
El español es la segunda lengua del mundo en número de hablantes nativos (472 millones de personas); es el segundo idioma de comunicación internacional tras el inglés y la tercera lengua más usada en Internet (según datos del último informe El español: una lengua viva, elaborado por el Instituto Cervantes), además de una oportunidad para trabajar en el extranjero enseñando el idioma.
Y es que el interés por la lengua española crece constantemente en Estados Unidos, Brasil, Francia, Italia y Reino Unido, que son los países que más estudiantes de español proporcionan y, por lo tanto, los que más profesores necesitan, según el Cervantes, donde las matrículas se multiplicaron por 12 entre 1992 y 2015.
La formación ideal
Diferentes organismos, tanto públicos como privados, lanzan ofertas en las que se solicitan profesionales capaces de desempeñar funciones docentes de español. A veces, y en los casos más afortunados (y casi inverosímiles), basta con ser nativo y con lanzarse a la aventura, pero tener una mínima formación en el campo abrirá muchas más puertas. "El alumno universitario que quiere prepararse para ser profesor de español lo hace normalmente a través de cursos de especialización", declara Sara Robles, profesora titular del Área de Lengua Española del Departamento de Filología Española.
Pero quizá, la formación más adecuada serían los filólogos hispánicos especializados en ELE (Enseñanza de Español en Lengua Extranjera): "No hay un grado específico de enseñanza del español, lo que hay son muchos másteres oficiales y titulaciones propias", añade Robles, que es además directora del Máster de Español de la Universidad de Málaga: "Lleva 12 años impartiéndose con una formación integral. En él hay perfiles muy variados, alumnos que vienen de filologías, pero también de comunicación, ya que al ser hablantes nativos cuentan con una ventaja para desempeñar el oficio. Cada año ofertamos 12 plazas que siempre se cubren. Notamos que ahora hay más competencia y se distribuyen más los interesados".
La situación del español
"Las salidas de un filólogo son muy variadas y no solo docencia, aunque la más importante es la de impartirla como lengua extranjera. El problema es que los alumnos de Hispánicas y de Humanidades, en general, se mueven muy poco. Se matriculan buscando un trabajo y en nuestro caso, en Málaga, hay muy pocas plazas y la oferta es reducida, además de los salarios que son muy bajos, por lo que lo más interesante está fuera, el foco de trabajo está ahí", cuenta Sara Robles, y apunta: "Se ha avanzado mucho en el ámbito de la formación a profesores. Estamos en un momento de repunte. Siguiendo las expectativas del anuario del Instituto Cervantes, van en crecimiento. Es un proceso que avanza en función de la demografía". Son 900 los cursos que se han ofrecido en él.
En diciembre de 2016 se abrió el plazo para ser uno de los 851 auxiliares de conversación en español en el extranjero para el curso académico 2017-2018 (iniciativa del MECD). El salario por "llevar a cabo tareas en el aula como ayudantes de prácticas de conversación en español bajo la dirección de un profesor tutor" está entre 700 y 1.500 euros, dependiendo del país de destino, entre los que estaban Australia, Austria, Bélgica, Estados Unidos, Rusia o Malta, entre otros. El principal requisito para acceder es tener una titulación en el área de Lenguas y Literaturas, en filologías, Traducción e Interpretación, el Grado de Maestro o el Máster en Enseñanza de Español en Lengua Extranjera (ELE).
En los centros de la red del Instituto Cervantes (que cuenta con cerca de 400 profesores) la demanda de matrículas de español ha pasado de 17.000 en 1992 a 200.000 en 2016. El número de aspirantes en 2015 a la obtención del DELE (Diploma de Español como Lengua Extranjera) también ha aumentado: de 61.950 en 2014 a 67.657 en 2015.
Y terminamos con una curiosidad: el 78,2% de los estudiantes de estas disciplinas es mujer, según Universia.