
La falta de perspectiva de género tiene efectos negativos en la salud de la mujer. De hecho, siete de cada diez españolas consideran clave su introducción en la investigación y atención sanitaria. Por otro lado, más de la mitad de la población femenina piensa que sus madres y abuelas gozaron de un mejor bienestar que ellas cuando tenían su edad, según el informe La perspectiva de género en salud salva vidas, elaborado por Cofares.
Durante décadas en la investigación y ensayos clínicos de nuevos medicamentos solo participaron hombres. Esta falta de perspectiva de género ha provocado que la población femenina quedase excluida de un gran número de investigaciones. "Es un error suponer que las mujeres y los hombres perciben la enfermedad y reaccionan a los medicamentos de la misma manera". Estas fueron las palabras de la Organización Panamericana de la Salud (afiliada a la Organización Mundial de la Salud).
Un 47% de las españolas admite desconocer los síntomas o signos, por ejemplo, de un infarto (estos cambian dependiendo de si el paciente es hombre o mujer). Cabe resaltar que esta es la primera causa de fallecimiento en la población femenina. Generalmente los síntomas son presión o dolor en el centro del pecho y en uno o ambos brazos. Sin embargo, en el caso de las mujeres, hay que añadir a la lista la dificultad para respirar, náuseas o vómitos y dolor de espalda o mandíbula.
Si se analiza por Comunidades Autónomas, el cien por cien de las canarias ven la necesidad de incorporar la perspectiva de género en la investigación y en la atención sanitaria. Le sigue Extremadura, Cantabria y Asturias con un 97%, y La Rioja, País Vasco y Castilla La Mancha con un 96%. Cabe destacar que ninguna autonomía se encuentra por debajo del 90%. De hecho, el 93% de las catalanas y madrileñas se encuentran a favor de su introducción
Estos no son los únicos datos que da el informe. Además, seis de cada diez mujeres, es decir, el 64,7% consideran que prestan más atención a su salud desde la pandemia. Destacan las españolas de entre 18 a 35 años con un 71,8%. Le siguen las de entre 36 a 55 años con un 64,5% y las de más de 55 con un 60,3%. También, dicen anteponer su salud mental a la física. Todas priorizan el cuidado mental frente al físico.
Por otro lado, el 40% de la población femenina afirma haber modificado alguna consulta médica por tener que dedicarse al cuidado de la familia. El 37,7% fueron mujeres de 36 a 55 años, el 28,6% de 18 a 35 años de edad y el 21,7% de más de 55.
Además, siete de cada diez, concretamente el 73,4% consideran que están más pendientes de la salud de los que le rodean que de la suya. Destacan el grupo de 36 a 55 años con un 76,2%. Después, le siguen las mujeres de 18 a 35 años con un 72,5% y las de más de 55 con un 71,2%.
Un gran número de estudios han evaluado las diferencias entre una enfermedad en hombres y una en mujeres. En ellos se ha demostrado que existen en los síntomas, diagnósticos y tratamiento de las enfermedades cardiovasculares, neurológicas, autoinmunes, infecciosas o dolor crónico, entre otros, dependiendo del género y sexo. De hecho, los expertos afirman que es necesario tener en cuenta estas diferencias para mejorar las medidas preventivas, aumentar la eficacia del diagnóstico, permitir un tratamiento más eficaz y específico y reducir las complicaciones.