
Todavía no sabemos cuáles serán los empleos del mañana. En eso se resume todo: incertidumbre. Las innovaciones disruptivas están creando nuevas industrias y modelos de negocio, mientras desaparecen otros. El análisis de los datos, las redes sociales y las nuevas tecnologías tienen un impacto real en la comunicación, la colaboración y la forma de trabajar.
Hasta casi cinco generaciones conviven hoy en el mercado laboral. Cada una con sus características, inquietudes, hábitos, comportamientos y formas de trabajar. Las organizaciones son por eso cada vez más diversas. Pero, por otro lado, los conocimientos adquiridos durante la formación académica, tradicionalmente finalizada antes de cumplir los 30, quedan rápidamente desfasados. El perfil profesional de las generaciones más jóvenes tiene, en muchas ocasiones, muy poco que ver con los trabajadores de mayor proyección laboral.
Según una encuesta realizada por PwC a 10.000 personas de entre China, Alemania, India, Reino Unido y Estados Unidos, el 53% de ellos considera que las disrupciones tecnológicas serán lo que más transforme cómo trabajamos en los próximos 5-10 años. Seguido de cuestiones de importante índole como la escasez de recursos, los cambios en el poder económico o en la demografía.
La sostenibilidad es fundamental para la actividad empresarial
Este especial contempla a continuación las áreas de empleabilidad que con más relevancia evolucionarán en el futuro inmediato. La sostenibilidad es un pilar fundamental de la actividad empresarial, pero también de las políticas públicas tanto nacionales como internacionales. Es, sin duda, uno de los retos de la sociedad actual a cumplir en los próximos años. Además, estas mismas empresas, sobre todo las del sector financiero, tendrán que lidiar con el impacto que las nuevas tecnologías traerán en sus formas de trabajar.
Por esta razón en estas páginas se presta especial atención a las tecnologías emergentes que, en cuestión de muy poco tiempo, tienen la capacidad de poner todos los sectores patas arriba: automatización, mayor eficiencia de tareas rutinarias, recopilación y almacenamiento de cantidades ingentes de datos, reducción de costes, hiperpersonalización de servicios, productos y mucho más.
También tienen un hueco en este especial el big data y la inteligencia artificial están experimentando un crecimiento exponencial que está empujando el marketing a cotas de digitalización nunca antes vistas.
Y para finalizar, como este especial no es atemporal, las últimas páginas están dedicadas a tres retos importantes de la actualidad. En primer lugar, la logística. Un pilar fundamental del sistema globalizado e interdependiente y que, consecuencia de la pandemia, se ha visto tensionado y llevamos meses notando sus efectos. En segundo lugar, las soft skills como clave a implementar en el seno de las organizaciones y las relaciones laborales. Y, en tercer y último lugar, la salud. La pandemia nos ha demostrado que la digitalización de las farmacias y los hospitales pueden ayudar a la tarea de los sanitarios. Por eso este especial cierra haciéndose eco de las oportunidades de educación superior, online y accesible, para cerrar esas brechas que están apareciendo poco a poco.
El big data y la inteligencia artificial están experimentando un gran crecimiento
Aunque una visión pesimista pueda inclinarse por creer que las nuevas generaciones vendrán más preparadas que las anteriores para un entorno digital, que es cierto; la realidad es que los profesionales con una amplia trayectoria ofrecen a las organizaciones la experiencia de la que carecen los jóvenes. Las empresas errarían al ignorar esta cuestión y descuidar la formación de sus empleados más longevos, pues estos tienen mucho por ofrecer. La formación es clave para sanar esas brechas.
Unas brechas que ponen en una tesitura a organizaciones y trabajadores a partes iguales. El reskilling y el upskilling tienen por finalidad potenciar la versatilidad y las competencias de los profesionales. La formación continua es uno de los activos que las empresas tienen que explotar en esta década para incentivar entre sus empleados el aprendizaje de conocimientos y de competencias innovadoras. La Cuarta Revolución Industrial está transformando muchas actividades de las empresas y como consecuencia algunos puestos de trabajo están quedando obsoletos. Por ello, la formación es esencial.