
Los hospitales de España contarán con menos camas en funcionamiento este verano. Así lo ha constatado el Sindicato de Enfermería (Satse). En concreto, está previsto que se vayan a cerrar durante las vacaciones al menos 9.809 camas en todo el país. ¿La causa? "el cierre estival que han realizado el conjunto de administraciones sanitarias públicas".
En 2022, se clausuraron 8.600 camas, un 14% menos que en el presente año. Sin embargo, no solo se cerraran camas, sino que también se han pospuesto o eliminado "consultas externas, pruebas diagnósticas e intervenciones quirúrgicas en los centros hospitalarios", alerta Satse. El cierre se mantendrá durante julio, agosto y septiembre.
Si se desgrana por Comunidades Autónomas, en Andalucía será donde más camas se cierren. En concreto, 2.038 camas. Le sigue la Comunidad de Madrid con 1.800 y la Comunidad Valenciana con 1.126 camas. Además, Cataluña clausurará 850 camas, el País Vasco 770, Aragón 659, Galicia 508 y Asturias 400. En lo que respecta a Castilla y León y Extremadura, se cerraran 335 y 285 respectivamente, según las previsiones del Sindicato de Enfermería.
Por otra parte, en Cantabria son 265 las camas clausuradas, en Murcia 250, en las Islas Baleares 158, en Navarra 108 y en Castilla La Mancha 106 camas. También el cierre está previsto que afecte a 99 camas en Canarias y un total de 52 en La Rioja.
El cierre de camas y la suspensión de otros servicios tiene una incidencia directa en las listas de espera. Además, dejando el cierre estival a un lado, estas se han ido incrementando en los últimos años. Los últimos datos del Ministerio de Sanidad indican que hay 793.521 personas esperando para ser operadas. Satse cree que podría aprovecharse el periodo estival para "reducir estas listas de espera, pero, por contra, se retrasa aún más el tiempo que deberán esperar las personas que así lo requieran".
También, el sindicato ha lamentado que las administraciones públicas "no han cubierto el total de las vacantes por periodo vacacional o bajas por enfermedad". En concreto, el porcentaje de personal que no se sustituye oscila entre el 30 y el 40% dependiendo del servicio de salud. "Conlleva un aumento de la sobrecarga laboral para los compañeros que trabajan los meses de verano, algo que repercute negativamente en la atención a las personas y también a su salud", afirma el Sindicato de Enfermería.
Otra consecuencia es el aumento de pacientes desplazados "dentro del mismo hospital a otras unidades que no se corresponden con su patología, lo que repercute en la calidad asistencial que se ofrece a estas personas", indica Satse. Además, también los propios sanitarios se deben de desplazar.
Por otro lado, el sindicato apunta que muchos municipios del medio rural incrementan su población de manera considerable los meses de verano, con lo que hay más posibilidades de problemas y saturación, "ya que en estos lugares no hay los recursos asistenciales y profesionales necesarios", recalcan.