La cadena de supermercados multinacional es consciente de que sus objetivos en materia de sostenibilidad deben trabajarse en conjunto con sus colaboradores, de manera que los principios de respeto al planeta se mantengan a lo largo de la cadena de producción.
A mediados de junio de 2022, la temperatura estaba rozando los 40ºC en Madrid. En el resto de Comunidades Autónomas, las máximas rondaban entre los 27ºC de Galicia hasta los 42ºC de Córdoba y Lleida. Eran cifras entre 7 y 12ºC por encima del promedio habitual de esta época del año y estaban entre el 5% de las temperaturas más altas medidas en estas fechas, según la AEMET.
Se trató de la ola de calor más intensa para mediados de junio de, al menos, los últimos 20 años y es una de las señales de que el clima cada vez es más extremo.
De acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el año 2020 estuvo 1,2ºC por encima de las temperaturas de la era preindustrial, muy cerca de los 2ºC de aumento máximo global (preferiblemente 1,5°C) al que se comprometieron los Estados Miembros de la Unión Europea en el Acuerdo de París.
Odile Rodríguez de la Fuente, experta en cambio climático, puso de manifiesto este hecho durante el V Encuentro de colaboradores Lidl España, que tuvo lugar el pasado 15 de junio.
Según la experta, "nos enfrentamos a la mayor crisis de la humanidad en toda su historia", debido al aumento de las temperaturas. Tal y como afirmó: "estamos viviendo una sexta gran extinción masiva y perdiendo biodiversidad a pasos agigantados, por lo que tenemos como límite hasta el 2050 para poner una solución, antes de que las consecuencias sean irreversibles". Rodríguez de la Fuente comentó, que en caso de superar dicho límite de 2ºC de aumento global, el Ártico, que actúa como un regulador de la temperatura del planeta, se descongelaría entre un 35% y un 47%, lo que a su vez traería un nuevo incremento de los grados, liberaría más gases contaminantes y supondría la desaparición de especies de plantas, animales e insectos.
A día de hoy siguen aumentando los gases de efecto invernadero y es necesario que todos los agentes de la economía, el Gobierno, los consumidores y, por supuesto, las empresas se impliquen para lograr, entre todos, detener esta tendencia. Lidl es consciente de este hecho y, por ello, realiza múltiples acciones en nuestro país que se enmarcan en un eje estratégico denominado Comprometidos con el mañana. Se trata de un compromiso con el que esta cadena de distribución aspira a mejorar el entorno desde su responsabilidad como empresa y que empieza a través de una colaboración permanente con sus proveedores.
Por lo tanto, revisa continuamente su cadena de valor y busca promover cambios en el sector que puedan "llevar hacia un proceso más responsable". Así lo explicó Claus Grande, director general de Lidl España.
De hecho, este evento fue organizado por la multinacional con el objetivo de compartir con sus fabricantes, productores y el tercer sector los avances y líneas estratégicas del proyecto de Lidl en España, para lo cual explicaron varios ejemplos de buenas prácticas y de fomento de la sostenibilidad que ya se están llevando a cabo o que son retos a medio y largo plazo.
Lidl tiene como finalidad principal "ofrecer los mejores productos, de la mejor calidad, al mejor precio", tal y como indicó Michaela Reischl, directora de RSC de Lidl España. Pero al mismo tiempo, según afirmó, buscan cumplir sus retos en materia medioambiental y social, por lo que implican a todos los participantes de la cadena de producción. "Los colaboradores son una parte fundamental", afirmó en este sentido Reischl, "nos importa lo que pasa más allá de nuestras tiendas".
Por ello, en su búsqueda de lograr procesos de producción cada vez más sostenibles, así como de ofrecer "una cesta de compra sostenible, saludable y asequible", llevan a cabo una estrategia basada en dos pilares: las personas y el planeta, según aseguró la directora de RSC de Lidl España.
Su compromiso con la sociedad
El primero de los ejes en los que se basa la estrategia de Lidl son las personas, hacia las que consideran que tienen un "deber de debida diligencia", ya que la compañía está comprometida con el cumplimiento de los derechos humanos.
En este sentido, dirigen esta responsabilidad social hacia los trabajadores que intervienen a lo largo de toda la cadena de producción, ya que esta compañía no solo cuida de sus propios empleados, sino también de sus partners, especialmente en las etapas del sector primario. Para ello, se aseguran de que sus colaboradores cumplan con los estándares requeridos a través de auditorias éticas y certificaciones internacionales.
Por ejemplo, se sirven de la Certificación Fairtrade, el "sello líder de comercio justo para la sostenibilidad de las personas y el planeta", según explicó María Granero, desarrolladora de negocio en Fairtrade Iberia. Gracias a este mecanismo, Lidl incluye el comercio justo dentro de sus estrategias de trabajo para promover un salario digno en toda la cadena de aprovisionamiento. Además, ha ejecutado "un mapeo" en busca de vulnerabilidades durante todo el proceso de producción.
