
No ha pasado ni un año desde el último gran episodio de calima que tiñó los cielos de toda España de un intenso color naranja y la situación podría ser la misma este fin de semana, de acuerdo a las últimas previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Canarias fue el primer territorio en sufrir este fenómeno meteorológico provocado por la presencia de partículas muy pequeñas de polvo en suspensión a principios de esta semana. Sin embargo, la nube de polvo procedente del Sáhara abandonará el archipiélago para asentarse por toda la Península Ibérica (especialmente en el sur) e incluso en las Islas Baleares a lo largo de este fin de semana.
La calima se define como un accidente atmosférico consistente en partículas de polvo o arena en suspensión, cuya densidad dificulta la visibilidad. Se produce por la combinación de aire cálido y muy seco que arrastran las partículas del desierto a la atmósfera. Este fenómeno puede ser perjudicial para la salud porque favorece que se sequen las vías respiratorias y agrava los problemas de pacientes con asma, Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) y de aquellos que sufren alergias.
"El peligro suele estar en tres grupos de personas: niños, ancianos y pacientes crónicos con EPOC y asma. Muchas veces, la inhalación de las partículas provoca síntomas como disnea, broncoespasmo o sibilancias, sonidos agudos y silbantes que se producen durante la respiración a causa de un bloqueo parcial en las vías respiratorias", explica a este medio Felipe Villar, neumólogo y coordinador científico de Open Respiratory Archives de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) y jefe asociado del servicio de Neumología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz.
Los síntomas más habituales suelen ser picor de ojos e irritación de las vías respiratorias superiores, conjuntivitis, asma, traqueítis, neumonía, rinitis alérgica o silicosis. Desde el Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad 112 de Canarias recomiendan evitar salir a la calle en caso de padecer enfermedades respiratorias crónicas, así como cerrar las puertas y las ventanas de casa, situarse en ambientes húmedos, beber abundantes líquidos y evitar hacer ejercicio físico mientras dura dicha situación. Pero estas medidas se pueden extender a todo el territorio español, no solo al archipiélago canario.
"Las medidas obvias son que si estamos en una fase de intensa cantidad de polvo, es importante salir lo menos posible a la calle. En caso de que se haga, es importante hacerlo con mascarilla. También es importante una buena hidratación y el lavado de manos y cara, ya que son las zonas más expuestas al polvo. Los pacientes con patologías crónicas tienen que extremar estas recomendaciones, cumplir con su medicación y tener a la mano la medicación de rescate", recalca Villar.
"El polvo en suspensión contribuye a resecar las vías respiratorias y, en muchas ocasiones, se puede provocar un agravamiento de afecciones o síntomas relacionados con enfermedades respiratorias, tales como el asma, personas con enfermedad obstructiva crónica (EPOC) que hacen que aumenten las visitas a los servicios de urgencias y los ingresos hospitalarios en algunos casos", explicaba el Gobierno de Canarias en un comunicado.