
La playa llena de gente es una de las estampas más habituales del verano en España. Muchas personas deciden ir a la costa para bañarse, tomar el sol, divertirse con familiares y amigos, o bien para practicar deporte. Este último colectivo no suele parar en verano y una gran parte de los aficionados al running deciden cambiar su escenario habitual (asfalto, campo) por la arena de la playa. Sin embargo, esta práctica no está exenta de riesgos: La arena de playa no es tan compacta como la de otros tipos de firmes, y precisamente, este hecho favorece que aumente el impacto de la carrera sobre el sistema musculoesquelético en comparación con otras superficies.
Entre los principales riesgos derivados de salir a correr por la playa figuran las lesiones en los pies y en los tobillos. Estas dos partes del cuerpo son las más afectadas si no se extreman precauciones al correr por la playa. No obstante, los problemas podrían extenderse a otras partes de las piernas y de la columna en función de la persona, de su estado de forma y predisposición. La sobrecarga del tendón de Aquiles es uno de los daños más habituales. La fascitis plantar (inflamación del tejido fibroso que une el hueso del talón con los dedos de los pies) es una de las causas más frecuentes de dolor en el talón.
Aunque estar descalzo en la arena de la playa es un placer, es desaconsejable para correr y para largas caminatas. Entre las lesiones más habituales que pueden aparecer como consecuencia de correr sin calzado por un terreno irregular como la playa son los problemas lumbares, esguinces, periostitis tibial (dolor en la parte interna de la tibia), fracturas por sobrecarga, fascitis, esguinces y la aparición de heridas al pisar conchas o piedras.
Los fisioterapeutas aconsejan la alternancia de chanclas con otro tipo de calzado que sujete más el pie, como podrían ser zapatos, deportivas o sandalias. "Vamos calzados diez meses al año y si, de repente, pasamos en chanclas gran parte del tiempo, el pie se resiente; mucho más si lo sometes a rutinas exigentes corriendo todos los días", aclara Pablo Herrera, vicedecano del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM).
Consejos para evitar lesiones
Los expertos en fisioterapia recomiendan adoptar una serie de hábitos antes de salir a correr por la playa para evitar posibles lesiones. Uno de los más destacados tiene que ver con la búsqueda de un suelo compacto para evitar impactos innecesarios. La arena de la orilla justo después de haber subido la marea es la mejor opción, ya que en esa zona suele estar mojada y más dura.
La evaluación del desnivel de las playas es fundamental, ya que muchas presentan irregularidades en el terreno que obligan a una de las piernas a hacer un sobreesfuerzo para compensar la inclinación. Por este motivo, recomiendan evitar playas con mucha pendiente. Igualmente, la adaptación progresiva del pie y el tobillo a la arena y a sus distintas cualidades, frente a soportes como una pista, el asfalto o los caminos rurales, seguiría siendo vital.
La elección correcta del calzado es primordial. Los expertos recomiendan correr con unas zapatillas deportivas y no hacerlo ni descalzo ni con chanclas. Del mismo modo, advierten que hay que tener mucho cuidado por dónde se pisa. En todas las playas, por fina que sea la arena, suele haber conchas, piedras o restos de madera que pueden dañar el pie. Por eso, inciden en la importancia de no correr (ni pasear) descalzo para evitar cortes y heridas innecesarias.
El calentamiento antes de practicar cualquier tipo de ejercicio tampoco es una excepción si se decide salir a trotar por la playa, especialmente en todas aquellas personas que no tienen la rutina de correr. Los especialistas señalan que también habría que tener en cuenta la realización de una aclimatación progresiva al ejercicio si no se practica deporte de forma habitual.
Lo más recomendable sería seguir las indicaciones de los expertos para evitar lesiones innecesarias. "No queremos ser alarmistas. Es aconsejable hacer ejercicio físico al aire libre todo el año y el verano se presta a ello, ya que tenemos más tiempo disponible. Pero hay que ser cuidadoso, especialmente si no se está acostumbrado a una rutina deportiva y no se tiene la preparación adecuada", concluye Herrera.