
Algunos antiguos anuncios de televisión dejan bien claro que los automóviles y otros vehículos motorizados de cuatro ruedas han evolucionado mucho, muchísimo, y no digamos la manera de conducir.
Hace unas décadas la seguridad al volante era algo secundario, al menos en España. Nadie llevaba puesto el cinturón de seguridad porque molestaba o porque directamente se obviaba por norma. Un coche era prácticamente una casa en la que desplazarse y cuanto más rápido, mejor.
La publicidad apostaba por conductores despreocupados en coches veloces, por la robustez de los automóviles o por dónde podían meterse sin problemas sin que aquello reventara, y todo aderezado con el habitual tonillo machista de otros tiempos.
Las mujeres conducían, pero lo hacían a su manera. Eran los hombres los verdaderos especialistas en la conducción, o eso nos vendían, aunque lo que de verdad nos queda claro después de ver estos viejos anuncios es que había pocos accidentes para tanto riesgo que se derrochaba a diario.
1. Ebro Siata 40: Huye si ves una
La lógica brillaba por su ausencia en los anuncios de hace unas décadas. La Ebro Siata 40 era una pequeña furgoneta que se inspiraba en el Seat 600. Era espaciosa y ágil y además ahorraba "un viaje de cada dos porque carga el doble", ojo. Eso sí, quien la conduce en el anuncio va a toda velocidad, atraviesa cuatro carriles de golpe para escapar de un atasco y sube bordillos.
Pero lo mejor llega cuando se mete por una boca de metro con la Siata y recorre los andenes llenos de gente como si no hubiera nadie. Luego sale por otra boca del suburbano y al final aparca en mitad del banquete de una boda, donde lleva la tarta nupcial. Se supone que este vehículo era "ideal para comerciantes tranquilos", aunque el del anuncio no parece uno de ellos.
2. Simca 1000: Papá puede matarte
Este anuncio del mítico Simca 1000 es un despropósito en sí mismo. En "el 5 plazas con nervio" del spot viaja una familia de cinco personas, ninguna lleva cinturón y al menos cuatro de ellas no parecen ser conscientes de que pueden morir en cualquier momento. Y es que ese padre al volante circula como si estuviera en un rally, aunque nadie se inmuta.
"¿No crees que hemos engordado mucho últimamente?", pregunta la despreocupada mujer que va de copiloto. Y es que engordar era sinónimo de poderío económico, aunque en este caso daría igual lo que le preguntaran a ese conductor, que va cegado y más que circular parece que huye de alguien. El Simca 1000 vuela y todos van tranquilos en él, tanto que el hijo mayor aprovecha para pedirle un cigarro a su madre, que se lo da encantada. "¿Desde cuándo un coche familiar tiene que ser aburrido?". Quizás no resultara aburrido, pero podía ser letal.
3. Seat 600: Si es fácil, es cosa de mujeres...
El clásico Seat 600 tiene en este anuncio del NO-DO de 1957 a una mujer como conductora que, por supuesto, no lleva puesto el cinturón de seguridad. El caso es que "este coche utilitario español aparece muchas veces conducido por manos de mujer", aseguran, porque "como es de manejo fácil", también pueden ellas.
La mujer acaba de estrenar su Pelotilla tras recogerlo en la fábrica. "Al volante del nuevo vehículo, que es de fácil aprendizaje, inicia su primer viaje por las calles", dicen de esta conductora que, en todo caso, despacio tampoco va por las calles de Barcelona.
4. ... y si tienes 19 hijos, haz tres viajes
La "Familia Alcaide" también presume de Seat 600 y con él se van de vacaciones. Hasta ahí todo normal, pero cuando surge el dato demoledor de que este grupo familiar está compuesto por padre, madre y 19 hijos, los planes se alteran un poco, pero se adaptan.
Una de las hijas le pide a su padre que cuente el "secreto" de cómo se arreglan para irse de vacaciones, y la respuesta del patriarca es de una lógica contundente: "Como son 60 kilómetros lo que tenemos que recorrer, pues hacemos tres viajes y así vamos toda la familia". Son 21 en total, pero el padre, como es quien conduce, va siempre. El caso es que salen a 7 personas por viaje en un 600, que ya era algo más 'normal' en la época que meter a 21 en el coche, aunque no dejaba de ser un reto. Tres en este caso.
