
Las personas van al supermercado y como si de un robot se tratase empiezan a meter en la cesta de la compra distintos productos, entre los que se encuentran los alimentos ultra procesados. Son de fácil acceso y cómodos a la hora de preparar el desayuno, la comida o la cena. Sin embargo, conllevan una serie de problemas para la salud. Los hombres que consumen altos índices de alimentos ultra procesados tienen un riesgo 29% mayor de desarrollar cáncer colorrectal, según un estudio publicado en la revista The BMJ.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Tuffs y la Universidad de Harvard, ambas estadounidenses, han detectado una relación entre el alto consumo de alimentos ultra procesados y un mayor riesgo de cáncer colorrectal en la población masculina. "El cáncer colorrectal es el más afectado por la dieta en comparación con otros tipos", explica el autor principal del estudio y becario postdoctoral en la Escuela Friedman de Ciencia y Política de la Nutrición en Tuffs, Lu Wang. No encontraron la misma asociación en las mujeres.
El cáncer colorrectal ha sido el responsable de 935.173 fallecimientos (9,4%) en 2020 a nivel mundial, según la Sociedad Española de Oncología. Se encuentra por delante del hepático (8,3%), de estómago (7,7%) y el de mama (6,9%).
La mayoría de las carnes procesadas entran en la lista de alimentos ultraprocesados y son un fuerte factor de riesgo de cáncer colorrectal, según Lu Wang. Este tipo de alimentos tienen un alto contenido de azúcares añadidos y poca fibra, lo que contribuye al aumento de peso y la obesidad, y esta última es un factor de riesgo para padecer un tumor colorrectal. La obesidad se define como el exceso de grasa en el cuerpo. Además, se articula como uno de los retos sanitarios del siglo XXI. En España, esta patología afecta al 21,6% de las personas y a uno de cada seis niños y adolescentes, según la Encuesta Nacional de Salud.
Durante la investigación se analizó la respuesta de más de 200.000 participantes es decir, 159.907 mujeres y 46.341 hombres; en tres investigaciones que han evaluado la ingesta alimentaria durante más de 25 años. Cada participante recibía un cuestionario de frecuencia alimentaria cada cuatro años y se le preguntaba por la frecuencia de consumo de más de un centenar de alimentos.
El estudio revela diferencias en las formas de consumo de alimentos ultra procesados que tienen las mujeres y os hombres, y el posible riesgo de cáncer asociado. En el caso de la población masculina, la mayor relación entre el cáncer colorrectal y este tipo de alimentos procedía de los alimentos cárnicos, avícolas o pescado listos para el consumo. "Incluye algunas carnes como salchichas, tocino, jamón y pasteles de pescado", señala Wang. Además, descubrieron que había un mayor consumo de bebidas azucaradas como los refrescos entre los hombres. Se asocia con una mayor posibilidad de padecer este tipo de tumor.
No todos los alimentos ultra procesados tienen el mismo nivel de peligro con respecto al riesgo de cáncer colorrectal. Los investigadores encontraron una asociación inversa entre los alimentos lácteos, consumidos mayormente por las mujeres, como el yogur, y el riesgo de tener este tipo de tumor "Alimentos como el yogur pueden contrarrestar potencialmente los efectos nocivos de otros tipos de alimentos ultra procesados en las mujeres", explica el coautor del estudio y profesor adjunto de epidemiología clínica y nutrición en la Escuela de Salud Pública T.H Chan de Harvard, Zhang. Mingyang Song.
Por otro lado, el papel potencial de los aditivos alimentarios en la alteración de la microbiótica intestinal, el fomento de la inflamación y los contaminantes que se forman durante el procesamiento de los alimentos o que migran desde los envases de los mismos también puede favorecer el riesgo de cáncer.
Previamente los investigadores ya publicaron un estudio en el que identificaban una tendencia al aumento del consumo de alimentos ultraprocesados en los niños y adolescentes de Estados Unidos. Ambas investigaciones subrayan la idea de que muchos grupos distintos de personas puede depender de este tipo de alimentos en su dietas diarias debido a que estos productos son de fácil acceso y su comodidad. Solo hay que ir al supermercado y comprarlos.
El procesamiento químico de los alimentos puede ayudar a prolongar su fecha de caducidad, pero muchos alimentos procesados son menos saludables que las alternativas no procesadas. "Tenemos que concienciar a las personas de los riesgos asociados al consumo de alimentos poco saludables en cantidad y facilitar la elección de las opciones más beneficiosas en su lugar", indican los expertos. Los investigadores indican que las políticas relacionadas con la nutrición, las recomendaciones dietéticas y los cambios en las recetas y fórmulas, junto con otros hábitos saludables, mejoran la salud y con ello, reducen la carga del cáncer, aunque siguen investigando este ámbito. "Será importante que sigamos estudiando la relación entre el cáncer y la dieta, así como las posibles intervenciones para mejorar los resultados", concluyen los investigadores.