Hablamos con el Dr. Thelmo Muñoz acerca de los tratamientos estéticos: "La demanda entre hombres ha crecido mucho, ahora son 3 de cada 10"

El Dr. Thelmo Muñoz es el director médico de Clínicas Nexbel (con varios centros en Madrid) y una de las voces que, consideramos, está transformando la conversación en torno a la medicina estética. Por ello, no podíamos dejar de hablar con él sobre los grandes cambios que está experimentando el sector. En un momento donde la demanda se estabiliza tras un auge desmedido postpandémico, donde los hombres comienzan a jugar un papel ya más importante como consumidores y en plena ebullición de la medicina regenerativa, el especialista nos propone propone una nueva forma de abordar la estética: más holística, más personalizada y menos obsesionada con resultados inmediatos. Con una mirada honesta sobre lo que está cambiando en las consultas y fuera de ellas, hablamos con el Dr. Muñoz sobre tendencias, ética y el futuro de una disciplina que, cada vez más, se parece a la medicina de verdad.

Nos acabamos de sentar a tu lado y antes de empezar a hablar ya nos estás dando titulares sobre un gran cambio de paradigma en tu sector… ¿Qué ha pasado en los últimos seis meses para que haya cambiado tanto el panorama de la medicina estética?

Ha sucedido un evento disruptivo: la entrada de la medicina regenerativa. Además, el consumo en general de servicios estéticos ha decrecido. Desde 2020, al salir de la pandemia, hubo un gran aumento de nuevos pacientes explorando tratamientos inmediatos como el ácido hialurónico y la toxina botulínica. Muchos de ellos nunca se habían hecho nada antes y ahí comenzaron. Esto supuso un antes y un después.

"La medicina estética no va de rellenos, va de salud y diagnóstico"

Sí, como ya señalas -y antes de adentrarnos en los cambios actuales- veníamos de uno grande…porque la Pandemia al final revolucionó todo, el sector de la medicina estética no quedó exento de cambios…¿Cómo afectó la Covid 19 al sector y a los profesionales médicos?

La pandemia agotó a muchos médicos. Salimos de ella sintiéndonos como números dentro de la medicina curativa. Eso impulsó a muchos a formarse en medicina estética: médicos de todas las especialidades hicieron másters y se lanzaron a abrir clínicas. Principalmente, hubo tres grandes cambios: por un lado, la gente empezó a invertir más en su apariencia, disfrutando más de la vida tras los ahorros acumulados. Luego, muchos médicos ingresaron al sector de la estética buscando nuevos caminos profesionales. Madrid, además, recibió una llegada masiva de médicos latinoamericanos, lo que cambió el ecosistema de las clínicas y durante tres o cuatro años la demanda fue muy alta, con pacientes constantes en las clínicas. Además, surgieron nuevas en centros comerciales, acercando aún más estos tratamientos al público general.

Y ahora sí, volviendo a la actualidad…¿qué ha cambiado y está cambiando ahora?

El año pasado, la inflación y la crisis global afectaron al consumo. El presupuesto familiar se redujo debido a la subida de combustibles y alimentos. Aún así, un grupo importante de pacientes se ha fidelizado: aquellos que vieron los beneficios reales de los tratamientos.

"Los hombres representan ya 3 de cada 10 pacientes en tratamientos estéticos"

¿En qué momento empezó esta transformación en profundidad de la que hablas?

Se empezó a percibir entre 2021 y 2024, pero es ahora, en 2025, cuando estamos notando un cambio muy claro: hay más tiempo para diagnosticar, los pacientes vienen abiertos a escuchar, a buscar un enfoque integral y personalizado.

¿Qué tipo de tratamientos están ganando más protagonismo ahora?

Los tratamientos multitécnicos. No se limitan ya a toxina botulínica o ácido hialurónico, sino que buscan integrar diferentes técnicas. También ha crecido mucho la demanda entre hombres: antes representaban 1 de cada 20 pacientes, ahora son 3 de cada 10.

¿Qué papel juega ahora la medicina regenerativa?

Un papel fundamenta, sin lugar a dudas. Antes, la medicina estética solo paliaba los signos del envejecimiento; ahora estamos trabajando para retrasarlo de manera real, utilizando tecnologías avanzadas y medicina regenerativa.

¿Qué importancia tienen, por ejemplo, los inductores de colágeno -de los que tanto se habla- en este nuevo escenario?

Muchísima. Aunque existen hace más de 20 años, ahora se están utilizando mejor. Pueden actuar como rellenos o como inductores, según la técnica y la experiencia del médico y eso marca la diferencia.

"Hoy un paciente detecta enseguida a un médico que no controla sus tratamientos. Hay mucha exposición, pero también mucha información"

¿Cómo describirías al paciente actual?

Hoy hay menos pacientes que antes, pero son mucho más fieles y mucho mejor informados. Gracias a las redes sociales, los pacientes reconocen a los médicos con mayor criterio y exigen calidad en los tratamientos.

Antes llegaban pidiendo directamente toxina botulínica o rellenos. Ahora buscan diagnóstico, información, un enfoque más integral. También están más fidelizados y formados, saben lo que quieren y valoran mucho la honestidad médica.

¿Las redes sociales han cambiado también la forma de consumir estética?

Sin duda. Hoy un paciente detecta enseguida a un médico que no controla sus tratamientos. Hay mucha exposición, pero también mucha información. Eso eleva el nivel de exigencia y transparencia en nuestra profesión.

¿Cómo ves el futuro de la medicina estética? ¿Hacia dónde vamos?

Estamos en un cambio de paradigma. Ya no es solo una cuestión visual, sino de salud integral. Esto obliga a las clínicas a invertir más en tecnología y formación continua. El futuro pasa por individualizar cada tratamiento y adaptarlo a cada paciente. Vamos hacia la personalización más absoluta, hacia la tecnología con sentido. Hay que dejar de vender sólo productos o efectos visuales y empezar a pensar en planes de tratamiento con visión médica. La estética debe respetar la biología del paciente.