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Especial 8M: una mirada económica

Las mujeres influyen en más del 80% de las decisiones de compra

  • Se estima que para 2028 las consumidoras posean el 75% del gasto discrecional del planeta 
  • Ellas conservan un 15% más del salario mensual que los hombres, a pesar de ganar menos 
  • Si se monetizaran los trabajos no remunerados, las mujeres aportarían el 51,9% del PIB 
Foto: Dreamstime
Aitor Caballero Cortés

¿Gastan más las mujeres que los hombres? ¿Son ellas las que toman las decisiones? ¿Invertir es solo cosa de hombres? Estas son algunas de las dudas y estereotipos que se nos vienen a la cabeza cuando hablamos del consumo y las finanzas personales. Y es que mujer y dinero son dos términos que hasta hace relativamente poco "no casaban", tal y como explica Natalia Cazcarra, fundadora de HER, una consultora especializada en aprovechar el potencial de las consumidoras con el fin de que las marcas crezcan "aprovechando el 100% del mercado".

Es por ello que, debido a esta indiferencia pasada del papel de la mujer en la economía, muchos de los datos referentes a la mujer son invisibles para las magnitudes macroeconómicas actuales, algo que critica Cazcarra. Actualmente es difícil comprobar cuánto aportan los hombres y mujeres a la economía nacional: sabemos que la tasa de empleo de ellos es mayor y, mediante esto, es posible calcular que las mujeres apenas serían responsables del 38% del valor de la producción total y algo más del 42% del valor añadido total de la economía pudiéndoles atribuir una participación similar en el PIB nacional.

Esto es porque las mediciones tradicionales no recogen actividades invisibles para la producción, esfuerzo realizado principalmente por las mujeres. Lo mismo sucede en el apartado del consumo, aunque algunos estudios como el de Pimec, en colaboración con la Universidad de Santiago de Compostela, han intentado aportar algo de luz en este aspecto.

De acuerdo con los datos del informe La aportación de las mujeres a la economía en España, la contribución de las mujeres al valor económico de las actividades productivas no de mercado es del 63%. Este estudio introduce en uno de sus escenarios el tiempo de trabajo no remunerado, calculando su valor monetario por el coste de oportunidad de dedicar tiempo a dicha actividad no remunerada en lugar de a un empleo remunerado, así como al coste de sustitución, que es el ahorro de los hogares por realizar las tareas no remuneradas en lugar de encargarlas al mercado. Esto hace que, para una supuesta medición del PIB teniendo en cuenta esta cifra, la contribución de la mujer es del 51,9% en este escenario corregido.

Cambios demográficos

Actualmente, las mujeres constituyen alrededor del 50% de la población mundial y, en el caso de España, concretamente el 51%. Algo que, desde el punto de vista empresarial, "muchos no están aprovechando", según Cazcarra.

Porque es una realidad: las mujeres, sobre todo desde su inclusión en el mercado laboral, son un nicho a explotar por empresas de todos los ámbitos, ya que ahora poseen ingresos propios, sin la dependencia de un hombre. De hecho, este es un objetivo principal para el 74% de las mujeres, según el estudio Mujer y Finanzas, de Mastercard. Si a ello se suma a que hay casi 2 millones de hogares monoparentales, en los cuales el porcentaje de mujeres asciende al 81,4%, así como los unipersonales (uno de cada cuatro en España), donde ellas representan el 54%, se demuestra que la economía femenina es un factor vital y a tener en cuenta.

Cada vez hay un mayor número de hogares encabezados por mujeres, su independencia económica todavía está en entredicho. Y es que el 55% de las mujeres considera que no son tan independientes como los varones, de acuerdo con el estudio de Mastercard, en gran parte, por asumir trabajos no remunerados (71%), por ser madres a tiempo completo, abandonando su carrera profesional (44%) o por ganar menos que los hombres (54%). Esto último lo confirman los salarios medios anuales que aporta la Agencia Tributaria, ya que ellas ganan unos 5.000 euros menos, y su porcentaje de participación en los ingresos laborales sigue sin llegar al 40% en Europa Occidental.

A pesar de no ser la principal fuente de ingresos, su figura en las compras cotidianas es fundamental. Deloitte cifra que las mujeres son responsables del 89% de las decisiones de compra, Boston Consulting Group señala que es el 80%, y para Nielsen, en 2028 las mujeres influirán en el 75% del gasto discrecional del planeta. Para Cazcarra, el impacto de las mujeres se refleja perfectamente con una frase: "Si ella no lo quiere, él no lo compra", dice.

Varias contradicciones

Es paradójico que, en una sociedad en la que ellas tienen un gap en salarios como el actual, si hablamos de consumo, tenemos que hacer referencia a una "brecha invertida", declara la fundadora de Her. Esto es así, principalmente, por una mera cuestión cultural: "La mujer ha sido la gestora del hogar y ha tomado pequeñas decisiones constantemente" indica Cazcarra, ya que ellas siempre han sido las que han resuelto cuestiones como la compra para la comida, la ropa para los hijos, etc.

Además de que históricamente no han sido la principal fuente de ingresos, sus conocimientos financieros, de media, son peores que los de los hombres. No hay una razón concreta para identificar esta brecha, pero un informe del Banco de España apunta principalmente a diferencias sociodemográficas, de interés personal, así como normas sociales que asignan a la mujer un papel más tradicional y su característica aversión al riesgo.

Este factor, además, confirma una mentira repetida mil veces, pero que no por ello se ha convertido en verdad. Y es que no, las mujeres no son más consumistas que los hombres, sino todo lo contrario: ahorran un 15% más según el banco online N26, aunque no de una forma "voluntaria", ya que su inferior salario medio hace que para tener un colchón similar al de los hombres, ellas tengan mayores limitaciones de gastar parte de su nómina.

Otras estadísticas, como la del Banco Mundial, muestran, sin embargo, que la mujer genera un mayor gasto, concretamente 280 euros más al año que los hombres. Ahora bien, esto es consecuencia de que su consumo se centra en el hogar, no de manera individual.

En lo que se refiere a la inversión, ellas todavía tienen que ganar terreno. En este sentido, las mujeres invierten un 29% menos, según N26, fundamentalmente por tener menos márgenes (peores salarios), lo cual reaviva esa aversión al riesgo. También influye su menor conocimiento financiero, pero el sector "tampoco ayuda" cree Cazcarra. "Muchas de las empresas de sectores básicos de inversión en España, como el sector inmobiliario, el del automóvil y la bolsa, siguen anclados en el siglo XX" argumenta, sin pensar en "las posibilidades de crecimiento" que pueden aportar las mujeres, que, al fin y al cabo "son la mitad de la población" finaliza Cazcarra.