El recinto de ocio madrileño adapta su oferta culinaria a las tendencias tecnológicas y de restauración moderna, combinándolas con lo mejor de la gastronomía local.
La apertura este verano de un nuevo restaurante de Burger King de más de 200 metros cuadrados en el corazón de Parque de Atracciones de Madrid supone un hito en el recinto madrileño y refleja el esfuerzo de sus propietarios, Parques Reunidos, por poner al día la oferta de restauración de un icono de la capital que en su proceso de actualización no ha querido renunciar a sus singularidades locales.
Así lo enfatiza el responsable de la oferta de alimentación y bebidas del recinto, Alejandro Martín Asencio, que recuerda que entre los 50 centros que gestionan en todo el mundo, 14 de ellos en España, el de la Casa de Campo es el único en contar con una zona de picnic para que los visitantes puedan disfrutar de la comida que traen de casa. Y es que, el parque inaugurado en 1969, coincidiendo con la festividad de San Isidro un 15 de mayo, se ha convertido en sus más de 50 de años de historia en un emblema del ocio familiar madrileño. Ahora, sus responsables quieren recalcar en su oferta culinaria ese carácter castizo de una ciudad que además ha sabido compaginar sus clásicas tapas y bocadillos con una oferta de restauración moderna.
De esta manera, la evolución de la oferta gastronómica del parque se ha adaptado a la variedad de edades y gustos del millar de clientes que recorren sus instalaciones cada año con la presencia de marcas de restauración organizada como la mencionada Burger King, así como Domino's Pizza o la española llaollao, en convivencia con un restaurante a la carta que es todo un homenaje a Madrid, el Mercado de San Isidro. El director de restauración de Parque de Atracciones, pone especial énfasis en recalcar la importancia y calidad de la propuesta de este local con servicio en mesa donde se ofrece una amplia selección de platos típicamente madrileños y de la cocina española para los visitantes que quieran hacer un alto más reposado a las emociones que se viven en las atracciones del recinto.
En los platos de una propuesta que pocos podrían esperar en un centro de ocio de estas características, además de las omnipresentes hamburguesas gourmet, los responsables del centro se han atrevido a incluir desde calamares y croquetas, a chorizos a la sidra, bacalao rebozado, huevos rotos con paletilla ibérica o ensalada de ventresca con pimientos, hasta unas siempre complicadas alcachofas frescas salteadas o torreznos suflados de Soria. Y todo esto, elaborado y preparado en las propias cocinas del establecimiento.
El objetivo, recuerda Martín Asencio, es que el parque sea conocido no solo por la innovación de sus atracciones, sino por ser un lugar donde también se puede comer bien a un precio razonable. Y, ¿por qué no?, elevar el porcentaje del 50% de visitantes que consumen alimentos y bebidas actualmente durante su visita al parque aportando entre el 20% y el 25% de los ingresos del complejo, con tickets medios que pueden oscilar entre los 5 y los 20 euros por consumo en función del servicio al que recurran.
Para conseguir este objetivo, además de una oferta variada en producto, el equipo de Parques Reunidos ha distribuido el centro en cuatro áreas con su respectivos kioscos principales, cafeterías y restaurantes de servicio express que atiende al público en función de la la zona y del tipo de clientes con productos que se llegan a tematizar, como es el caso de los Gofres de la Patrulla Canina. La propuesta se complementa con puestos de bocadillos, perritos calientes, buñuelos, el clásico restaurante de buffet libre Gran Avenida o un Beer Truck.
Un servicio flexible
La configuración de la oferta de cada establecimiento, además, varía en función de los picos de demanda y del tráfico de público en el parque, con un surtido largo o corto, y con referencias estacionales como los granizados o los helados en verano o el chocolate con churros en invierno, por ejemplo, explica el director de alimentación y bebidas del centro.
En paralelo a esta renovación de la oferta, el servicio de alimentación y bebidas del recinto se ha subido al carro de la corriente de digitalización que ha vivido la hostelería en la última década y que se ha visto impulsada aún más con motivo de la pandemia. Así, además de la app y la web del centro, el recinto ha incorporado kioscos digitales de autopedido y autopago que ahorran a los clientes esperar largas colas y programar, mediante la funcionalidad de Click&Collect, la hora de recepción de sus pedidos, agilizando así el servicio al personal de los puntos de restauración y facilitando la previsión de demanda que tendrá cada punto de venta.
En el caso del Mercado de San Isidro y Nickleodeon Café las funcionalidades de la app van mucho más allá, hasta el punto de poder reservar mesa, elegir ubicación de la misma, programar los pedidos de cada comensal, la hora de los servicios y el pago por adelantado sin necesidad de robarle a la diversión ni un minuto a la espera de que un camarero traiga la cuenta o el datáfono.