
"Las falsificaciones de moda están entrando con total permisividad a través de plataformas online chinas". Es la denuncia que ha hecho hoy Dimas Gimeno, fundador y presidente del grupo de grandes almacenes Wow en el II Congreso Internacional de Propiedad Industrial y Publicidad en el sector de la Moda y la Cosmética, organizado por la Universidad Rey Juan Carlos junto a la patronal textil Confederación Moda España.
A finales del año pasado, la Comisión Europea anunció, de hecho, una investigación sobre Temu por no haber frenado la venta de productos ilegales en internet, lo que podría acarrear cuantiosas multas para la firma de comercio electrónico. Según la Ley de Servicios Digitales de la UE, las plataformas de internet, con más de 45 millones de usuarios en el continente, deben tomar medidas para detener la difusión de desinformación y contenidos ilegales, incluida la venta de productos que no cumplan con las regulaciones comunitarias, o de lo contrario se arriesgan a recibir multas de hasta el 6% de sus ingresos anuales globales.
Marcos Pizarro, miembro de la junta directiva de Moda España, ha puesto de manifiesto que "el sector deja de ingresar cada año 1.000 millones de euros y se dejan de crear 15.000 puestos de trabajo por las ventas ilegales", reclamando en este sentido un mayor control a las administraciones. España es, de hecho, el segundo país por detrás de Bulgaria en la venta de falsificaciones. En la misma línea también, Ignacio Sierra, director general corporativo de Tendam, la empresa propietaria de cadenas como Cortefiel o Springfield, reclama "una mayor protección" porque, según ha dicho, "lo que se produce cuando alguien falsifica, por ejemplo, una prenda de nuestra marca Pedro del Hierro es una usurpación".
La Oficina de Propiedad Industrial de la Unión Europea (EUIPO) afirma que esa venta de las prácticas ilícitas conlleva un factor intencional en la compra y estima que la subida de precios incrementa la piratería, y se sitúa como el escenario perfecto para que mafias o mercados ilícitos aprovechen la coyuntura para introducir en los comercios productos falsificados. Las falsificaciones representan ya el 2% del comercio mundial y que, precisamente, en España las pérdidas están incrementándose como consecuencia de la inflación en los últimos años.
Juguetes, zapatos deportivos y ropa son los productos más falsificados y el mundo online ha dificultado su persecución, que ya no se limita a la retirada o incautación por parte de las fuerzas de seguridad de los productos en una tienda física o en una nave industrial. Ahora, las empresas deben hacer frente a la venta online de productos falsificados con la dificultad añadida de que, en muchas ocasiones, los servidores de estas tiendas, marketplaces (plataformas en las que anunciar productos) o páginas web tienen los servidores fuera de España e, incluso, de la Unión Europea.