
Menopausia, una palabra que antes transmitía negatividad es ahora el tema de conversación entre miles de mujeres entre lo 50 y 60 años. En España, alrededor de cuatro millones de españolas se encuentran en esta situación -un 7,9% de la población total, según el Instituto nacional de Estadística-. En el país nunca ha habido una cifra tan alta de mujeres que se encuentren en la menopausia. Esta trae consigo una serie de síntomas y factores de riesgo. Uno de ellos son las enfermedades cardiovasculares que se disparan en esta época de la vida.
Todas las mujeres van a pasar por la menopausia. No obstante, antes tiene lugar la perimenopausia. Y es que, suele durar entre cuatro y ocho años y muchas veces pasa desapercibida. Disminuyen los niveles de estrógenos lo que desencadena una serie de síntomas. La mujer empieza a padecer una serie de cambios endocrinos metabólicos que deterioran la calidad de vida y aumenta los factores de riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular. Es más, hay una tendencia a un empeoramiento del colesterol, del perfil lipídico y al incremento de azúcar en sangre.
Con la retirada definitiva de la regla, estos síntomas se acentúan, entre ellos los accidentes cardiovasculares. Los datos tanto de la Sociedad Española de Cardiología como del Instituto Nacional de Estadística muestran que este tipo de episodios son casi insignificantes en las mujeres antes de la menopausia, sin embargo cuando se cruza esta línea los fallecimientos se disparan. Además, sube el colesterol y el azúcar lo que provoca un mayor riesgo de padecer diabetes tipo dos.
Por otro lado, un 83% de las mujeres no reciben ningún tratamiento para aliviar las molestias más habituales de la menopausia. Cabe destacar que los síntomas más habituales son los sofocos, aunque también pueden producirse episodios de insomnio, aumento de peso, pérdida de masa ósea e incontinencia urinaria, además del mayor riesgo cardiovascular.
¿Hay tiempo para reducir los riesgos?
A día de hoy, no hay nada que frene que el ovario deje de producir óvulos, pero sí se puede tratar de reducir los riesgos de la menopausia. ¿La fórmula? Llevar una vida saludable, según los expertos.
Para los huesos, las mujeres que empiezan con la menopausia tienen que tomar más calcio y los ejercicios físicos hay que adecuarlos a la situación en la que se encuentran. También para tratar de frenar la grasa abdominal y el aumento de peso es fundamental incorporar una dieta sana. De igual importancia, si la persona tiene muchos sofocos, es importante evitar el picante y las bebidas calientes.
Además, el tratamiento hormonal – que reemplaza a las hormonas que el ovario deja de producir – ayuda a minorizar el riesgo cardiovascular. Los expertos indican que si se comienzan pronto con este tipo de terapias serán beneficiosas, pero si se empiezan cuando la mujer ya tiene los vasos deteriorados o ha sufrido un ictus o un infarto, son contraproducentes.