La artesanía ha dejado de ser una rareza del pasado para convertirse en uno de los pilares más sólidos del lujo contemporáneo. Hecho a mano, producción local, herencia cultural. Son conceptos que definen esta nueva forma de entender la moda, donde marcas como Maleón emergen como referentes indiscutibles. Fundada por Mónica Alguacil, esta joven firma madrileña de bolsos de autor ha conseguido lo que parecía impensable: dar una segunda vida al mantón de Manila, transformándolo en accesorios exclusivos que combinan arte, historia y diseño.
El origen de Maleón se remonta a una revelación personal. Fue durante una Feria de Abril en Sevilla cuando Mónica, hasta entonces ajena al universo del mantón, se dejó cautivar por su belleza visual y fuerza simbólica. Cuenta que le pareció algo espectacular y decidió reinterpretarlo y llevarlo al día a día. Así nació la idea de fusionar este icono textil con el cuero, creando piezas únicas elaboradas a mano en talleres de la Comunidad de Madrid.
Cada bolso de Maleón es una edición limitada. Con suerte, un solo mantón permite confeccionar hasta cuatro modelos distintos. Trabaja solo con mantones antiguos, muchos de ellos dañados, que no podrían lucirse de otra forma. Es una forma de rescatar su valor. La búsqueda de estas piezas se convierte en una especie de ritual: tiendas de antigüedades, herencias familiares, fábricas tradicionales… Todo suma para alimentar una producción tan cuidada como escasa. Por ello, los precios oscilan entre los 1.200 y los 1.900 euros, dependiendo del diseño y del estado del mantón original.

Más allá del diseño, Maleón representa una historia de resiliencia. Tras años en el mundo de la moda —y una etapa previa como emprendedora con una firma de ropa que la pandemia forzó a cerrar— Mónica decidió reinventarse sin renunciar a sus raíces. Madrileña de nacimiento, tiene antepasados filipinos, dato que da sentido y nos ayuda a comprender este proyecto un tanto exótico, que aúna identidad, memoria y sofisticación.
El reconocimiento no ha tardado en llegar. Sus bolsos se venden en lugares tan emblemáticos como el Hotel Four Seasons de Madrid o el Alfonso XIII de Sevilla, y han conquistado ya a celebridades y figuras públicas. Una de sus clientas más destacadas es la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien recientemente lució el modelo The Bag —una pieza bordada a mano con un mantón antiguo— para complementar un vestido blanco minimalista. Una elección que no necesitó más adornos para brillar.
El control artesanal es absoluto: artesanos del cuero y costureras especializadas en vestidos de novia intervienen en cada fase del proceso. Mónica supervisa personalmente cada detalle, con la certeza de que cada bolso cuenta una historia. Son bolsos con alma, según la propia creadora los define.
Entre los planes de la diseñadora está ampliar el concepto a otros formatos como cinturones y chales, siempre manteniendo el respeto por la esencia del mantón. Es precisamente esa visión única —alejada del folclore superficial y cercana al arte con propósito— la que hace de Maleón una marca distinta, capaz de mirar al pasado sin dejar de caminar hacia el futuro.
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