
Asaja señala que agricultores y ganaderos están preparando la campaña 2023 sin conocer al detalle los requisitos que se deberán cumplir dentro de un contexto en el que el sector se ve afectado por la falta de agua y el calor extremo que afecta a los cultivos, entre otros factores, que están mermando la productividad agraria y ganadera, especialmente, en el Alto Aragón.
Es una situación que genera incertidumbre para los agricultores y ganaderos aragoneses coinciden en señalar Fernando Luna y Ángel Samper, responsables de Asaja Aragón y Asaja Huesca. La organización agraria mira con preocupación la nueva campaña 2023 porque, a pesar de que España ha sido de los primeros estados miembros de la Unión Europea en tener e Plan Estratégico PAC (PEPAC) aprobado por parte de la Comisión Europea, todavía no están los reales decretos que regirán su aplicación.
Esto lleva a que la campaña 2023 se esté preparando por parte de agricultores y ganaderos sin conocer los requisitos exactos que deberán cumplir. Un retraso que consideran especialmente "grave en una reforma como esta", ya que introduce numerosas obligaciones nuevas, como los ecorregímenes, el pago retributivo o la condicionalidad reforzada, entre otros, lo que va a suponer que "los declarantes de la PAC 2023 no sepan cuál es el pago que le corresponde hasta finales del año 2023".
"Nos encontramos ante una nueva falta de respeto a los agricultores y ganaderos oscenses y europeos, que constatamos una vez más como la realidad del sector primario van por un lado y la actuación de las instituciones europeas y nacionales va en sentido opuesto", añaden.
Y todo ello se suma la campaña de transición hasta la nueva aplicación de la PAC que "no ha sido tranquila. Seguimos arrastrando los problemas de años anteriores, con graves afecciones para las explotaciones ganaderas a la hora de la declaración de los pastos permanentes".
Además, la PAC 2022 ha sido la primera campaña en la que se ha aplicado el sistema de monitoreo a todo el territorio aragonés, "suponiendo un grave quebranto tanto para los agricultores y ganaderos y como entidades colaboradoras, debido al arduo trabajo que este sistema supone".
La incertidumbre y la inquietud en el sector no gira en torno solo a la PAC. También es el agua es motivo de preocupación, sobre todo, porque en 2022 la primavera y el verano han sido excepcionalmente secos, aparte de disminuir considerablemente los niveles de agua embalsada. "Seguimos demandando la necesidad de aumentar la capacidad de almacenamiento en los sistemas regables que permitan al agricultor planificar los planes de cultivos de su explotación con un horizonte de dos campañas".
Balance de producciones 2022
En relación las producciones agrícolas y ganaderas. La campaña 2022 ha sido desigual. Por ejemplo, en el cereal de invierno, la campaña transcurrió sin problemas hasta el mes de abril, momento en el que las heladas tardías ocasionaron daños en el cultivo, que se vieron agravados por el calor excesivo de mayo y las nulas lluvias en primavera.
La cebada y el trigo blando se mantienen como cultivos principales en el cereal de invierno, mientras que en el cereal de primavera es el maíz en el que se produjo una reducción de entre 2 y 4 Tn/ha en las primeras y segundas cosechas.
En los cultivos industriales, se ha producido un aumento de la superficie destinada al girasol por los altos costes de producción y la falta de agua para completar ciclos en otros cultivos más exigentes en riego. En la colza se ha duplicado la superficie sembrada respecto a la campaña pasada en las zonas húmedas de la provincia y en secano. Un incremento que se debe a la necesidad de buscar cultivos alternativos por las rotaciones y por el daño de la fauna salvaje.
En las proteaginosas, la vezas, guisantes y habas son las que más se cultivan, habiéndose producido descensos en todas ellas por las heladas, sequía y el excesivo calor de finales de la primavera. Descenso igualmente se ha producido en el arroz en cuanto a superficie cultivada por las restricciones en el agua de riego. Por su parte, en la alfalfa se observa a su vez un descenso de la superficie de siembra, así como un menor rendimiento por hectárea por el calor del verano que no se pudo mitigar con el aporte de agua de riego.
El sector de la fruta dulce ha vivido en 2022 un escenario similar al de 2021. Las fuertes heladas de abril mermaron la producción de fruta de hueso en un 70% y la de pepita en el 35%. Además, ha habido un tercio de la producción habitual en nectarina, melocotón y paraguayo. La escasez de kilos ha afectado a la exportación, ya que Francia e Italia sí han mantenido niveles de producción.
Las heladas de abril también tuvieron un impacto importante en los frutos secos, dejando un 80% menos de producción de almendra respecto a un año normal. Las heladas, junto con el extremo calor del verano y la ausencia de precipitaciones también lastró la producción de viñedo en la provincia de Huesca, sector que también se vio afectado por la fauna silvestre.
La campaña de producción de olivo fue asimismo mala por el calor de mayo, mientras que en la trufa se produjo bajas producciones en la de secano por el verano extremadamente seco.
Ganadería
La ganadería no ha sido ajena a un 2022 complejo. En el ovino y caprino se sigue con la tendencia a la baja en el número de explotaciones y censo total de animales, bajando el millón de hembras reproductoras. Además, el consumo nacional sigue a la baja.
En cuanto a las vacas nodrizas, también se produce un descenso en el número de explotaciones y en el censo total de animales. Pésima campaña se ha registrado en el sector apícola por las condiciones climáticas que mermaron la producción en relación al año normal.
A pesar de ser uno de los sectores de más peso en la economía en Aragón, el porcino tampoco se ha librado de una campaña difícil por los altos costes de producción en todos los eslabones (madres y cebo), la necesidad de buscar mercados alternativos a China, la presión de la entrada de enfermedades a las explotaciones y las obligaciones burocráticas.
En el vacuno de cebo, los altos precios de las cotizaciones en la lonja no han compensado los incrementos de los costes de producción del pienso principalmente por el estallido del conflicto de Ucrania. Además, el sector se enfrenta a la incertidumbre de la PAC 2023-2027, el decreto nacional de ordenación de explotaciones bovinas, los ajustes en las nuevas caracterizaciones de las UGM y sus consecuencias para el pastoreo y las posibles medidas que el ministerio y las comunidades autónomas puedan tomar para apoyar al sector.
El vacuno de leche vive los mismos problemas que el resto de ganaderos, mientras que el sector cunícola se ha visto especialmente afectado por el aumento de los costes de producción, de los piensos principalmente, y de las instalaciones de climatización. El consumo de la carne de conejo sigue bajando.
Y, finalmente, en el sector avícola, los costes de producción también han tenido una especial incidencia y el conflicto de Ucrania ha sido un importante "golpe" a este sector que lleva desde la covid-19 y por el parón de Horeca con la pandemia tratando de recuperarse de la crisis. Además, las empresas integradoras exclusivas del sector agrícola tampoco atraviesan un buen momento por lo que no tienen capacidad de ayudar al productor como en crisis anteriores.