
El CEO de la multinacional Lilly en España hace un repaso tanto de la actualidad de la compañía como de los cambios legislativos que se avecinan para la industria farmacéutica
¿Qué nuevos medicamentos lanzará Lilly este año en España?
En este mismo mes vamos a sacar un medicamento en el ámbito de la oncología. Es el primer medicamento que sacamos de medicina de precisión. Sirve para dos tipos de tumores: pulmón y tiroide. En diabetes, tenemos el primer inibidor para el tipo 2 y lo tenemos en previsión regulatoria para tratar la obesidad. Estamos negociando con el ministerio. A nivel europeo, tenemos dos opiniones positiva de dos fármacos.
España tiene mucho retraso en la financiación de medicamentos. El Ministerio dice estar trabajando en dos Reales Decreto para mejorar los tiempos. ¿Cómo van?
La discusión con el Ministerio es intensa. Los trabajos se hacen dentro del marco del Plan Estratégico de país, que tiene tres patas. Una de ellas hace referencia al acceso, otra al tejido industrial y la tercwera a la I+D. La idea es que el Plan Estratégico vea la luz a finales del mes de junio, por lo que el calanderario ahora es bastante intenso y donde Farmaindustria y el Gobierno están avanzando en propuestas.
Ese plan estratégico está vinculado a la promesa de inversión de 8.000 millones que realizó la industria farmacéutica en Moncloa a finales de año. ¿Qué más va a hacer Lilly en España?
Tenemos un plan continuo de inversión, tanto en nuestra planta de producción como en el laboratorio de biología. En la planta nos estamos enfocando en formas secas y empaquetado. Gran parte de ese tipo de medicamentos se hacen en Alconbendas.
¿Me puede dar una cifra de inversión para hacer frente a ese volumen de fabricación que se hace en Alconbendas?
Son cinco millones de euros anuales para poder ampliar. Para la cartera de productos, nuestro centro de Alconbendas está bien posicionado para jugar un papel creciente en la fabricación y distribución de los medicamentos.
Hablaba hace un momento de la estrategia farmacéutica, que el Gobierno también quiere aparejar junto a la europea aprovechando la presidencia de España. La semana pasada se hablaba de reducir los tiempos de patente de los 10 años hasta los ocho. ¿Qué opinión le merece?
Eso no ayuda en nada a largo plazo y esperamos que tanto la Comisión como los estados miembro reconsideren su postura. Pensamos que en este momento, si se mira objetivamente la representación de Europa en la innovación y en nuevas patentes, en medio siglo se ha revertido la preponderancia de Europa respecto a Estados Unidos. Por tanto, disminuir los incentivos a la innovación a través de una reducción del tiempo de patente no es el camino.
¿Ni siquiera sería asumible si se trabaja en una aprobación única europea, en lugar de tener que ir país por país?
Eso no ocurrirá porque la financiación de medicamentos es prerrogativa de cada estado miembro. No se deberían mezclar los problemas de acceso con los de equidad. Nosotros somos los primeros interesados en que se arregle, porque a los laboratorios no les interesa innovar y que no llegue al paciente.
¿Cuánto supone para una farmacéutica perder dos años de patente?
Muchísimo, porque se pierden los dos últimos que es cuando se ha alcanzado el pico de ventas. Pero además, es importante para Europa tener un ecosistema competitivo frente a China, Japón o EEUU.