El auge experimentado en las ventas de productos de marcas de cadenas como Alcampo, Dia o Lidl en los últimos cinco años ha hecho que el valor añadido del sector del gran consumo al PIB nacional se haya reducido pasando de representar 21 céntimos por cada euro gastado en supermercados e hipermercados de nuestro país en 2019 a 19 céntimos en 2023.
Los datos del estudio realizado por Promarca, la asociación que representa a las empresas fabricantes de productos de gran consumo, revela que las marcas blancas han pasado de representar un valor añadido equivalente al 0,28% del PIB al 0,34%, un avance similar al experimentado por las del fabricante, que han pasado del 1,99% al 2,05% del PIB. Así, aunque las marcas del fabricante aportan seis veces más a la riqueza nacional que las del distribuidor, esta diferencia en 2019 era de siete.
A pesar de estos datos, el informe muestra que al incluir las ventas de otros canales como el horeca o las exportaciones, las marcas de los fabricantes situaron en 2023 su peso en la economía española en un 7,5% del PIB, cuatro décimas por debajo año anterior, y superando los 109.000 millones de euros.
De nuevo, al echar la vista a 2019, la evolución del peso total de las marcas blancas ha crecido en mayor proporción, pasando de representar el 2% del PIB a un 3,3% en 2023, un periodo en el que los fabricantes apenas incrementaron el suyo un 0,3%. El avance de la marca del distribuidor, según Toni Seijo, director de las áreas de Evaluación Publicitaria y Marca y de Medición de Audiencias de Ipsos España y responsable del estudio, queda aún más patente si se comparan los datos con los de la primera edición del informe. Así, desde 2008, el crecimiento del peso de la marca del fabricante sobre el PIB no ha alcanzado el punto porcentual (0,9), mientras que el de las enseñas de las cadenas de supermercados lo han hecho a un ritmo superior a los dos puntos.
En eta misma línea, el autor del informe destaca que en entre 2019 y 2023 tanto el PIB español como el valor añadido crecieron por encima del 17%, mientras que el valor añadido económico generado entre las marcas del fabricante y del distribuidor en el mercado doméstico lo hicieron algo más del 11%, un avance muy por debajo de sus ventas, que se situaron en un 21%. Estos datos evidencian, según el experto, que el avance de las marcas blancas a costa de los fabricantes redujo drásticamente la capacidad de generar riqueza del sector de gran consumo.
En el terreno del empleo, el estudio indica que las marcas del fabricante generaron en 2023 más de 1,3 millones de puestos, lo que representa el 6,3% del empleo total en España y el 65% del gran consumo, mientras que las enseñas del distribuidor contribuyeron con 719.000 empleos. En este punto, el estudio de Promarca destaca el impacto de los fabricantes en el empleo de la España rural, ya que los puestos generados directamente en fábricas en municipios de menos de 20.000 habitantes ha crecido un 16% en los últimos cinco años, pasando de 150.000 a 175.000.
