Retail - Consumo

El adiós a la icónica conservera pontevedresa 'La Coca' motivada por la jubilación de sus propietarios

  • Se trata de la última conservera en funcionamiento que quedaba en Redondela.
  • El cierre tan impactante como inesperado deja a 18 trabajadores sin empleo
Conservas La Coca. Foto: Facebook.
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La emblemática conservera Rodríguez Pascual, fundada en 1961 por José Rodríguez Lago en Redondela (Pontevedra) bajo el nombre de empresa RODRIGUEZ PASCUAL & Cía, S.L cuelga el cartel de cerrado y despide así sus más de 60 años de vida bajo una actividad que desarrolló de forma ininterrumpida.

Como referente en el ámbito nacional e internacional, la propietaria de la marca 'La Coca', cesa su producción debido a la jubilación de sus dueños, José y Ángel Rodríguez Cabaleiro, decisión que ha causado sorpresa no sólo a sus 18 trabajadores que quedan desempleados, sino a un sector tradición industrial en la zona, en concreto, en la orilla de la ría de Vigo que mantuvo un legado artesano que paso de abuelos a hijos y de hijos a nietos.

D. José, como era conocido fue un perfecto conocedor del mundo del mar y asiduo al Puerto del Berbés de Vigo, quien dedicó su vida a su fábrica. Trabajó en ella cada día, contando casi desde el principio, con la ayuda de su primogénito, llamado también José Rodríguez, y conocido por todos como Pepe.

Por entonces, el fallecimiento del fundador de la empresa, supuso una gran pérdida para su familia, -su mujer y sus tres hijos- y para sus amigos y empleados, al ser un hombre" muy querido y respetado" en Redondela y en el Puerto de Vigo, donde acudía cada mañana a las subastas de pescado.

Es en este momento cuando sus vástagos José (Pepe) y Ángel Rodríguez Cabaleiro toman el relevo de su padre y tras más de 50 años de actividad, los hermanos siguen al frente de la conservera que fundó Don José. La sede de la empresa se encuentra a día de hoy al final de la Ría de Vigo, en la Ensenada de San Simón.

En sus instalaciones se puede observar la armonía de la tradición familiar con los últimos avances de producción de conservas, reflejo fiel de los valores de la empresa. Este cierre va más allá de la pérdida de una marca referente en el mercado español ya que se trata de la última conservera en funcionamiento de Redondela.

Presencia internacional

La decisión llegó tras el cese de actividad iniciado en Navidad, cuando la producción se detuvo por completo, confirmándose ahora su clausura definitiva. Sus instalaciones, ubicadas en el puerto de Cesantes junto a la lonja, permanecen ya inactivas.

La conservera poseía a través de las marcas, 'La Coca', 'Marbela', 'Rajá y 'Rodríguez Pascual' una amplia presencia en el mercado mundial, abarcando desde España hasta la Unión Europea (Francia, Reino Unido, Italia, Alemania), destacando también sus productos en el mercado americano (Estados Unidos, Puerto Rico, Cuba, Santo Domingo, México, entre otros).

Entre sus productos destacaban más de 70 variedades entre atunes y bonitos, sardinas, caballas, agujas, jurelos, almejas, navajas, zamburiñas, berberechos, sin olvidarse de los cefalópodos, y de conservas especiales como: huevas de erizo o de caballa, angulitos, ensaladilla de atún con vegetales. Destacaban sus líneas Gourmet y Delicatesen.

Origen

El legado de 'La Coca' se remonta a principios del siglo XX, cuando José Otero Bilbao fundó Conservas JOB, estableciendo una fábrica de escabechado en Vilavella. Tras su fallecimiento en 1921, el testigo pasó a su hijo, José Otero González, y su nuera, Manuela González Gómez, quienes continuaron la actividad bajo la empresa Sucesores de José Otero Bilbao y la denominación comercial Dos Puentes, en referencia a los viaductos característicos de la zona.

Su expansión llega 1935, cuando la conservera adquiere la parcela El Merendero, ubicada en la playa de Cesantes, para levantar una nueva fábrica de conservas. La expansión del negocio continuó con la compra de la antigua fábrica de salazón de A Regasenda, en Cedeira, a finales de esa misma década.

La fábrica de Cesantes mantuvo su actividad durante los años sesenta y, tras el fallecimiento de José Otero en 1968, la dirección pasó a manos de su sobrino, José Carlos Figueiral. Sin embargo, el supuesto desinterés por continuar con el negocio familiar culminó con la venta de las instalaciones a la firma Rodríguez y Pascual, que adoptaría la denominación comercial La Coca, marca que ha perdurado hasta nuestros días convirtiéndose en sinónimo de calidad en el sector conservero.

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