
José Manuel Opazo es el empresario de origen vasco y afincado en Suiza que hace años inspiró el artículo que el entonces trabajador de una multinacional aseguradora Quim Torra escribió con el título La lengua y las bestias. El motivo fue que Opazo se quejó ante Swiss Air y en la prensa suiza de que en los vuelos con Barcelona diese las instrucciones a los pasajeros en alemán, inglés, y catalán, pero no en castellano.
El que fue guardia civil antes de emigrar y que durante un tiempo militó en UPyD tuvo constancia de tal protagonismo por un amigo que le avisó cuando la presidenta de Cs en Cataluña, Inés Arrimadas, leyó fragmentos del artículo en el Parlament con motivo de la investidura de Torra como presidente de la Generalitat. Ahora, ha vuelto de nuevo a la palestra, en este caso como impulsor de la manifestación de ayer en Barcelona para reclamar elecciones generales y reivindicar que en Cataluña -adonde acude a menudo por ocio y negocios- no hay mayoría social secesionista.
Usted es de los que quitan lazos amarillos de la calle y ha buscado voluntarios en Europa ¿por qué lo ha hecho y cuántos han venido?
Son conocidos míos que se darán a conocer en los medios de comunicación de su país. Hasta ahora han venido cuatro, uno de ellos columnista de varios periódicos en Suiza. El hecho de quitar lazos amarillos es muy importante para lanzar el mensaje a Europa de que no somos todos independentistas. Es para cambiar el mensaje que hay en Europa de Cataluña, que se han encargado de difundir los independentistas, y explicar que hay acoso y derribo a los constitucionalistas.
¿Por qué decidió convocar la manifestación de este domingo?
Cuando supe con quién se aliaba el presidente Sánchez entendí que había que hacer algo y me acordé de la teoría del sapo, al que se le va subiendo la temperatura y al final termina cocido sin darse cuenta. Trasladado a la política actual son personas que quieren romper España y entran en las instituciones de los ayuntamientos, a gestionar comunidades autónomas, pero lo último es que decidan quién es el presidente del gobierno y cuál es la política a seguir. Hay que ponerle freno. Ha llegado un momento en que el sapo se ha dado cuenta de que se está cociendo. Los políticos están permitiendo cosas inadmisibles en un Estado de Derecho.
¿Como cuáles?
El pulso al Estado, las constantes amenazas al Estado, los acosos a ciudadanos con el apoyo de la policía política impulsada por la Generalitat, purgas en Televisión Española vergonzosas, que no se habían hecho nunca hasta ahora, etcétera. Si queremos salir de esta situación la población ha de dar un paso al frente y no digo que tengan que decir a los partidos lo que tienen que hacer, pero sí lo que no pueden hacer. España ha llegado a una situación en que ningún partido quiere ser de derechas, y yo reclamo la derecha en España; una derecha europea, seria y que diga que es de derechas. La derecha también existe. Adonde nos han llevado estos políticos, anulando a la derecha -que no ha sabido reaccionar-, es a nadar en círculos, porque cuando la derecha y la izquierda funcionan vamos avanzando dando bandazos, pero cuando una no funciona es malo para el país. Ser de derechas no es un problema.
Los activistas independentistas le acusan de fascista...
A la manifestación se sumaron 60 asociaciones de Cataluña y gente del resto de España y de Europa detodas las ideologías que quisieron venir, e indicamos que podían llevar cualquier bandera que fuese constitucional. Yo de extrema derecha no puedo ser cuando resido en un país extranjero, tengo negocios en cuatro países, estoy casado con una extranjera, tengo hijos que hablan cuatro idiomas y tengo amistades de todo el mundo. Convoqué una manifestación transparente que no buscaba nada más que la concordia y que Sánchez entienda que el pueblo no quiere esta política.
Explica que no tiene aspiraciones políticas sino de mostrar reclamaciones sociales ¿qué le llevó a salir a la luz pública?
El ver que no se está haciendo nada. Me ha llamado mucho la atención que en una situación así los políticos se hayan ido de vacaciones. No se las merecen. Cualquier líder en una situación de crisis como la que está viviendo España lo último que hace es irse un mes. Los políticos o no se quieren dar cuenta o están alejados de la realidad. En Cataluña hay ya personas que están pegándose en la calle y los independentistas hablan de ataques al Estado. Son motivos suficientes para tomar en serio la situación.
¿Hasta cuando está dispuesto a ser una cara visible?
No me he marcado fecha. Lo que tengo claro es que no quiero convertirlo en un movimiento, pero también que esto no va a parar. El señor Sánchez ha de ver que no queremos estos compañeros de viaje. La población se va a levantar y va a pedir elecciones a Sánchez y que deje de hacer pactos ocultos. Debería dimitir. Si quería ser presidente ya lo tiene. Yo me he marcado que sea nombrado presidente del año, es decir, que entró y salió el mismo año.