En un idílico rincón al aire libre -con formas de vergel floral y frutal- en el madrileño hotel Only You del centro de la ciudad, entre frascos tallados como talismanes y acordes olfativos que rozan lo místico, el perfumista y diseñador francés Philippe di Meo, fundador y alma creativa de Liquides Imaginaires, nos recibe para hablar de su última trilogía olfativa: Imaginarium Citrus. Una colección diferente para la reconocida firma de perfumes nicho que, lejos de seguir la senda habitual de los aromas cítricos ligeros que se emplean habitualmente en perfumería, propone una hibridación inesperada, profunda y técnicamente sofisticada. "Quise crear una nueva generación de perfumes cítricos. No solo trabajar con el cítrico como nota fresca, sino como estructura central, con misterio, con alma", nos explica.
Fundada en Francia, Liquides Imaginaires es una de las casas más conceptuales de la perfumería nicho. Su propuesta trasciende lo olfativo: cada colección parte de un relato, una emoción o una mitología, y sus frascos —auténticos tótems contemporáneos— refuerzan esa conexión con lo ritual, lo simbólico y lo espiritual. "El perfume es como una confesión íntima", dice di Meo. "Desde el principio, supe que no quería crear simplemente una marca comercial. Quería contar historias".
La colección Imaginarium Citrus se compone de tres perfumes que exploran nuevas dimensiones del universo cítrico. "Los cítricos están asociados a la felicidad, al sur de Italia, a la infancia… pero yo quería ir más allá. Crear algo híbrido, que conserve esa frescura y a la vez tenga carácter y profundidad", cuenta. Para lograrlo, trabajó con estudiantes de la prestigiosa escuela de perfumería Givaudan. "Me interesaba más esa mirada fresca y casi ingenua que repetir fórmulas con grandes nombres. Usamos entre cinco y siete cítricos diferentes por fórmula, y también ingredientes integrales: no solo la cáscara, sino la fruta entera. Así conseguimos una frescura que permanece, que se ancla".

Hablar con Philippe di Meo es abrir la puerta a un universo propio, donde el perfume no es un producto, sino un acto íntimo, un lenguaje simbólico y perfumarse se convierte en todo un ritual…" Cuando compras un perfume, haces un pacto: te compro, pero ahora tú me das algo a cambio", dice con una sonrisa. Para él, cada perfume es "una llave que abre una puerta invisible", una vía de acceso a otro mundo, más emocional, más personal. "No tienes que aprender el ritual: el ritual eres tú. Cada uno crea el suyo. Esa es la belleza del perfume: se adapta a tu historia, a tu estado de ánimo, a tu momento".
El enfoque de Liquides Imaginaires se aleja deliberadamente del marketing convencional. Di Meo no busca crear perfumes que gusten a todos, sino que provoquen, que conecten, que evoquen. "Un perfume puede ser un portal a otro estado, a un recuerdo, a una emoción que ni sabías que tenías. Ese es su poder. Y eso, para mí, es arte". Di Meo no duda en afirmar que lo que hace es alta costura olfativa. "No por elitismo, sino por respeto al ingrediente y al proceso", matiza. "Como en la haute couture, el material es lo primero. No usamos lo mismo que en la producción industrial. Todo se elige, se cuida, se transforma con saber hacer. No vendemos perfumes que huelan bien: vendemos emociones que tienen forma de perfume".

Su método creativo también se aleja de los cánones tradicionales. Antes de perfumista, fue diseñador, y aún hoy su proceso comienza con la palabra. "Yo no empiezo con un dibujo o un frasco. Yo escribo una historia. Siempre parto de un mito, de una leyenda o de un recuerdo personal. Y desde ahí construyo una fantasía materializada". Su infancia en el sur de Francia, el olor de la sal del mar, los cítricos maduros al sol, la lavanda salvaje y ciertas notas animales están profundamente integradas en su archivo emocional, y desde ahí, dice, "surgen los portales". Perfumes como Blanche Bête, uno de los más reconocidos de la casa, ejemplifican esa tensión entre inocencia y fuerza, dulzura y animalidad, blanco y sombra. "No es habitual usar notas gourmands con toques animales, pero esa contradicción es la que me interesa. El perfume debe tener alma, debe ser ambiguo".
Liquides Imaginaries: perfumes para el alma, no solo para el cuerpo

En una industria marcada por la masificación, Philippe di Meo y Liquides Imaginaires representan una resistencia poética y radical. Su perfumería es un artefacto emocional, una llave, un espejo y una historia. Como él mismo dice: "Cada día puedes decidir qué puerta abrir. Y el perfume es esa llave". La marca nace en 2011 con un gesto provocador: reinterpretar el perfume como un ritual espiritual, una herramienta de transformación. Inspirado por el agua bendita y los ritos antiguos, Di Méo concibe fragancias como portales entre mundos. Cada colección se articula como una trilogía, donde tres perfumes cuentan una misma historia desde ángulos distintos. Un viaje olfativo hacia mitos, memorias, obsesiones o confesiones, que colectivo.