
Santiago Miguel Casado, CEO del Grupo Hermi, preside desde marzo la Asociación de la Industria Alimentaria de Castilla y León, que agrupa a 145 empresas que representan el 40% de la facturación y del empleo del sector en la Comunidad. Durante el jueves y viernes, estas compañías abordarán en Burgos los retos a los que se enfrentan, entre ellos la alta presión fiscal que supone "un perjuicio en términos de competitividad", asegura Santiago Miguel.
La industria agroalimentaria tiene un fuerte peso económico y social ¿Está suficientemente valorada?
Con la celebración del III Congreso de la Industria Alimentaria, que tendrá lugar los próximos días 23 y 24 en Burgos, queremos enviar un mensaje muy claro a la sociedad: impulsar el fortalecimiento de la industria agroalimentaria es apostar por la modernización de la sociedad; y, sobre todo, por el desarrollo del medio rural, debido a la particular estructura capilar de nuestro sector, asentado y enraizado fundamentalmente en los medianos y pequeños municipios. Creo que esta idea aún no ha llegado con suficiente claridad al ciudadano, aunque que sí es generalmente aceptada en los ámbitos institucional y representativo. En todo caso, quiero recordar que el papel que desempeñó toda la cadena de valor del sector agroalimentario durante la pandemia sí tuvo un reconocimiento expreso por parte de sociedad. Lo que ocurre que en tiempos de normalidad se ve de otra manera, como seguramente sucede en otros sectores de actividad.
¿Cuáles son las mayores preocupaciones de la industria agroalimentaria de Castilla y León?
Según la última encuesta interna de Vitartis, lo que más nos preocupa es el exceso de regulación y burocracia; en segundo lugar, la dificultad para disponer de los profesionales que necesitan nuestras empresas; y en tercer lugar, la situación económica general. Estas tres cuestiones, según los encuestados, lejos de disiparse a medio plazo, se agravarán aún más en el horizonte de los próximos cinco años. Sí le puedo decir que el sector agroalimentario de Castilla y León, que es estratégico, goza de buena salud. Los datos reflejan un alto compromiso de las industrias con el empleo, con su entorno social, con la sostenibilidad y la eficiencia… Por eso creemos que es muy oportuno preguntarnos ahora cómo lograr que nuestro sector sea más fuerte y aporte más al bienestar de los ciudadanos. En estos términos hemos planteado nuestro III Congreso: un nuevo punto de encuentro de todo el sector, bajo el lema 'Crecer haciendo crecer', del que van a surgir propuestas de interés para que podamos contribuir realmente a impulsar el fortalecimiento de una actividad productiva esencial para el progreso de Castilla y León. Y particularmente, insisto, en el medio rural.
"Es muy oportuno preguntarnos ahora cómo lograr que nuestro sector sea más fuerte y aporte más al bienestar de los ciudadanos"
¿Cómo está impactando el incremento de la presión fiscal al sector?
Muy negativamente, la verdad. Si se tiene en cuenta que, en términos relativos, la presión fiscal de España está ya ligeramente por encima de la media europea y que las cargas sociales son de las más altas, el impacto en las cuentas de las empresas es muy negativo. De hecho, las múltiples obligaciones tributarias y sociales de la empresa ante la Administración central, las autonómicas o las locales, no sólo suponen un alto coste, sino un perjuicio en términos de competitividad.
Los precios de los alimentos no paran de subir. ¿Está la industria ampliando los márgenes?
No, los márgenes ni siquiera se han recuperado desde la pandemia. Los costes que soportan nuestras empresas no han parado de subir desde 2021. Primero, por la crisis logística; después, por la crisis energética; más tarde, por la crisis de Ucrania… Sin embargo, no hemos podido trasladar ese mismo coste al precio de venta. Es decir, gastamos más en producir lo mismo que en 2020. Facturamos más por el incremento de los precios, pero los márgenes se han estrechado muchísimo. Claro, usted dirá que es la opinión de un empresario del sector, que no va a tirar piedras contra su propio tejado. Pero no es así. La realidad es exactamente esa. Y lo ratifica el propio Observatorio de Márgenes Empresariales que se creó por iniciativa del Gobierno y que depende del Banco de España. En su último informe se explica textualmente: "El margen sobre ventas de la industria agroalimentaria se mantuvo en niveles muy inferiores a los anteriores a la crisis energética, si bien durante el último semestre parece haber iniciado una senda de recuperación hacia los niveles previos a la pandemia".
La falta de mano de obra afecta a todos los sectores, también a la industria agroalimentaria. ¿Qué medidas pediría al Gobierno para resolver esta situación?
Es un problema muy grave para nosotros. Y muy complejo. Porque no se trata tanto de un problema de falta de formación de los profesionales, sino falta de profesionales. Y tenga en cuenta, además, que competimos con otros sectores, con otras comunidades autónomas, con otros países…Por un lado, tenemos que seguir mejorando el currículo de la enseñanza reglada, para adaptar en buena medida la formación que se imparte a las necesidades reales de la sociedad. Aunque, en la práctica, no es nada fácil. De hecho, algunas empresas de nuestro sector han optado por formar a sus propios profesionales. Pero tan importante como eso es que hagamos atractiva nuestra Comunidad para los jóvenes profesionales, porque no son pocos los que prefieren ubicarse en otros lugares independientemente de las mejoras —incluidas las salariales— que pudieran tener en Castilla y León. Y, por otro lado, también es preciso que las industrias puedan adaptarse a las inquietudes de las nuevas generaciones para hacer una buena gestión del talento. En Vitartis hemos abordado esta cuestión mediante el desarrollo de una iniciativa muy innovadora, el proyecto 'Retina'. Teníamos que conocer el código de valores de los profesionales, qué buscan, cuáles son sus prioridades profesionales y de vida… para diseñar mejor los puestos de trabajo y los incentivos, con el fin de resultar más atractivos, especialmente para los jóvenes. Se trata de un asunto muy importante para nosotros, como le decía, al que vamos a dedicar especial una atención esta semana en el Congreso de Burgos, con el propósito de perfilar algunas ideas sobre cómo podemos crecer con las personas.
Pedro Sánchez pidió el otro día a los empresarios familiares, con mucha presencia en su sector, que paguen más a los trabajadores…
En un sector como el nuestro, en el que las personas están en el centro de toda nuestra gestión, sabemos muy bien que los profesionales de la industria alimentaria son el alma de la actividad. Y entendemos que es lógico y coherente dedicar el máximo posible de los recursos disponibles a compensar justamente su dedicación, a pesar de los impuestos al trabajo, que alejan demasiado el coste efectivo del factor humano de lo que al final recibe el trabajador. No creo que haya discusión alguna al respecto.
El Ministerio está pendiente de una nueva convocatoria para el Perte. ¿Qué tendría cambiar respecto a la primera edición?
Que piensen en las pymes. Es incomprensible que, conociendo el perfil de las empresas de nuestro sector, se hayan cometido errores tan torpes. Y lo advertimos desde todas las organizaciones del sector: tal y como se ha planteado, esos fondos no llegarán a las empresas. A ver si ahora se plantea mejor.