Salió indemne de una responsabilidad tan complicada como la Dirección General de la Policía, gracias a que adoptó un papel institucional y a su habilidad política para no "mancharse" con los enfrentamientos entre algunos mandos intermedios, y ahora se ha convertido en cara y voz del nuevo PP en el Senado.
Ignacio Cosidó (Salamanca, 1965), licenciado en Políticas y doctor en Historia Contemporánea, es educado y tranquilo, con un discurso didáctico de derecha moderna y sin complejos. Se inició en política con 21 años, como secretario de Juventudes Liberales, y ha entendido la cosa pública como un acto de servicio. Ha sido diputado y senador varias legislaturas, pero ahora ser el portavoz de su grupo en la Cámara Alta y convertirse en el "azote del Gobierno" le sitúa en un primer plano mediático del que siempre ha huido. Sin embargo, no se queja.
Dice que Pedro Sánchez debe enseñar su tesis para cortar el escándalo, que no hay ningún paralelismo entre el máster de Casado y el de la ministra dimitida, pero que lo más preocupante es la acción política del Gobierno, "que sólo acierta cuando rectifica". Afirma que el PP se enfrentará a cualquier maniobra para puentear al Senado e insiste en que si el Ejecutivo no puede sacar adelante el techo de gasto ni su proyecto, que convoque elecciones.
Menudo escándalo se ha organizado con la tesis de Sánchez. ¿Le creen cuando dice que no la plagió?
Sánchez tiene que explicarse. Si no tiene nada que ocultar, si su tesis está correcta, que haga lo que hizo Casado: mostrarla y someterse a las preguntas de los periodistas. Así terminaría el escándalo. Pero lo que más me importa del presidente no es que no nos aclare su tesis, sino la subida de impuestos que ha anunciado, los pactos con los independentistas y los populistas, incluido Bildu, para que le apoyaran en la moción de censura, así como la crisis migratoria que sufre España y que tendrá que explicar en el Senado a petición del PP. Ya está tardando mucho.
La exministra de Sanidad ha dimitido por su máster, lo que ha puesto en el ojo del huracán a Casado, ¿hay paralelismos?
Son casos completamente distintos. En política uno puede cometer errores, pero la mentira es muy difícil de perdonar. Carmen Montón ha dimitido por mentir y por plagiar, y eso rompe la confianza en la política. La realidad es que en menos de 100 días han tenido que dimitir dos ministros, y eso es una muestra de la inconsistencia de este Gobierno. El presidente salió defendiendo a la ministra a la que cesó dos horas después, y eso significa no ya que cambie de criterio repentinamente, sino que lo hace en cuestión de horas.
Pues muchos ven similitudes con el máster de Casado y eso le puede complicar su futuro político, ¿no?
Tengo la absoluta convicción moral de que el presidente de mi partido no ha hecho nada incorrecto, y tengo la total confianza en que será la Justicia la que lo demuestre.
¿Qué tal le sienta ser la cara y la voz del PP en el Senado, después de ser director de la Policía?
Estoy contento. Tenemos un proyecto muy ilusionante, que lidera Casado, con un objetivo claro: recuperar en el menor tiempo posible la confianza mayoritaria de los ciudadanos. El Senado, con una mayoría clara de mi partido, puede ser un instrumento útil y eficaz para hacer oposición a un Gobierno que, con sus errores, puede causar mucho daño a la sociedad española.
Sáenz de Santamaría se ha marchado, ¿no cabe nadie en el PP que haya sido 'pata negra' del 'marianismo'?
El proyecto de Casado se define por dos características: la necesidad de renovación del PP, y la unidad dentro del partido y la integración. Esa integración se ha producido en un porcentaje altísimo de personas que estaban en otras candidaturas, pero tenemos que ser respetuosos con las decisiones individuales, como la de Soraya. En este proyecto sumamos y cabemos todos, pero siempre desde la voluntad de participar.
¿Cómo se define ideológicamente?
Empecé en política militando en el Partido Liberal, y siempre me he definido como un liberal sin adjetivos. No creo mucho en las etiquetas políticas. Lo importante es tener una coherencia en tu trayectoria y unos principios claros, y yo los tengo.
Algunos dicen que esa vuelta a las esencias y a los principios es un viraje hacia la extrema derecha...
Esa es una operación de desgaste de nuestros adversarios. Es bueno recuperar algunas señas de identidad básicas en el proyecto del PP, que con el paso del tiempo habían quedado desdibujadas, y se había convertido en un partido más intercambiable, o más difícil de identificar por nuestro electorado. Pero las clasificaciones clásicas de izquierda y derecha han perdido cierto sentido, se han quedado obsoletas.