"Únicamente empoderando a los pequeños productores, habrá un reparto más justo en la cadena de valores", destacó Granero y añadió:"Fairtrade marca la agenda de trabajo para las producciones de materias primas cuando existe desigualdad".
Como ejemplo de que Lidl recurre siempre a aquellos fabricantes que tienen una certificación en materia social, durante el evento se destacó el caso de la industria del cacao: "el 100% de las tabletas de Lidl tienen sello Fairtrade", aseguró la desarrolladora de producto.
Asimismo, la multinacional también considera otros conceptos de bienestar social como la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.
Por otro lado, Lidl también se preocupa por la salud de sus clientes y por ello pretende influir para que obtengan una alimentación saludable. Así, tienen como objetivo para el año 2025 disminuir un 20% las sales y los azúcares en la composición de sus productos.
Objetivos en sostenibilidad
Para Lidl, "la sostenibilidad se escribe con mayúsculas", según afirmó Miguel Paradela, director general de Compras de Lidl España. Y es por esto que se incluye entre sus máximas preocupaciones el ofrecer el surtido más sostenible con la mejor relación calidad/precio.
Asimismo, tienen puestos en marcha una serie de objetivos relacionados con tres ejes en el área de compras: las materias primas, el uso de plásticos y las emisiones. Respecto al primer eje, por ejemplo, la empresa decidió eliminar los huevos de gallinas enjauladas.
En cuanto a los plásticos, según explicó Paradela, existe una hoja de ruta definida a nivel de grupo, REset Plastic, con el objetivo de reducir un 20% el uso del plástico, utilizar al menos un 25% de plástico reciclado y garantizar la reciclabilidad de la totalidad sus envases de marca propia hasta 2025. Como ejemplo, han sustituido el envase de sus huevos frescos por material de celulosa, logrando disminuir hasta 450 toneladas anuales de plástico.
Respecto a las emisiones, Lidl tiene como objetivo reducir las emisiones de gases efecto invernadero en un 80% para 2030.
Para ello, ejercen diversas acciones que también incluyen a sus proveedores, puesto que sus propias acciones no son suficientes ante la gravedad de la emergencia climática.
Entre estas iniciativas, la compañía ofrece su propia etiqueta que certifica un producto como "neutro en carbono". Se trata de un sello que indica que la huella del envase y del producto se está compensando mediante proyectos internacionales que protegen el clima conforme al Gold Standard. Como ejemplo de productos que disponen de esta certificación podemos encontrar a Vemondo, la línea de Lidl de alimentos veganos y vegetarianos. "La mayoría de las emisiones de Lidl se generan de forma indirecta a través de los productos que suministran los fabricantes", subrayó el director general de Compras de Lidl España. Por esto, tratan de que sus productores "entiendan y asuman" la importancia de la sostenibilidad, puesto que "la sociedad y el planeta lo están exigiendo". Ante esto, Tom Weseloh, country manager de Climate Partner, explicó que su compañía ofrece una herramienta para calcular la huella de carbono tanto a nivel de producto como de empresa.
Además, Lidl también ha certificado 200 de sus tiendas con un sello EDGE de 0 emisiones. Este analiza, según los estándares de cada país, si un edificio o instalaciones son sostenibles según su construcción, tal y como comentó Leticia Cordero, auditora senior en SGS. Se trata de una acreditación independiente otorgada por IFC.
Por su parte, Yago Lorenzo, director de sostenibilidad en Cetaqua, destacó además la importancia de la "huella hídrica". Según explicó, "el 70% del agua dulce se utiliza para generar alimentos" y "se consumen de media 3.496 litros al día por habitante en España, de los cuales solo 137 litros son de consumo directo".
De acuerdo con Lorenzo, el uso del agua en la empresa o en el producto debe ser responsable, "hay que reducir vulnerabilidades y reformular las estrategias de responsabilidad social corporativa para tener en cuenta estos conceptos. El agua es el nuevo carbono", dijo.
Al mismo tiempo, la cadena apuesta por la economía circular, tal y como explicó Jordi Redondo, director comercial de Promic, quien puso de manifiesto un ejemplo actual de como la compañía lucha contra el desperdicio alimentario.
En este sentido, Lidl es "el primer supermercado que ha certificado el proceso de gestión interna de los residuos", según aseguró Reischl. Gracias a la clasificación que hace la compañía de los residuos, es posible reutilizarlos para fabricar nuevos artículos.
Por último, Lidl trata de impulsar el producto regional, según explicó Jordi Morales, director de Compras Regionales de Lidl España. La venta de productos de proximidad proporciona un plus de sostenibilidad económica, social y medioambiental, debido a que la cercanía evita emisiones de transporte y pone en valor y fomenta la economía y producto local.
Ante estas estrategias, Rodríguez de la Fuente, comentó la importancia de que "una empresa como la vuestra, multinacional, esté tomando esta serie de medidas" puesto que los "cambios que se están haciendo no solo fomentan la biodiversidad y la sostenibilidad, sino que también nos hacen más resilientes".