
Hay problemas globales a los que es difícil encontrar un caso práctico que afecte en el día a día. La escasez de helio que sufre el mundo es un claro ejemplo, ya que a primera vista pocos pudieran pensar que la falta de este gas noble pudiera perjudicar en un ingreso hospitalario. Como bien enunciaba el proverbio chino, el aleteo de las alas de una mariposa puede provocar un tsunami en el otro lado del mundo, y la falta de helio puede retrasar diagnósticos tan importantes como el de un cáncer.
Su escasez no es un problema nuevo, pero sí que se ha agravado en los últimos meses por la situación geopolítica actual. Los mayores recolectores de este elemento de la tabla periódica son Estados Unidos y Rusia. A los primeros les gusta acaparar hasta ser la única esperanza. A los segundos, hoy por hoy, no se les puede pedir ni la hora. De hecho, una de las mayores plantas del mundo está situada en el extremo oriental de este país y está controlada por Gazprom.
Este gas, además de usarse para inflar globos de cumpleaños en fiestas infantiles, es uno de los más presente en los hospitales de todo el mundo. Los equipos de tecnología sanitaria, como las resonancias magnéticas o los TAC necesitan este producto para poder enfriarse. Por ejemplo, la primera de estas máquinas utiliza 2.000 litros de helio líquido para que sus imanes se mantengan fríos y el equipo pueda funcionar.
Si bien es cierto que entre los hospitales consultados por este periódico aún no se ha producido un apagón generalizado de las máquinas, sí que es cierto que la escasez de cualquier producto lleva aparejado un incremento de su precio. Esto sería una nueva losa para los ya de por sí ajustados presupuestos con los que cuentan los hospitales, sobre todo aquellos de tamaño medio o pequeño.
La nota positiva la pone el ingenio y es que en toda crisis también se abren ventanas de oportunidad. Ya existen multinacionales sanitarias que ante este problema han puesto a sus ingenieros a pensar en una solución, y la han encontrado. Compañías como Philips o Siemens Healthinners ya tienen en su cartera resonancias magnéticas que se pueden usar sin la necesidad de utilizar tantos litros de helio para enfriar sus imanes.
El 45% de las resonancias magnéticas que hay en los hospitales españoles tiene más de diez años
El sistema que utilizan es un departamento estanco, totalmente aislado con una pequeña cantidad de helio. Además, es reutilizable, por lo que solo hay que llenarlo en una ocasión durante toda la vida útil del aparato. Sin embargo, la instalación de estos equipos en los hospitales españoles no está a la orden del día.
Según los datos de obsolescencia del parque tecnológico sanitario, publicados por la patronal Fenin, el 45% de las resonancias magnéticas que hay en los hospitales españoles tiene más de diez años. El 21% tienen entre un lustro y una década de tiempo y solo el 34% tiene menos de cinco años. Solo Grecia presenta peores datos que España y, en cambio, Francia solo tiene un 2% de sus resonancias con más de 10 años.
La primera de las resonancias magnéticas que apenas utilizan helio se presentó en España en septiembre de 2019. Esto implica que la implantación es escasa en el país y la dependencia del helio es grande.
Plan Inveat
La situación del parque tecnológico de los hospitales es tan delicada que el Gobierno tuvo que destinar 800 millones de euros para mejorar los equipos del alta complejidad. Según los datos a los que ha tenido acceso este periódico, a finales de 2022 se habían adjudicado 793 instalaciones, lo que significa un 40% más que el compromiso alcanzado con la Comisión Europea, a quienes pertenecen los fondos destinados para el proyecto. Dentro de las adjudicaciones, hay muchos proyectos que aún no son una realidad. De hecho, solo 96 equipos están totalmente instalados, si bien el compromiso con Bruselas era el de disponer medio centenar a cierre del pasado ejercicio.
De hecho, uno de los problemas que al que puede enfrentarse el Plan Inveat es a un exceso de burocracia. Según fuentes del sector consultadas, hay mucha demora entre la adjudicación del equipo y su instalación, como puede comprobarse en los datos expuestos. La fecha en la que los 'hombres de negro' de Bruselas vendrán a comprobar si el dinero ha estado bien utilizado es finales de este año. Quedan solo diez meses.