
Cada vez es más habitual que las tiendas se desmarquen del 7 de enero como la fecha en la que, tradicionalmente, han comenzado las rebajas. La inmensa mayoría de ellas, sobre todo aquellas con canales de venta online, inaugura este periodo antes incluso del Día de Reyes, con el objetivo de maximizar sus cifras.
Aunque a priori puede ser una ventaja para el consumidor, lo cierto es que las rebajas esconden algunos peligros que pueden desembocar en derroches o estafas si no se compra con cabeza. Por esta razón, desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ofrecen una serie de recomendaciones a quienes estén interesados en estas rebajas.
Para que un producto cumpla las normas de las rebajas, este debe haber formado parte de la oferta habitual de la tienda durante, al menos, un mes. Debe existir un precio previo con el que comparar el precio actual y sobre el que confirmar que efectivamente existe una rebaja. Para ello, los artículos deben indicar tanto su precio rebajado como su precio original (o bien indicar el porcentaje de la rebaja).
La calidad de los productos ofertados debe ser idéntica a la que tenían antes de ser rebajados. Del mismo modo, tanto la garantía como el servicio de postventa debe ser idéntico, independientemente de que se haya adquirido con o sin rebaja. Y en el caso de que existan condiciones especiales para el periodo de rebajas, como limitaciones en el medio de pago o en las devoluciones, deben indicarse de manera clara.
Debe conservar el ticket
Ante cualquier problema, es fundamental conservar el ticket de compra. Con él podremos reclamar, cambiar o solicitar la devolución de un producto. Del mismo modo, las tiendas deben contar con hojas de reclamaciones a disposición de sus clientes. "Si se la niegan avise a la policía municipal", aconseja la organización.
Aunque el producto se encuentre en perfecto estado, las tiendas físicas no están obligadas a devolverlo a cambio de dinero, a menos que así lo hayan anunciado o publicitado. Sí que están obligadas a cambiarlo por otro artículo o a emitir un vale del mismo valor económico. En cambio, las tiendas online sí que están obligadas a admitir devoluciones (sí el cliente así lo desea). Como mínimo, el cliente dispone de 14 días naturales para devolver el producto si no le convence.
Aunque ya es tarde, la mejor manera de evitar el consumo excesivo y el derroche es comprar únicamente lo que nos haga falta, sin dejarnos tentar por grandes descuentos ni letreros rojos. Para ello, preparar una lista de artículos necesarios con tiempo y hacer un seguimiento de los precios (con la que comprobar si efectivamente existe la rebaja) serán trucos de gran utilidad.