más alimentos produciéndose una sobreingesta. Dos expertas comparten algunas recomendaciones para conseguir un balance positivo estas fiestas.
La Navidad son cinco momentos: la cena de Nochebuena y Nochevieja, y la comida de Navidad, Año Nuevo y el Día de Reyes. Sin embargo, "las personas piensan que estas fiestas comienzan el primer día de diciembre", afirma la miembro del grupo de investigación Genud de la Universidad de Zaragoza y de la Sociedad Española de Nutrición (SEÑ), la doctora María Miguel Berges. Esto provoca que la gente comience a comer los platos típicos de estas fechas antes y haya mayores consecuencias para la salud.
Es importante circunscribir las cenas y comidas de Navidad.. "No hay que empezar a comer turrón o fritos desde el 1 de diciembre, sino solo los días de fiesta. El resto tomar cosas con excesiva grasa y azúcar puede hacer ganar peso u padecer otras patologías derivadas de comer mal", explica la miembro de la junta directiva de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética, la enfermera Mercedes López – Pardo Martínez.
Además, hay que tener en cuenta el momento en el que se come. En el caso de las cenas, se recomiendan hacerlas temprano con el objetivo de que haya tiempo para hacer la digestión antes de irte a la cama. "Lo aconsejable es sentarte en la mesa entres las 20:00 horas y las 21:00 horas", indica López-Pardo Martínez. Al mismo tiempo, aconsejan comer despacio, con tranquilidad y masticando bien los alimentos al mismo tiempo que disfrutas de la compañía y de la conversación.
También aconsejan planificar los platos. En muchas casas se realiza una gran cantidad de comida, que acaba sobrando. "El anfitrión se va a ir comiendo las sobras los siguientes días y puede producir una sobreingesta de alimentos. Esto nos lleva a engordar entre tres y cinco kilos en Navidad", expone Miguel Berges. "Si sobra es importante que pueda congelarse o repartirla entre las diversas viviendas para evitar que una única persona sea la que tiene que comérselo todo", añade.
En cuanto a los alimentos, es cierto que la costumbre en Navidad es comer bastante dulce, por ejemplo, los polvorones y el turrón – aquellos que más remordimientos pueden producir a posteriori -, pero existen otras tradiciones más saludables. Este es el caso de la lombarda, el besugo o el pavo, que son productos sin exceso de grasa ni problemáticos para la salud. "Hay que intentar dentro de los platos tradicionales sacar aquellos exquisitos y que al mismo tiempo no tienen efectos 'malos' para el organismo, y seguir disfrutando de las cenas y comidas", dice la miembro de la junta directiva de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética. "Los hidratos de carbono simple en forma de polvorones, mazapanes, turrones, … es lo que nos va a hacer coger los kilos de más", añade María Miguel Berges.
Cabe hacer especial mención al alcohol. Hay que tomarlo con moderación y limitar las copas de vino durante la comida. Los expertos aconsejan reservar la copa de cava o champán para brindar ya que contiene más calorías que la grasa.
Por otro lado, mucha gente tiende a saltarse la comida del 24 de diciembre para hacer hueco para la cena. Sin embargo, consiguen todo lo contrario. "Si a la persona le dices que haga ayuno el día de Nochebuena va a llegar la noche y probablemente comerá mucho porque no está habituada. No obstante, es cierto que el ayuno al día siguiente, es decir, no comer nada hasta las 15:00 horas de la tarde (si cenas a las 23:00 horas más o menos) favorece que descanse el sistema digestivo y, sobre todo, también va a ahorrar energía y va a hacer que quememos grasa", explica la miembro de la SEÑ.
En último lugar, recomiendan aumentar la actividad física durante estos días. "La sobremesa del Día de Navidad, de Año Nuevo o de Reyes puede traducirse en sentarte a la maesa a las 14:00 horas y no levantarte hasta las 20:00 horas", dice Miguel Berges. Por ello, una buena idea es salir a dar un paseo y así además, en esas horas que estás en la calle "no estás picoteando".