
La Enfermedad Hemorrágica Epizoótica se ha expandido ya por todas las comunidades y, aunque no entraña peligro para el ser humano, comienza a hacer estragos en cientos de explotaciones.
Dice el refranero popular que a perro flaco todo son pulgas y, qué duda cabe, que el fondo de tan popular y sabia sentencia puede hoy aplicarse a los ganaderos del bovino español. No en vano, tras tener que hacer frente al incremento de los costes de producción por la guerra, a campañas de vacunación masiva por la lengua azul y, más recientemente, a la inmovilización y sacrificio de cientos de cabezas por positivos en tuberculosis en sus cabañas, ahora se les presenta una nueva y cruenta batalla: la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE).
El culpable de su llegada a España y de su propagación ya por prácticamente todas las comunidades es un mosquito y, aunque no entraña peligro alguno para la especie humana, no menos cierto es que, con la picadura de este insecto, a nuestros profesionales les sobreviene una nueva época de vacas flacas.
Lo certifica Juan Luis Delgado, presidente de Asaja Salamanca, responsable de Ganadería Bovina de la organización profesional agraria a nivel nacional y afectado en primera persona por la EHE. "Estamos viviendo una situación dramática", una "catástrofe" subraya tras ver, como "muchos otros", entrar la infección en su explotación a primeros de agosto. Desde entonces, ha tratado a unas 50 de sus reses -de 400 reproductoras, unos 200 terneros y otras 200 cabezas en cebadero-, y contabilizado la muerte, -a fecha 11 de octubre-, de dos vacas, un toro, y dos terneros afectados, además de la de otros dos prematuros de madres enfermas.
Las suyas formarían parte de las, al menos, 3.000 recogidas de bóvidos muertos por EHE que, calcula, se contabilizaban ya entonces, sólo en Salamanca, y que siguen creciendo día a día como recoge paulatinamente la prensa nacional: "570 animales muertos y 7.000 enfermos en Zamora"; "el Departamento de Agricultura, Ganadería y Alimentación del Gobierno de Aragón estima que la EHE 'barrerá' toda la Comunidad" y afecte a prácticamente el 100% de su vacuno; "detectadas ocho nuevas explotaciones con casos de EHE".
Lo peor no está en el dato de mortalidad, de apenas el 1%, sino en el daño económico que la enfermedad deja tras de sí. Lo grave, confirma Delgado al respecto, es que "también son las ubres que se estropean, los abortos y la sobrealimentación" a la que, enfatiza, tienen que someter a sus vacas, toros y terneros si la EHE no los barre, para sacarlos adelante. Todo ello tendrá, a la larga, un coste de tiempo para explotaciones que se ven "descabezadas por la pérdida de animales" y van a necesitar años para recuperarse, y, por supuesto, tiene un importante impacto económico para el ganadero, pues a los animales infectados hay que aplicarles "costosos tratamientos" veterinarios. Entre antinflamatorios, antibióticos y aplicaciones antiparasitarias e insecticidas en las instalaciones, Juan Luis calcula un desembolso de "unos 70 euros por animal tratado".
Graves consecuencias a futuro
Así, el también vicepresidente nacional de Asaja vislumbra graves consecuencias de la EHE para un sistema productivo que constituye parte importante del sector agroalimentario nacional y del medio rural y que, en el caso particular de Salamanca, sustenta buena parte de la economía -la provincia presenta el mayor censo bovino de todo el país con más de 600.000 cabezas-. Más aún, si se tiene en cuenta que la entrada del también llamado covid de las vacas en una explotación veta el movimiento directo para vida -no así para sacrificio-, a otros Estados miembros de la UE de los animales y restringe los movimientos nacionales, permitiéndose únicamente hacia zonas libres los de bóvidos con ausencia de sintomatología y desinsectados, al igual que los vehículos para su transporte. Y ello, lamenta, sin que ninguna administración haga "nada" ante un problema que, eso sí, todas conocen desde hace un año.

Efectivamente, tal y como confirma María Ángeles Risalde Moya, directora de la Unidad de Investigación Competitiva en Zoonosis y Enfermedades Emergentes (Enzoem) de la Universidad de Córdoba, fue hace casi un año, "el 18 de noviembre de 2022" cuando "se detectaron los primeros casos en bovino en España, en concreto en las provincias de Cádiz y Sevilla", de esta "enfermedad vectorial infecciosa no contagiosa" que afecta a rumiantes domésticos y salvajes -sobre todo ciervos-, "pero que en ningún caso afecta al hombre" pues "no es una zoonosis". Según la científica, la EHE serotipo 8 fue transmitida por "dípteros del género Culicoides spp que fueron transportados por el viento" desde Túnez, donde ya estaba presente, o, "no se descarta", desde otros países del norte de África como puede ser Marruecos.
Solo en Castilla y León, las pérdidas ascienden a los 60 millones de euros
Si bien, como confirma esta investigadora, "no todos los animales infectados desarrollan la enfermedad", e incluso "muchos son asintomáticos o presentan signos muy leves", la picadura del mosquito entraña numerosos signos clínicos, siendo los más habituales, la presencia de fiebre, postración y apatía, anorexia, delgadez, eritema (enrojecimiento) e inflamación en distintas mucosas, dificultades respiratorias, cojera, alopecia, así como alteraciones reproductivas como abortos, muerte de neonatos y repeticiones a celo.
Frente a ellos, advierte, solo cabe el tratamiento sintomático sobre el animal, no siendo efectivos para el control del mosquito portador en sí ni "el uso de insecticidas habituales en el medio natural", ni "la desecación de charcas", ya que no se reproduce en ambientes acuáticos, "sino en sustratos con acúmulo de materia orgánica con humedad".
Actualmente se han declarado focos, asegura Risalde Moya, "en prácticamente toda España, así como en Portugal, Francia e incluso ya hay casos confirmados en Suiza" y parece que el tiempo cálido que hemos tenido este mes de octubre ha favorecido la circulación de los mosquitos causantes y, por tanto, esa infección expandida en la época de mayor actividad de los mismos, que "es el final del verano y el principio del otoño".
Pese a llevar la EHE casi un año presente en el bovino español, lamenta Juan Luis Delgado, las administraciones "no han hecho nada". "No han estado atentas, ninguna, en general", pero mucho menos en Castilla y León, donde, denuncia, nos encontramos "con un Ministerio de un partido político (PSOE), una Junta de otro (PP), y la Consejería de Agricultura de un tercero (Vox)", y con un juego en el que "se tiran la pelota, esperando que caiga para echarse la culpa unos a otros".
Algunos gobiernos regionales han escuchado ya a sus ganaderos y les han prometido ayudas, incluso en la propia Castilla y León, pero afirma el máximo representante de Asaja, "serán claramente insuficientes" y apenas "para vestir al santo". No en vano, solo en esta Comunidad, las pérdidas para los profesionales rondarán los "60 millones de euros".
"Hacer una cuantificación aproximada de la morbilidad, mortalidad, clínica más frecuente, susceptibilidad de especias y obtener una aproximación del impacto económico en ganado bovino", es el objetivo de la encuesta anónima para veterinarios y ganaderos que el Enzoem ha puesto en marcha.