¿Hay diferencias ideológicas entre Casado y Rivera? Para algunos, su adversario no es el PSOE, sino Cs...
A Cs nos une la defensa de la Constitución y de la unidad de España, pero muchas cosas nos diferencian, como esos principios que hacen grande al PP, y la forma en que afrontamos los nuevos desafíos. Nuestros adversarios son el resto de los partidos, el PSOE, Podemos, y también Ciudadanos, como es lógico.
¿El Gobierno va a sacar adelante el techo de gasto y los Presupuestos, o la mayoría que ustedes tienen en el Senado se lo va a impedir?
Hasta ahora, quien le ha impedido aprobar el techo de gasto es la minoría del Gobierno en el Congreso. Si es capaz de construir una mayoría, las condiciones que el PP pondrá para apoyar un techo de gasto son que no haya una subida de impuestos y un control del gasto público, que fue clave para salir de la crisis.
Pues el PSOE se ha llegado a plantear una reforma exprés del Senado para sortear el veto del PP...
Lo que define a una democracia parlamentaria es la capacidad del Parlamento para controlar al Gobierno. En España tenemos un Parlamento bicameral, como en la mayoría de los países descentralizados. Si el Gobierno, que no tiene mayoría en el Congreso, y aun menos en el Senado, trata de puentear al Parlamento, es no sólo tramposo, sino propio de los regímenes autoritarios y no de la democracia avanzada. El PP se va a oponer a cualquier maniobra que intente Pedro Sánchez para sortear el control parlamentario, que es básico para la calidad de nuestra democracia.
Pero siempre pueden cambiar las cosas a base de 'decretazos'...
Esa sería la prueba definitiva de que no cree en la separación de poderes. Si utiliza el decretazo para suplir al Parlamento, Sánchez estará atacando el corazón mismo del sistema democrático. Yo le pediría al Gobierno respeto a las reglas del juego, y si no tiene mayoría para ejecutar su proyecto, que convoque elecciones.
¿Con 84 diputados se puede agotar la legislatura, como pretende el presidente tras los primeros cien días?
Es muy difícil gobernar con una minoría tan exigua, y con unos socios tan contrarios al propio orden constitucional, que claramente se sitúan fuera de la legalidad en muchas cosas. Estos 100 días de Gobierno se han caracterizado por su inconsistencia y constante cambio de criterio sobre grandes decisiones, que ya ha tenido un efecto negativo en nuestra economía, aquejada de síntomas de desaceleración. En otros temas de Estado, como la inmigración, su gestión ha producido un claro efecto llamada, y en cuanto al desafío nacionalista, los independentistas están cada vez más envalentonados. Es difícil, en menos tiempo, hacer las cosas peor, hasta el punto que han dimitido dos ministros en tiempo récord, algo insólito. Sánchez sólo acierta cuando rectifica.
¿Cree que la Diada fue un 'pinchazo ' y los independentistas no consiguieron sus objetivos?
Estoy con los millones de catalanes, que son mayoría, que se sienten catalanes y españoles y son agredidos e invadidos por este nacionalismo xenófobo, excluyente y agresivo, que quiere imponer Torra, y que, al mismo tiempo, se sienten desamparados por un Gobierno que no les defiende, que no defiende sus derechos y sus libertades para seguir sintiéndose catalanes y españoles.
¿Y por eso el PP no estuvo en la celebración de los actos de la Diada?
La Diada fue una celebración excluyente, propia de un proyecto que es el que representan Torra y Puigdemont, que es xenófobo y totalitario. Por lo tanto, no sólo el PP, sino el resto de los partidos que defendemos la democracia, la Constitución y la unidad de España no estuvimos allí.
¿La aplicación del 155 es excepcional o se dan ahora los supuestos para otra nueva aplicación?
El artículo 155 está previsto en nuestra Constitución, y forma parte de nuestra normalidad democrática. Su aplicación ante el golpe de Estado de los secesionistas fue muy efectiva. En caso de que el Gobierno de Cataluña persista en el desacato a la Constitución, en vulnerar la ley, y en el desafío al Estado, si tuviera que volver a aplicarse, el PP aportaría su mayoría en el Senado para hacerlo. El Senado sirve para garantizar la unidad de España, por encima de cualquier otra consideración.
¿Usted no cree en la posibilidad de que finalmente Torra y los suyos opten por el camino de la legalidad?
