
Necesidad de liquidez, planes de reestructuración y concursos de acreedores. Son los síntomas que el sector pesquero vive en España desde el pasado año, con un largo listado de compañías en vigilancia especial. Atunlo, Fandicosta o Xeldist, empresas que suman decenas de miles de puestos de trabajo en Galicia, son algunas de las firmas afectadas y que en la actualidad tratan de capear el temporal.
Sobre el futuro que les espera a este tipo de compañías, Javier Castresana, socio de Reestructuraciones e Insolvencias de A&O Shearman, explica que "en la mayoría de los casos, el mantenimiento o incremento de líneas de circulante permitirá la gestión de las tensiones de caja que pueda haber, y una recalendarización de la deuda habilitará que sea atendida con la mayor estabilización de los precios".
Nadie tiene dudas de que hay mucho en juego. El Informe sobre la pesca, la acuicultura y la industria transformadora en España. Retos para su sostenibilidad, elaborado por el Consejo Económico y Social (CES), revela que la actividad del sector ha caído un 12,3 % en la última década, pero que, no obstante, todavía sostiene aproximadamente 66.000 empleos en España, con más de la mitad en Galicia.
Diego Comendador, responsable de Deal Advisory de KPMG en Galicia, ahonda en las causas macroeconómicas que ayudan a entender este escenario. Una de ellas es, sin duda, la crisis derivada de la COVID-19, que implicó un cambio en el mix de ventas, paralizó por completo durante unos meses el canal HORECA (hoteles, cafeterías y restaurantes).
"Esta situación no tuvo un efecto negativo en las compañías, ya que pudieron compensar, en líneas generales, la caída de un canal con la subida del otro. No obstante, sí tuvo efecto el incremento generalizado de deuda por la facilidad del acceso a la financiación gracias a los avales del Instituto de Crédito Oficial", explica Comendador.
El resto de fenómenos extraordinarios se han sucedido en años posteriores. El conflicto de Ucrania de 2021 desató una subida relevante de los costes energéticos y de las materias primas en general, lo que contrajo los márgenes del sector, al no ser inmediata la repercusión de costes al consumidor; en el 2022 se disparó la inflación y seguidamente el Banco Central Europeo (BCE) comenzó a subir el tipo oficial. Y finalmente el pasado año el consumo empezó a resentirse y las ventas, en toneladas, se contrajeron.
Crisis generalizada
La realidad es que la fuerte subida de los costes y la escasa demanda ante la fuerte inflación ha provocado una caída sin precedentes en el consumo de pescado que amenaza con ahogar a un gran número de empresas. En este sentido, Atunlo, Fandicosta y Actemsa, tres empresas significativas de la industria -todas ellas localizadas en Galicia-, han solicitado concurso o preocuncurso de acreedores.
Ignacio Fernández Aguado, socio del área de Reestructuraciones de CMS Albiñana & Suárez de Lezo, ahonda en las posibles soluciones para que estas empresas reviertan su situación. "Tendrán que plantear unos planes de viabilidad que permitan su continuidad para poder atender sus créditos de manera más satisfactoria que se haría a través de una liquidación concursal. De esta forma será posible que se puedan plantear y aprobar planes de reestructuración que habiliten su continuidad", explica. Sobre las líneas maestras de estos planes, Fernández menciona aspectos a abordar como "la renovación y modernización de la flota, el relevo generacional, la promoción del consumo de pescado y el fomento de la acuicultura sostenible".
Sobre si la aparición de los fondos de deuda puede ser otra posible solución, Castresana lo afirma y lo justifica en que "el ciclo del crédito ha cambiado radicalmente". Los fondos, por tanto, "van a hacer posible muchas restructuraciones que las limitaciones regulatorias de las entidades financieras impedirían. Serán los grandes dinamizadores del mercado y, sin duda, invertirán en aquellas situaciones en las que exista viabilidad y claridad en la generación de beneficios a futuro".
Otras empresas como Iberconsa han recibido apoyo financiero de su propietario, el fondo Platinum, y ha logrado reestructurar su deuda. La fórmula pasó en este caso por extender las líneas de crédito sindicado de 385 millones de euros con Bank of America Merrill Lynch, Morgan Stanley y Santander para un periodo adicional de tres años. El acuerdo se selló el pasado año, habida cuenta de que el vencimiento llegaba este 2024.
No hay que sacar de esta lista a la nueva Pescanova, el líder del sector. La compañía vio cómo en 2023 se rompió el acuerdo para su venta en los instantes finales, una vez su principal accionista, Abanca, llegara a un acuerdo para vender el 80% de sus acciones al grupo canadiense Cooke. En este sentido, fue clave que EY advirtiera en la due diligence de dificultades de liquidez.
Márgenes escasos
La radiografía financiera de estas compañías revela que, de forma generalizada, operan con unos márgenes operativos reducidos (entre un 1,5% y un 5% sobre su cifra de ventas), lo que las hace especialmente susceptibles de sufrir ante vaivenes negativos del mercado cuando no pueden repercutir estos impactos a sus precios de venta. A ello se suma que presentan históricamente ratios de endeudamiento muy elevados (por encima de 4 o 5 su DFN sobre EBITDA).
Pablo Simón Jiménez, socio en el área de Deal Advisory y Debt & Restructuring de BDO, aporta estas cifras y recuerda que, además, "el sector se ha visto también afectado por interrupciones en las cadenas de suministro, provocando la escasez de materias primas y prolongados plazos de entrega". Los problemas logísticos y la perturbación de los flujos comerciales de productos clave para el sector de la pesca y la acuicultura "se suman a los fuertes aumentos en los precios de materias primas", añade Simón.