
El encuentro entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el president de la Generalitat, Quim Torra, estuvo en la tarde de este jueves rodeado de polémica. Ambas instituciones tardaron hasta el último minuto en ponerse de acuerdo en todos sus pormenores, e incluso durante la misma charla llegaron a modificarse detalles de la misma.
Uno de los que más han llamado la atención es el escenario en el que tuvo lugar la conversación entre el máximo dirigente del ejecutivo y el presidente autonómico catalán.
Junto a los asientos de ambos, se habían depositado unos ramos de flores. En un primer momento, estas eran de color amarillo, el identificativo de las reivindicaciones independentistas catalanas y en favor de la libertad de los políticos presos.
Sin embargo, ya con el encuentro iniciado, Moncloa se dio cuenta del detalle, y fue el propio jefe de protocolo del Gobierno, Andrés Costilludo, el que apareció por unos instantes en escena para introducir un tercer ramo, en esta ocasión de color rojo, para convertir el escenario en rojigualda, jugando con los colores que identifican tanto la bandera española como la catalana.