
Moritz elevó un 8% sus ventas en 2022 hasta 18,3 millones de euros, por encima de las cifras de 2019, antes de la pandemia, pero no fue suficiente para afrontar el alza de costes de las materias primas y la energía, de forma que cerró el año con unas pérdidas de 400.000 euros. Rompió así la excepción que supuso el año 2021, el único en números negros desde que la cervecera barcelonesa, parte del Grupo Ágora, resucitó en 2004. Fueron unos escasos 33.052 euros, pero tenían la esperanza de marcar un punto de inflexión.
No fue posible debido a la inflación y a las inversiones para reactivar la marca tras la reapertura de la hostelería, que redujeron el margen global, han indicado a elEconomista.es fuentes de la compañía.
En el lado positivo de la balanza se sitúan la actividad de la Fábrica Moritz Barcelona y de su nuevo restaurante Casa Moritz en Rambla Catalunya, que "ha contado con una muy buena acogida en la ciudad". También gestionan el Bar Velódromo en la capital catalana. Asimismo, en julio de 2022 Moritz impulsó la cata de cerveza más grande del mundo, consiguiendo batir el Record Guiness con el mayor número de personas catando cerveza.
Las pérdidas acumuladas por Moritz desde 2004 superan los 35 millones, que la familia propietaria, los Roehrich (descendientes de Louis Moritz), han ido cubriendo con aportaciones de capital, principalmente a través de la condonación de préstamos aportados anteriormente. Por su parte, el conjunto del grupo Ágora, que también cuenta con la marca de cerveza Ámbar, facturó 212,5 millones en 2022, un 25% más interanual y por encima de los 204 millones de 2019.
Moritz se vende principalmente en Cataluña, aunque también está presente en algunos puntos de venta de Valencia y las Islas Baleares, y por ello mantiene el compromiso con patrocinios culturales y deportivos locales y regionales catalanes como La Volta ciclista Catalunya, la Fira de Tàrrega, La Santa Market, Palo Alto o el centenario del transporte municipal de Barcelona, entre otros.