
En el mercado de deuda, el bono estadounidense se convierte este año en el gran detonante que puede presionar al resto de activos de renta fija. El crecimiento en la economía de EEUU provocará un cambio de tendencia, con alzas en la deuda pública del país
que pueden llevarlo hasta el 3,5 por ciento y acercarlo al interés que ofrecen países de la periferia europea. ¿Cómo explotará esto?
Es prácticamente el final de la película y el protagonista se enfrenta al mayor dilema: qué cable cortar para impedir que el tren salte por los aires o qué el edificio más emblemático de la ciudad acabe en escombros. En las grandes producciones de Hollywood la explosión siempre se evita en los últimos segundos, pero en los mercados hay una bomba difícil de desactivar. Y es que la renta fija también vive un final, el de una etapa, que puede ocasionar muchos fuegos. En 2014 afronta un escenario muy distinto al que ha vivido en los últimos tiempos. Es cierto que para muchas economías el entorno seguirá siendo de tipos casi nulos -tanto en Europa como en EEUU los tipos oficiales continúan en el 0,25 por ciento y no se prevén variaciones al alza este año-, pero la deuda puede dar muchos sustos y hay que estar preparados, porque sí se puede perder dinero.
La deuda de EEUU es el detonante que puede activar al resto de activos de renta fija. "Este año se iniciará el cambio de dirección en los tipos de interés a nivel mundial de la mano del mercado de los bonos estadounidenses", afirma José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España.
Este cambio responde a las expectativas de crecimiento para la economía. Con cada vez más síntomas de mejora, la Reserva Federal seguirá retirando progresivamente los estímulos y ese telón de fondo explica una rentabilidad al alza en la deuda americana. Con todo, "el tapering [la retirada de las inyecciones de la Fed] se está digiriendo bien, con una subida del bono estadounidense progresiva y justificada por la macro", explica Marian Fernández, directora de estrategia de Inversis.
Sin embargo, la subida de rentabilidad en EEUU se da por descontada. Todos los expertos sitúan la referencia a una década por encima del 3 por ciento... Y más allá."El 10 años estadounidense puede llegar al 3,5 por ciento, que es una cifra alta. Si llegase al 4 por ciento, la Fed aceleraría la subida de tipos, prevista para 2015", apunta Rosa Duce, economista jefe del centro de inversiones de Deutsche Bank. Aunque se permitirán excesos. Tal como recuerda la experta, en su día Ben Bernanke, que presidirá la Fed hasta finales de este mes, acudió a salvar al bono americano, que amenazaba con elevar en exceso las hipotecas del ciudadano de EEUU.
Desde la misma firma estiman un rendimiento para el bono español a 10 años en el 3,5-4 por ciento en 2014. ¿Es posible ver entonces un bono estadounidense pagando el mismo interés que un bono español? Es decir, ¿una deuda con el rating más alto frente a otra a un peldaño del bono basura rindiendo lo mismo? Bueno, esta semana el mercado fue testigo de como la deuda irlandesa a 5 años ofrecía menos interés que la de EEUU... De momento, parece incoherente, pues ante tal tesitura el inversor se decantaría por los títulos americanos. Es uno de los peligros: el bono de EEUU presionando a la deuda periférica, sin permitirle bajar mucho más.
Otro de los presionados por el treasury americano puede ser el bund. El bono alemán ha estado muy correlacionado con el estadounidense por lo que la pregunta ahora es si seguirá sus pasos. Algunos expertos sí consideran que habrá contagio, aunque también hay que contemplar caminos dispares por la diferencia de escenarios en los que se mueven. "Puede haber cierta disociación, porque en la economía europea el BCE sigue pendiente de los datos de inflación y no descartamos que vuelva a actuar, incluso se habla de que pueda bajar tipos. Eso mantendrá las rentabilidades presionadas, sin subidas", expone Marian Fernández. "Lo lógico es que el diferencial entre ambos se siga abriendo como lo ha hecho hasta el momento, cuando el bono estadounidense a 10 años paga 1,1 puntos más. La subida de tipos del bund sucederá en menor medida al repunte en el treasury", opina Martínez Campuzano.
Predilección por los periféricos
Ya no vale todo en renta fija. La posibilidad de perder dinero es una realidad que muchos inversores no habían vivido. Por un lado, como ocurría hasta ahora, está la trampa de quien compra para quedarse hasta el vencimiento. Sí, puede perder dinero en bonos con poca rentabilidad, pues debe comparar sus ganancias con la inflación. Y, por otro, el mercado secundario puede dar sustos. Aun con poco recorrido de mejora, los expertos se inclinan más por la periferia europea, donde sí ven algo de oportunidad en renta fija, y huir de la deuda más core y de la emergente -muy relacionada con la economía de EEUU-.
La deuda española e italiana se presentan como las más interesantes para los expertos. Pero cuidado, porque tampoco están libres de explosiones. Además de la competencia que puede suponer un bono americano por encima del 3 por ciento, mucha de esta deuda ya ha llegado a los niveles que esperaban los analistas este año. El español, por ejemplo, bajó incluso del 3,7 por ciento. Ante tantos peligros, el consejo más escuchado es el de gestionar bien el plazo. Esto no es una película, antes de cortar ningún cable parece el momento de sentarse a pensar.