Uno de los muchos retos que afronta el sistema sanitario español es la obsolescencia de los equipos médicos. Para intentar paliar esta solución el Gobierno ha puesto en marcha el Plan Inveat (Inversión en Equipos de Alta Tecnología), dotado con 800 millones de euros.
El objetivo de estos fondos procedentes de Europa es, según el Ejecutivo, incrementar la supervivencia global y la calidad de vida de las personas mediante el diagnóstico de enfermedades en estadios tempranos, posibilitando la intervención terapéutica rápida, con especial atención a las patologías de mayor impacto sanitario.
Si bien se trata de una inyección de capital sin precedentes, los expertos sanitarios advierten de que no será suficiente para construir un sistema sostenible por dos motivos. Por un lado, porque estos recursos se destinan a lo que se denomina alta tecnología, dejando fuera otro tipo de dispositivos vitales para el cuidado y tratamiento del paciente. Por otro, se necesita un plan inversor a largo plazo estable, no una inversión puntual. Esta fue una de las principales conclusiones del IV Foro Innovación Tecnológica Sanitaria, organizado por elEconomista.es, en colaboración con Econocom, Fenin, HLA Grupo Hospitalario, Hersill y Top Doctors.
"Hay que construir un plan con continuidad. Además del dinero procedente de Europa debemos contar con un modelo nacional. Los recursos que van a llegar pueden suponer un punto de inflexión pero la transformación a largo plazo depende de nosotros como país", señaló Miguel López-Valverde, director general de Sistemas de Información y Salud Digital (SERMAS).
A este respecto, Óscar M. Jordán, gerente de Hersill, subrayó que "las inversiones en alta tecnología son necesarias, pero se queda mucho terreno sin cubrir, ya que esos recursos no van a llegar a la mayoría de las empresas tecnológicas que están desarrollando nuevos productos en España".
En esta misma línea, Carlos Zarco, director médico del HLA Hospital Universitario Moncloa se preguntaba "¿la falta de inversión durante 20 años se soluciona con un plan? El reto es tener definido cuál va a ser el futuro". En este punto, el experto quiso poner sobre la mesa la importancia de la conectividad, que "es más importante que el propio equipo por dos motivos: el hospital del futuro estará en casa del paciente y la escasez de profesionales hay que suplirla con tecnología que ayude a esos profesionales".
Todas estas innovaciones van a generar una cantidad ingente de datos que, si no se procesan adecuadamente, no tendrán valor. Para Teo Sardá, chief development officer de Top Doctors, "hay que tener en cuenta que los datos generados crecen año a año y los profesionales son los mismos por lo que hay que desarrollar también tecnología que les permita manejar toda esa información. Por ejemplo, la inteligencia artificial puede ayudar al especialista en que se centre en los datos que son más relevantes".
Y esta es, precisamente, una de las claves que puso sobre la mesa Miguel López-Valverde. "La inteligencia artificial no puede sustituir, tiene que ayudar. La tecnología sanitaria irá enfocada a la búsqueda de eficiencia, accesibilidad y sostenibilidad, a modelos que ayuden en la toma de decisión", eso sí, "será sostenible si todos los agentes del sector están alineados". Por su parte, Teo Sardá recalcó que el futuro va estar orientado a la "hiperespecialización y el profesional sanitario tendrá que tener un prisma mucho más amplio y la tecnología va a ser un aliado esencial".
En este contexto, la escasez de personal no solo afecta a los profesionales sanitarios, también a otras especialidades que forman parte del ecosistema. Como recordó Óscar M. Jordán, "en España estamos formando tecnólogos muy buenos, pero cuando acaban sus estudios no encuentran salida y se marchan a otros países de nuestro entorno", a lo que añadió que "el ecosistema español de tecnología es deficitario para lo que correspondería a un país como España".
En su caso, Carlos Zarco quiso hacer hincapié en la parte humana. "Los equipos sin pacientes ni profesionales no sirven de mucho. Por eso, nos estamos centrando en las aplicaciones que les hacen la vida más fácil a ambos".
Falta una visión común
Mas allá del plan Inveat, los expertos que se dieron cita en la jornada también reivindicaron la falta de una visi"n conjunta de país sobre el futuro del sistema sanitario. "No hay un liderazgo en el país. Tenemos diferentes comunidades que van desarrollando sus propias innovaciones y el Inveat no resuelve la situación. Necesitamos un plan de tecnologías con proyectos comunes", sostuvo Pablo Díez, director de desarrollo de negocio de ABEX Excelencia Robótica para España y Portugal.
Algo en lo que coincidió Javier Lima, director de Econocom Products & Solution Digital: "Para afrontar esta revolución tecnológica es necesario que haya una visión común, ya que la innovación sanitaria es muy intensiva en capital". En este sentido, Lima subrayó que "la base tecnológica ya existe y el camino ahora es aplicarla a los diferentes casos de uso. No hay excusa, no existe una barrera tecnológica".
Precisamente, para estos expertos el sector adolece de una falta de incentivación por parte del Gobierno. Como recalcó Ana Lázaro, public policy & market access lead de BD en España y Portugal, "esperamos que administración nos ayude a seguir desplegando tecnología. Queremos desarrollar soluciones dirigidas a procedimientos más complejos que, en muchos casos, son poco eficientes porque no existen equipos multidisciplinares y falta conectividad". A este respecto, Agustín Canales, director de Traumatología de Cardiva, indicó que "la tecnología sanitaria ha evidenciado que muchos procesos y recursos se están mal utilizando. Debemos abordar este proceso de manera colaborativa".
Desarrollar una tecnología como la cirugía robótica, desde que se investiga hasta que se pone en el mercado, requiere al menos siete años. Por tanto, "si queremos ser dueños de la innovación se tiene que facilitar el camino de las empresas. Tenemos talento, pero tenemos que tener facilidades que sean sostenibles en el tiempo para no generar incertidumbre", expuso Pablo Díez. A fin de cuentas, un desarrollo de estas características no se puede medir solo en cuanto cuesta, sino en cuál es su coste-efectividad. Esto permitirá la priorización de las inversiones.
No hay que olvidar que el objetivo de la administración y del sector privado es "el bien para el paciente. Si vamos de la mano llegaremos más lejos que si vamos solos. Es un win-win. El Estado ayuda a las empresas a seguir desarrollando innovaciones y las empresas buscan soluciones a los problemas que van a apareciendo", destacó Ana Lázaro.
Hay que tener en cuenta que existen muchas empresas de tecnología sanitaria, "pero son micro y tienen poca capacidad de reinvertir en innovación. Las empresas más grandes se han esforzado en ser más competitivas frente a otros países con una tecnología más madura. Es necesaria la ayuda del Estado para solventar esta situación y contar con un plan director a nivel nacional donde las empresas puedan tener un marco más confortable", añadió Agustín Canales.
Ahora bien, "la tecnología es un medio, nunca deber ser el fin. Si no el riesgo que se corre es que se desplazará al paciente del centro ya que el foco estará en la tecnología", recordó Javier Lima. Asimismo, este experto hizo hincapié en la importancia de la ciberseguridad. "Los datos que se van generando en un entorno digitalizado son susceptibles de hackeo. Se trata de material muy sensible y no solo nos referimos a aspectos como el historial clínico. Si se hackea un servicio crítico se pueden poner en peligro vidas humanas".
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