5. Taxi Seat 1500: Un parque temático con ruedas
El Seat 600 era un clásico familiar, al margen del número de personas que integraran la familia. Pero la berlina de la época, poco familiar, era el 1500 y se empleaba mayoritariamente como taxi, aunque también como vehículo policial, ambulancia en el caso de su versión ranchera o coche oficial de los ministerios. Lo cierto es que si se tomaba un taxi había enormes posibilidades de que fuera un Seat 1500, aunque quizás no tan equipado como el de este anuncio.
"Los taxis en fila esperan al viajero, que esta vez es viajera y muy guapa, por cierto". La mujer "se decide" y se sube al taxi de "Demófilo Martínez", que lleva todos los 'avances tecnológicos' de antaño y algunos más, los que le caben en el coche, básicamente. Su taxi es un parque temático y por supuesto no faltan "tabaco y cerillas", "diccionarios" y tampoco ha olvidado "un pomo de perfume selecto". Demófilo tiene más cosas en el taxi que un puesto del Rastro y "a la hora de pagar", ahí está la tecnología punta, que se plasma en el "platillo articulado" y en "la caja registradora con sistema de alarma para devolver el cambio".
6. Seat 127, resistente a bombardeos
En este anuncio nos presentan "los nuevos Seat", concretamente el modelo 127, que conduce un hombre sin cinturón. Lo curioso del piloto es que se mete con su 127 amarillo en una guerra en la que incluso se escucha hablar en alemán. Le bombardean y suelta las manos del volante para llevárselas a la cabeza. No es para menos teniendo en cuenta la que le está cayendo.
No sabemos si a lo que hace se le puede llamar conducir, pero el coche lo resiste todo porque el Seat 127 era ideal "para la guerra de todos los días", aunque al final del anuncio descubrimos que se trata del rodaje de una película.
7. Ebro F108: "Nacida de un camión"
Este anuncio es un poco desconcertante. Nos presentan la furgoneta Ebro F108 "nacida de un camión" pero que suena como un Ferrari. Se pasan todo el anuncio comparándola con "la otra", mientras la furgoneta atraviesa bosques y ríos, baja por unas escaleras como si tal cosa o sale la primera en un semáforo gracias a su "reprís".
Pasa a centímetros de una chica que hay sentada en una terraza y de un burro, y no se desvela del "camión" del que nació. Solo añaden que "la joven Ebro está como un camión", en un juego de palabras con poca chispa incluso entonces. Ebro fue una marca de vehículos industriales creada en 1954 por Motor Ibérica y desapareció en los años 80, pero vuelve ahora a estar presente en el mercado con una pick-up eléctrica.
8. Seat Ritmo: Para conducir con los ojos vendados
En este anuncio vemos a un presunto piloto experto en conducir con los ojos vendados que lleva un mono de carreras pero obvia el casco. El Ritmo al que se sube le "parece un avión", ya lo dice él con un peculiar acento francés que podría proceder de cualquier parte.
El 'experto' conduce el coche con los ojos vendados con más pericia que un Tesla en modo automático. Lo borda. De hecho, para exactamente en el mismo sitio del que ha partido, aunque se queda con ganas de más y pide "intentarlo otra vez".
9. Seat 1430: Con mujer sorpresa en los asientos traseros
En esta publicidad de los años 70, un hombre alucina literalmente con su Seat 1430. Parece vivir en un trance permanente y al final se fuma un cigarro, que enciende con el fantástico mechero que incluye el coche.
La sorpresa viene después, cuando reclina el asiento del conductor y surge en la parte trasera una mujer. "Esto es un coche" y poco más se le puede pedir, aunque cuenta también con "velocidad a todo confort".
10. Citroën Dyane 6: "Calidad mejorada" y suegra maniatada
Un hombre conduce un Dyane 6 a gran velocidad con una mujer mayor al lado que no para de preguntarle cosas sobre el coche, y para todo tiene respuestas el conductor, algunas tan locuaces como que el vehículo "se tumba pero no se cae".
Al final nos enteramos de que se trata de suegra y yerno, porque ella le dice: "No sé cómo mi hija pudo casarse con un hombre con esas patillas". Parecía que era ella quien llevaba la voz cantante, pero el anuncio da un giro final, ya que "todo tiene su límite". Tras esta frase vemos a la suegra maniatada y amordazada en los asientos traseros.