No tengo ninguna confianza en que veamos en Torra o Puigdemont cualquier atisbo de sensatez política. Están en una deriva absolutamente irracional , que está generando miedo a la sociedad en Cataluña, y por derivación también al conjunto de España. La política de apaciguamiento, de cesiones constantes y de falso diálogo, que el Gobierno quiere entablar con los golpistas, es un profundo error porque ellos no van a rectificar ni un milímetro y lo que pretenden es dividirnos a los constitucionalistas.
¿De verdad hay un problema de seguridad en Cataluña?
El proceso secesionista ha tenido un coste muy alto en términos de calidad democrática. Tienen un Parlament cerrado a cal y canto, y han trasladado una situación de crispación a la calle que pone en grave riesgo la convivencia en Cataluña. Me preocupa que esa crispación pueda derivar en un proceso de grave ruptura de la convivencia y que elementos violentos puedan tratar de imponer su voluntad a una mayoría de catalanes que se sienten catalanes y españoles, como está ocurriendo.
¿Le parecería bien que Torra viniera al Senado?
El diálogo con quienes quieren romper España y liquidar la Constitución sólo sirve para legitimar o fortalecer ese proyecto de ruptura. Si Torra viene al Senado, que lo haga desde la legalidad y la Constitución, y sometiendo su proyecto político a las mayorías democráticas de nuestro Parlamento, pero no creo que dé un solo paso en esa dirección.
¿Cuál es el motivo por el que piden la dimisión de la ministra de Justicia, si al final ha rectificado y no ha dejado a Llarena desamparado?
Solicitamos su dimisión porque es la principal responsable de una situación de desamparo, no sólo a un magistrado del Supremo, sino al conjunto de nuestro sistema judicial, puesto en cuestión por un juzgado de otro país. Ha habido una dejacion de funciones inaceptable por parte de la ministra de Justicia en la defensa de nuestra soberanía. Está bien que rectifique, pero alguien tiene que asumir las responsabilidades políticas de los errores que se rectifican, y éste ha sido de tal magnitud que exige una reprobación a Delgado.
Otro asunto que han rectificado es el de la venta de bombas a Arabia Saudí, ¿bien está lo que bien acaba?
Es una rectificación más de una decisión errónea del Gobierno. Tenemos un sector industrial de defensa muy competitivo, con presencia importante en el mercado internacional, y no podemos, por cuestiones demagógicas, poner en riesgo miles de puestos de trabajo y un sector importante para nuestra economía y nuestra credibilidad. No podemos permitir que un partido radical y antisistema como Podemos sea quien dirija las CCAA, suba los impuestos, y quien dicte al Gobierno qué debe hacer con la política de seguridad asociada a la venta de armamento.
¿Cree que la mano que está meciendo la cuna de Gobierno es Podemos?
Claro que es Podemos quien mece la cuna del Gobierno de Pedro Sánchez. Al final hemos visto que Pablo Iglesias le va dictando las decisiones que tienen que adoptar, y parece como que hay un Gobierno en la sombra que es quien dirige algunas de las decisiones más importantes del Ejecutivo de Sánchez.
¿Como cuáles?
La mano de Podemos se ve no sólo en la purga y el bochorno en Televisión Española; también en la subida de impuestos, la política presupuestaria o la de seguridad. Es un peligro que un partido como Podemos termine siendo quien dirija la acción de Gobierno. Y esto está pasando como pago intolerable del apoyo dado al PSOE para llegar a La Moncloa.
¿Cuál es la postura del Gobierno en inmigración, la del 'Aquarius' o la de la devolución en caliente, cosa que ustedes también hacían?
En inmigración hasta ahora hemos visto confusión, cambios de criterio, parches, y todo ha provocado incertidumbre y un efecto llamada. El número de inmigrantes irregulares que han llegado a nuestras costas este verano se ha triplicado respecto al año anterior. España, que era una referencia en el control de los grupos de inmigración irregular, se ha convertido en la principal puerta de entrada de inmigrantes irregulares de Europa, y eso se debe a los vaivenes del Gobierno. Alguna responsabilidad debe tener esta ausencia de políticas y esta incertidumbre que ha generado con tanto cambio de criterio en la situación de crisis migratoria que estamos viviendo.
¿Cree que habrá elecciones anticipadas en Andalucía para evitar la coincidencia con la sentencia de los ERE? ¿Su partido está resignado a seguir en la oposición o no?
Sean cuando sean las elecciones, el PP está preparado para ganarlas. En Andalucía tenemos un buen candidato, un buen proyecto, y hay un cansancio de los ciudadanos después de tantos años de socialismo que han mantenido esa región bajo mínimos. El PP tendrá un buen resultado, en su día ya ganó las elecciones, aunque no pudo gobernar para sacar a los andaluces de la resignación.