
La Unión Europea tiene un nuevo plan para hacer frente a la resistencia a los medicamentos antimicrobianos. Recomienda reducir el consumo de antibióticos en humanos en un 20% y una reducción del 50% en las ventas generales de este tipo de terapias utilizadas en animales. Esta disminución debe llevarse a cabo antes de 2030.
La recomendación forma parte del paquete de medidas destinadas a reformar la legislación farmacéutica. Pretende fomentar el uso prudente de antimicrobianos en la salud humana y animal a través de una serie de medidas voluntarias. El objetivo es reducir el riesgo de que los microorganismos se vuelvan resistentes a la intervención médica.
Si por un segundo una simple infección bacteriana fuese inmune a los antibióticos, esta superbacteria se haría fuerte en el organismo de la persona e infectaría otras partes del cuerpo mediante la conocida sepsis y, al final, acabaría con la vida del individuo. Esto ocurre en la vida real y es conocido como resistencia antimicrobiana.
Se produce cuando las bacterias aprenden a defenderse de los tratamientos por el mal uso o el abuso de los mismos y, por lo tanto, dejan de ser sensibles a estos. "No podemos darnos el lujo de ignorar la amenaza mortal que los microorganismos resistentes a los medicamentos representan para la salud humana", afirma el ministro de Asuntos Sociales y Salud Pública de Suecia (actualmente ostenta la presidencia de turno del Consejo), Jacob Forssmed.
Además de las recomendaciones y políticas que llevan a cabo las autoridades sanitarias, las farmacéuticas también se encuentran investigando nuevos antibióticos que sean capaces de hacer frente a las bacterias resistentes. De hecho, en los siguientes años saldrán al mercado alrededor de dos o tres tratamientos.
Por otro lado, en 2030 la resistencia antimicrobiana producirá un gasto ingente. Además, si se echa la mirada más adelante, concretamente a 2050, provocará una disminución del 1,1% del Producto Interior Bruto (PIB), según cifras del Banco Mundial.
La resistencia antimicrobiana en España
Actualmente la resistencia a las bacterias causa alrededor de 4.000 fallecimientos al año en España. La principal razón de esto es el mal o excesivo uso de los antibióticos. Según un estudio, uno de cada dos tratamientos de este tipo se hace de manera inadecuada. Y es que, la gran parte de ellos se receta de manera innecesaria y se usan incorrectamente lo cual coacciona la utilidad de los fármacos y contribuye a la resistencia antimicrobiana.
De igual importancia, los tratamientos no suelen tener la duración correcta, es decir, duran más o menos de lo que deberían. Además, existe una incorrecta dosificación ya que se utilizan dosis altas o bajas, pero no la adecuada, según los expertos.