
Un nuevo proyecto ha conseguido devolver la visión a 20 personas que sufrían ceguera gracias a un implante que se asemeja a la córnea humana. Los resultados del estudio se muestran esperanzadores para los cerca de 12,7 millones de personas que sufren ceguera corneal y baja visión en todo el mundo. Para estos pacientes, la única forma de recuperar la visión es mediante un trasplante de córnea de un donante humano, pero solo uno de cada 70 pacientes recibe una.
El implante está hecho a base de proteína de piel de cerdo, ya que la córnea está compuesta principalmente por colágeno. El nuevo invento se articula como una buena alternativa al habitual procedimiento de trasplante de córneas donadas y aporta ventajas al acortar plazos en los almacenamientos. Mientras que las donadas deben usarse en un plazo de dos semanas, las córneas obtenidas mediante bioingeniería se pueden almacenar hasta dos años antes de su uso.
En el proceso de construcción del implante, los investigadores estabilizaron las moléculas de colágeno sueltas y formaron un material robusto y transparente que podía soportar bien la manipulación y la implantación en el ojo. "Los resultados muestran que es posible desarrollar un biomaterial que cumpla con todos los criterios para ser utilizado como implantes humanos, que pueda ser producido en masa y almacenado hasta por dos años y así llegar a más personas con problemas de visión. Esto nos ayuda a sortear el problema de la escasez de tejido corneal donado y el acceso a otros tratamientos para enfermedades oculares", explica Neil Lagali, profesor de la Universidad de Linköping.
El propósito principal del estudio fue investigar si el implante era seguro de usar. Las veinte personas ciegas o a punto de perder la vista debido a un queratocono que participaron fueron testigos de una operación sin complicaciones. El grosor y la curvatura de la córnea se restauraron a la normalidad con el implante de biomaterial y, tras un tratamiento de ocho semanas con colirio inmunosupresor se consiguió certificar que la aceptación era buena. Tras la intervención, los pacientes fueron seguidos durante dos años y no se observaron complicaciones.
Los investigadores también desarrollaron un nuevo método mínimamente invasivo para tratar la enfermedad del queratocono, en la que la córnea se vuelve tan delgada que puede provocar ceguera. Hoy en día, la córnea de un paciente con queratocono en etapa avanzada se extrae quirúrgicamente y se reemplaza por una córnea donada, pero precisa de suturas quirúrgicas. Sin embargo, con el nuevo método quirúrgico no se necesitan puntos de sutura.
La vista de los participantes con la enfermedad del queratocono mejoró tanto como lo habría hecho después de un trasplante de córnea con tejido donado. Antes de la operación, 14 de los 20 participantes estaban ciegos. Sin embargo, tras la intervención, tres de los participantes que estaban ciegos antes del estudio tenían una visión perfecta tras la operación. El nuevo estudio, dirigido por investigadores de la Universidad de Linköping y por la empresa sueca LinkoCare Life Sciences AB, se ha publicado en la revista 'Nature Biotechnology'.