La falsificación de medicamentos y antibióticos es una de las mayores amenazas y problemas que se presentan actualmente. La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma y denuncia que se están comercialización jarabes para la tos con altos niveles de dos sustancias tóxicas: doetolenglicol y etilenglicol. Su consumo ya ha provocado más de 300 muertes, la mayoría de niños menores de cinco años.
En los últimos cuatro meses, siete países han informado sobre incidentes acerca de este tipo de antibióticos en venta libre para niños que contienen ingredientes peligrosos. "Estos contaminantes son sustancias químicas tóxicas que se utilizan como disolventes industriales agentes anticongelantes que pueden ser mortales incluso en pequeñas cantidades y nunca deben encontrarse en los medicamentos", alerta la Organización Mundial de la Salud.
Ante este problema, el organismo solicita a los países que implanten "de forma urgente" medidas para prevenir, detectar y frenar la falsificación de medicamentos y productos sanitarios. En primer lugar, pide que los territorios detecten y retiren la circulación de cualquier medicamento que haya sido identificado en las alertas médicas de la OMS como posibles causas de muerte y enfermedad. También solicita que se aseguren de que todos los fármacos en circulación están aprobados para la venta por las respectivas autoridades y que se obtienen de proveedores autorizados. Además, estos deben mejorar y aumentar las inspecciones de los lugares de fabricación.
Por otro lado, la OMS insta a aumentar la vigilancia del mercado y pide a los fabricantes de medicamentos a comprar excipientes de grado farmacéutico de proveedores calificados y a realizar pruebas exhaustivas al recibir los suministros y antes de su uso en la fabricación de productos terminados, proporcionar garantía de la calidad de productos y mantener registros precisos, completos y adecuados de compra de materiales, pruebas, fabricación y distribución para facilitar las investigaciones en caso de incidentes.
En cuanto a los proveedores y distribuidores de productos médicos, el organismo les solicita que verifiquen los signos de falsificación y el estado físico de los productos que distribuyen o venden, además de mantener los registros precisos y de contratar a personal competente para manipular medicamentos y asesorar al público sobre el uso adecuado de los medicamentos.
La mitad de los fármacos son adulterados
Cada año fallecen miles de personas por tomar medicamentos falsificados. La OMS estima que el 50% de los fármacos que se distribuyen a través de Internet han sido adulterados. La mayoría de ellos, en su mayoría, proceden de países en desarrollo. Además, su existencia presenta consecuencias a nivel económico, sistemático, social y farmacéutico.
En España, la lucha contra el tráfico de medicamentos y productos farmacéuticos falsificados la lidera la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). Su última memoria, refleja que en 2021 se llevaron a cabo un total de 466 actuaciones en relación a medicamentos ilegales, de las cuales 338 se hicieron en colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, juzgados y otras instituciones como comunidades autónomas, la Agencia Española de Administración Tributaria o Servicios Farmacéuticos Periféricos, es decir, duplicaron las llevadas a cabo el año anterior (171 actuaciones).
Los bestseller en el catálogo de medicamentos falsificados son los relacionados con mejorar el estilo de vida como los que sirven para perder peso o para tratar la disfunción eréctil, es decir, la viagra y sus derivados. También existe entre los culturistas cierto comercio ilegal de anabolizantes y esteroides. Después, se encuentran las terapias adulteradas para tratar el cáncer, la malaria, el VIH y otras patologías graves.
