Belleza

Chanel frente al ataque de los aranceles de Trump: la maison revoluciona la moda con su Cruise 2026, un cuento a orillas del Lago Como

  • Con esta colección, Chanel no solo muestra prendas, sino que teje una historia con hilos de lujo y cinematografía
Presentación de la colección Cruise 2026 de Chanel.

En un entorno digno de una película de época, Chanel presentó este lunes su colección Cruise 2026 en uno de los rincones más glamorosos de Italia: la Villa d'Este, en Cernobbio, a orillas del Lago Como. El edificio del siglo XVI, convertido en hotel en 1873, no solo ha hospedado a Elizabeth Taylor o Robert De Niro, sino que ahora también ha sido el escenario de una moda que entrelaza elegancia, cine y herencia.

Con esta colección, Chanel no solo muestra prendas, sino que teje una historia con hilos de lujo y cinematografía. Inspirada en el legado del director Luchino Visconti —cuya residencia, Villa Erba, se encuentra cerca— y en la actriz de Sisí Emperatriz, Romy Schneider, luciendo diseños de Gabrielle Chanel en Boccaccio '70, la firma francesa apostó por un relato visual lleno de sofisticación nostálgica. Bruno Pavlovsky, presidente de moda de Chanel, lo dejó claro: "Villa d'Este conecta perfectamente a Chanel con el mundo del cine".

La puesta en escena no podía ser más idílica: un jardín en flor, el sol acariciando las aguas del lago, y dos desfiles realizados en un ambiente exclusivo y soñado. La cineasta Sofia Coppola -colaboradora frecuente de la casa- celebró el evento con una pieza filmada en la propia villa, reforzando la narrativa romántica y atemporal de la marca.

La colección en sí fue un homenaje a la mujer Chanel clásica, pero con guiños a nuevas generaciones. Las modelos desfilaron como si fuesen huéspedes del hotel: imaginarlas cruzando los pasillos con una bata blanca de lentejuelas ceñida a la cintura o con pantalones acampanados y una blusa con pechera bordada no requería mucho esfuerzo. Para la cena, un vestido de gasa con escote halter y guantes largos de seda bastaba para transportarnos a una escena de película. En la pasarela, Keira Knightley capturó a la perfección esta estética con un look de seda blanca adornado con lazos en tamaño maxi.

Para el público más joven, Chanel también entregó opciones frescas y vibrantes: minifaldas de tweed en tonalidades lila, vestidos cortos de tafetán en melocotón y rosa con volantes —aunque en algunos casos, con un exceso que rozaba lo barroco— y trajes de pantalón en damasco Lurex dorado, que aportaron un aire disco chic. Los pantalones palazzo estilo marinero y las camisas tipo polo hacían eco del resplandor del lago.

Fiel a su identidad, Chanel mantuvo los códigos que han cimentado su legado: tweed, camelias, perlas y una meticulosa artesanía en cada prenda. Las flores del parque -magnolias, rododendros, adelfas- inspiraron bordados, encajes y aplicaciones de lentejuelas que reforzaron el romanticismo de la colección. No obstante, Pavlovsky recordó que la maison atraviesa una fase de transición, ya que el nuevo director creativo, Matthieu Blazy, debutará con su primera colección en octubre. Aunque Blazy no estuvo presente, el equipo ya trabaja con él, lo que garantiza una continuidad creativa sin sobresaltos.

En cuanto a la salud financiera de Chanel, Pavlovsky se mostró optimista. Aunque 2024 trajo desafíos, especialmente en China, el ejecutivo reconoció una mejora reciente en ese mercado. Previó ingresos estables en comparación con 2023, lo que, según él, refleja una vuelta a la "vida real" tras el auge postpandemia.

En relación a los posibles aranceles estadounidenses impulsados por Donald Trump, Chanel mantiene una postura de "esperar y ver". Pavlovsky destacó la política de armonización de precios de la marca a nivel global como una señal de compromiso hacia los clientes, especialmente en tiempos de inestabilidad económica y fluctuaciones monetarias.

Sobre la evolución del comercio minorista en EEUU, Chanel mantiene relaciones sólidas con los grandes almacenes, aunque reconoce que su enfoque principal sigue siendo el perfeccionamiento de sus propias boutiques. De hecho, en 2023 abrió una nueva boutique "gemela" en la Via Montenapoleone de Milán, y recientemente inauguró un punto de venta en Fukuoka, Japón.

El desfile también coincidió con la reciente adquisición de una participación minoritaria en Mantero, empresa de seda con sede en Como y socia de Chanel desde hace más de cinco décadas. Pavlovsky explicó que esta inversión estratégica garantiza el futuro de una colaboración histórica y refuerza la industria textil local. Mantero, que cuenta con un archivo de 12.000 productos Chanel y 3.000 bocetos, representa un pilar en la red de más de 2.000 proveedores globales de la casa.

"Para liderar esta industria en los próximos 20 años, debemos asegurar la capacidad de nuestros proveedores para innovar y producir", afirmó Pavlovsky. A veces eso implica inversiones conjuntas en maquinaria o programas de capacitación, buscando siempre fortalecer una cadena de valor diversa y en evolución.

En definitiva, la colección Cruise 2026 de Chanel fue más que un desfile: fue una declaración de intenciones. A través de la moda, la historia, la artesanía y el cine, Chanel reafirma su capacidad para emocionar y mantenerse vigente, incluso en tiempos de cambio. Una vez más, la maison francesa demostró que cuando el lujo se fusiona con el arte de contar historias, el resultado es sencillamente inolvidable.

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