Retail - Consumo

El vino en lata alza el vuelo a golpe de festival y redes sociales en Portugal

En 2024, el vino aún supone menos del 5% de las bebidas enlatadas.

En 1884, los hermanos António y Francisco Borges, fundaron la Sociedade dos Vinhos Borges, el inicio de una aventura empresarial de casi siglo y medio de historia que, entre otras iniciativas, fue el origen de la Banca Borges & Irmao, y de una de las mayores firmas vitivinícolas del país vecinos. Con su núcleo productivo en la localidad de Felgueiras, en el corazón de la denominación de origen Vinhos Verdes, este grupo cuenta con referencias de las zonas vinícolas más prestigiosas del país vecino como Oporto, Douro o el Dao con las que factura 16 millones de euros, el 55% de los cuales proceden de sus mercados exteriores.

Este perfil internacionalizador, precisamente, fue lo que propició un cambio de paradigma dentro de una empresa de larga tradición vitivinícola con motivo de la pandemia. Así lo explica, Gil Frias, presidente del grupo de distribución José María Vieira (JMV), propietario de Borges, quien recuerda que la caída del negocio de un 24% por la llegada del covid en 2020 les llevó a darle vueltas a un formato innovador en el mundo del vino. "A la vuelta de la feria Gulfood de Dubai, un productor brasileño me comentó que debíamos entrar en el vino en lata, cuyas ventas se estaban disparando en su país. Una semana después, un importador de Japón me hizo la misma petición por la demanda en aquel mercado. Pero la decisión definitiva llegó con el confinamiento al ver que se disparaban las ventas de productos para consumir al aire libre".

En aquel momento de crisis sanitaria, recuerda Frias, "caemos en la cuenta de que disponemos de un vino especialmente adecuado para consumir frío, en lata y al aire libre, el Vinho Verde. Nos pusimos a trabajar con un enlatador español y lanzamos el primer Gatão Blanco con el objetivo de mantener sus características originales al máximo posible. Además, descubrimos que los vinos blancos en lata existentes en otros países tenían una alta graduación, de entre 13 y 14 grados, lo cual es una incongruencia cuando te diriges a un consumidor que busca una oferta más ligera. En nuestro caso partíamos con la ventaja de que nuestro Vinho Verde solo alcanza los 9 grados de alcohol tras una fermentación completa, asemejándola más a categorías como la cerveza o las cider".

Tras arrancar con la producción y la comercialización de su nuevo proyecto, Borges comprobó que su propuesta lograba una gran aceptación entre los jóvenes. "Descubrimos un nuevo nicho para nuestros vinos entre un público que antes consumía bebidas como la sidra o los refrescos con algo de alcohol, que la lata nos permitía introducirlos en el mundo del vino de una manera sencilla y con baja graduación", aclara Gil Frias. De esta manera, añade "empezamos a comunicarnos con este público mediante el patrocinio de eventos como festivales musicales al aire libre o fiestas universitaria y corroboramos que el vino en lata abre mercado al embotellado".

Animados por la experiencia inicial de Gatão Blanco, la compañía ha lanzado este año las versiones en lata de rosado y el tinto con el mismo enfoque de lograr vinos fáciles de beber, pero con color y aromas atractivos. "Con el rosado potenciamos las uvas con mayor aroma a fresas y con un enfoque más dirigido al público joven que en su versión en botella. En el caso del tinto lo elaboramos exactamente igual que el de botella, sin paso por barrica y con el mínimo tanino posible, para aportar menor astringencia y un carácter más frutado, pero conservando el color del tinto de corte más clásico", aclara el directivo.

Sorpresas internacionales

Las tres variedades, recuerda Frias, han gozado de muy buena acogida en un país tan ortodoxo en el mundo del vino como el portugués, así como en mercados exteriores. "Hemos comprobado una gran diversidad cultural en las compras de este producto. Los comercializamos ya en 32 países y nos han dado grandes sorpresas como los países africanos o Marruecos. Es un formato que ayuda al consumo de tintos en climas tropicales donde este tipo de vino se ofrece directamente en una cubitera con hielo. Además trabajamos el mejor blend posible de variedades de uvas para potenciar los aromas adaptados al consumo del vino más frío. Además, en Japón hemos descubierto la buena adaptación del formato lata en máquinas de vending al tratarse de un país con gran tradición y penetración de esta canal para todo tipo de productos", concluye el directivo.

La apuesta del sector de bebidas por este formato de envase más sostenible y reciclable está plenamente interiorizada en segmentos como el de la cerveza, donde en 2023 representó el 53% del mercado en España, así como en el de los refrescos, con un índice del 46%, según datos de la Asociación de Latas de Bebidas. Esta entidad de ámbito ibérico sin ánimo de lucro, que agrupa a las tres empresas que concentran la fabricación de latas en la península (Ardagh Group, Crown y Ball), trabaja para fomentar el posicionamiento de este envase en la industria e impulsar de manera eficiente su tasa de reciclado. Su directora, Mercedes Gómez Paniagua, recuerda que su aspiración es alcanzar una tasa de reciclado del 90% en 2030. Entre medias, añade, nuevas gamas de bebidas se han incorporado con fuerza al mundo de la lata, como el agua, cuya tasa de enlatado ha crecido un 66% en nuestro país en los últimos cinco años.

Formato cómodo y sostenible

En el caso concreto del vino, Mercedes Gómez Paniagua apunta a otras experiencias incipientes como Gatão que han logrado éxito en mercados como el del Reino Unido, así como otros de gran tradición vinícola como Portugal, España o Italia. Aunque este año el mercado del vino enlatado continuará siendo incipiente, inferior al 5% de las latas de bebidas en España y Portugal, añade, "se trata de un producto muy prometedor que se espera continúe creciendo a doble dígito en los próximos años", principalmente gracias las buenas perspectivas de crecimiento en las exportaciones hacia los países del norte de la Unión Europea y China, además de un consumo interno impulsado por el público joven. Una muestra de esta tendencia, concluye, es la creciente presencia del vino en lata en los menús de diferentes líneas aéreas por la comodidad del formato a la hora de ofrecer servicios a bordo.

Adicionalmente, las compañías aéreas han encontrado en la lata un aliado perfecto en sus políticas de sostenibilidad debido a su ligereza, resistencia y rápido enfriamiento y por este motivo cada vez es más habitual encontrar vino enlatado acompañando a productos tradicionales como la cerveza, los refrescos o el agua.

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