
La epilepsia es un trastorno derivado del funcionamiento anormal de un grupo de neuronas (células nerviosas) que se produce de forma esporádica en una zona concreta del cerebro. Afecta a unos 350.000 españoles y se manifiesta en forma de crisis recurrentes que pueden ser convulsivas o no, como en el caso de las ausencias. Se trata de una enfermedad crónica que puede controlarse en un alto porcentaje de casos, siempre y cuando esté bien diagnosticada y reciba el tratamiento adecuado. La primera opción para intentar evitar las crisis son los fármacos antiepilépticos (FAES), también llamados fármacos anti-crisis. El problema es que hasta el 30% de los pacientes con epilepsia de reciente diagnóstico controla de forma inadecuada las crisis mediante el tratamiento, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
El coste medio anual de los recursos utilizados por un paciente farmacorresistente ronda los 7.000 euros y se calcula que hasta el 10% de la población experimentará una crisis a lo largo de su vida, mientras que el 20% las sufrirá de forma recurrente. "La mayoría de los enfermos epilépticos se controlan bien con la medicación, pero existe un porcentaje no desdeñable en el que las crisis no cesan a pesar del tratamiento farmacológico adecuado", afirman desde la Fundación Española de Enfermedades Neurológicas (FEEN).
Según los expertos, para que la terapia con fármacos antiepilépticos tenga éxito es fundamental que el paciente lleve un estilo de vida saludable y tenga en cuenta una serie de aspectos, entre los que se encuentra recordar siempre tomar la medicación, evitar factores desencadenantes de las crisis, dormir suficiente y mantener un horario de sueño regular, no consumir drogas ni alcohol, evitar situaciones de estrés, llevar una alimentación sana y hacer ejercicio físico.
Las opciones terapéuticas para que aquellas personas que no responden a la medicación intenten controlar las crisis pasan por la cirugía del cerebro. "La cirugía es la principal opción para la mejoría de personas con epilepsia refractaria (aquellas que no responden a la medicación). Su objetivo es la extirpación de la región epileptógena sin que conlleve secuelas importantes para el paciente", afirman desde la Federación Española de Epilepsia (FEDE).
Las causas de la epilepsia son múltiples y heterogéneas. Algunas de estas formas de epilepsia tienen una causa genética identificable y cada vez se conocen más genes responsables de algunas de estas formas de epilepsia, previamente etiquetadas como 'idiopáticas'. Según Ángel Aledo, neurólogo especialista en Epilepsia y Neurogenética y asesor científico en Health in Code, "en general, entre el 10 y el 20% de los casos de epilepsia pueden tener una causa genética, siendo más probable si las crisis epilépticas son difíciles de controlar o comenzaron en los primeros años de vida, entre otros factores".
Con motivo del Día Internacional de la Epilepsia, que se celebra cada segundo lunes de febrero, diversas asociaciones, entre las que se encuentran la FEDE, la Sociedad Española de Neurología Pediátrica (SENEP), la Sociedad Española de Epilepsia (SEEP) y la SEN, reclaman la puesta en marcha de planes de acción sobre la epilepsia en España. Entre las peticiones, reivindican que se avance en una identificación temprana de la patología para conseguir mejorar la calidad de vida de las personas que conviven con esta enfermedad.